La fe del converso

Hace algún tiempo que no me refiero en este blog al mundo de los Recursos Humanos (R2H2). Basicamente se debe a dos razones.

La primera es que hace tiempo que me di cuenta que con el núcleo duro de gestores que llevan años en el puesto es practicamente imposible conseguir que modifiquen su forma de entender que las personas no son recursos. Han asumido que su labor es la del perro del pastor que intenta que el rebaño no se disperse y, sobre todo, que siga siendo un rebaño docil y controlable. Son simples ejecutores de las decisiones de la dirección, muchas de ellas injustas o poco adecuadas.

La segunda es que, a pesar de mis críticas a la función en general, me he encontrado (y cada día más) con muchos buenos profesionales, normalmente jóvenes, que tienen otra visión del departamento, que quieren cambiar las cosas (empezando por el nombre) y que incluso rechazan muchas de las prácticas actuales. Todavía hay esperanza.

Como digo, no tenía intención de volver a hablar de R2H2 en mi blog de Branding Personal porque es un concepto que, hasta ahora, ha sido despreciado, maltratado y ninguneado. Pero mira por donde parece que ultimamente el tema se ha puesto de moda entre los responsables del departamento de personal. Varios amigos del mundo de R2H2 me han comentado que ultimamente no hay reunión, foro, conferencia o debate del sector en el que no surja el concepto de Marca Personal.

Igual que San Pablo, parece que han caido del caballo y han visto la luz, quizás consideran que es su última oportunidad para salvar al departamento del desastre. Y como suele suceder cuando un escéptico se convierte, por miedo o para hacerse perdonar, suele ser siempre el más devoto, el más fervoroso en sus demostraciones de fe. Parece que antes había que mantener el Branding Personal lo más alejado posible del negocio y ahora parece que es el bálsamo de Fierabrás.

El problema es que, salvando las excepciones de los profesionales más jóvenes o los más avanzados, R2H2 está marcado por muchos años, décadas de malas prácticas que han generado una enorme desconfianza. Aunque podía haberse convertido en una de las funciones más estimulantes de una empresa, han acabado siendo percibidos como los ejecutores de las decisiones de la dirección que priorizan los criterios económicos sobre los humanos. Entiendo que las empresas no son organizaciones de caridad, pero R2H2 debería haber intentado contrapesar algunas decisiones en lugar de apoyarlas.

R2H2 empezó siendo Sméagol, un humilde Hobbit (los de personal) que un día se encontró con el gran poder del anillo, se convirtió en Gollum (Recursos Humanos) y poco a poco se fue corrompiendo. R2H2 llegó a estar cerca del poder, a disponer de coche de empresa y despacho junto al director general («Mi tesooooro») y dejó de estar dispuesto a jugársela por unos simples Recursos. Ya no se trataba de desarrollar personas sino de mantenerlas ocultas, dóciles y productivas.

Por eso, cuando aparece un concepto como el Branding Personal que pretende que los profesionales aumentemos nuestro valor y pensemos por nosotros mismos, lo consideran como algo a erradicar. Pero además, R2H2 ha creado una industria paralela de servicios que considera que si los profesionales aprenden a desarrollar su Marca Personal puede ser el final de su negocio. Y la cosa no está para tonterías. Aquí tienes algunos ejemplos:

Empresas de Outplacement o Recolocación

Como consecuencia de las crisis de los 80, empezaron a surgir empresas que, cobrando unas tarifas obscenas, se hacían cargo de los directivos despedidos y les ayudaban a recolocarse. Luego eso se generalizó y se extendió a todo tipo de profesionales. Los EREs de los 90 les hicieron ganar mucho dinero. Su principal función era alejar la empresa que despedía de esos «sobrantes», el denominado efecto Pilatos (por lo de lavarse las manos).

En la época pre-Internet les dejaban conectarse a los portales de empleo y les enseñaban a hacer un Curriculum. Hoy, todo eso ha perdido su sentido, pero como hay mucho directivo casposo de R2H2 que no sabe lo que es Linkedin ni tiene ni idea de Branding Personal cree que esta es una solución interesante. Como es lógico, un concepto como el Branding Personal es percibido como una enorme amenaza porque es equivalente a IKEA en el sector. Ya no tienes que pagar un pastón por algo que puedes hacerte tú mismo. Así que temen que en las organizaciones empiecen a introducir el Branding Personal en sus programas de formación para ir preparando a sus profesionales ante un más que hipotético despido.


ETTs

Las Empresas de Trabajo Temporal se encargan de proporcionar «materia prima», recursos (humanos) al mejor precio. Se ha producido un efecto parecido al de la distribución y hay que hacer como Mercadona, «siempre precios bajos». Por lo tanto, los profesionales deben «commoditizarse» al máximo. Lo último que desearía una empresa de este estilo es que su «materia prima» fuese capaz de buscarse la vida o de destacar por sí misma. Se acabaría el chollo.

Empresas de Tests de Personalidad y evaluaciones varias

Durante años los responsables de R2H2 han tratado de convertir en ciencia algo que es más bien arte. Han llegado a creer que porque algo pueda convertirse en un gráfico o en una tabla, podemos llamarlo ciencia. Por eso han surgido montones de empresas que mediante tests, pruebas estúpidas o incluso eticamente cuestionables (a mi me han llegado a hacer el Test de Rorschach) pretendían evaluar a un candidato. Eso sucedía porque todos eran indistinguibles y algo había que hacer para que cuando tomases la decisión de escoger a alguien, no te echasen a tí la culpa.

En este momento, un buen profesional puede hacer visible su valor, puede demostrar su capacidad y eso le permite saltarse este tipo de jueguecitos. Cuando alguien es capaz de evidenciar que su trabajo es valioso no necesita adivinar cual es la siguiente ficha del dominó en un test. Así que el Branding Personal hace irrelevante este tipo de pruebas.

Guerreros del Talento

Uno de los fenómenos más curiosos, pero nada atípico en este mundillo, es la aparición constante de términos y conceptos etereos y semifilosóficos pero atractivos. Liderazgo, compromiso, talento y muchos otros son suficientemente estimulantes como para trabajar con ellos pero, al mismo tiempo, son suficientemente vacíos como para que nadie te pida responsabilidades. Incluso se ha hablado de la Guerra del Talento (Que tiempos aquellos…)

¿A quién no le gusta que le digan que él/ella o su gente tiene talento? Si alguien dice que puede gestionar y aumentar algo como el Talento, ¿Cómo puedes negarte? Además, ¿En qué se mide el talento? ¿En gramos? ¿El Ohmios? ¿En Pascales? Cuando algo es tan dificilmente mensurable, todo vale.

Pero en este momento en el que el «talento» se demuestra andando y puedes mostrarlo y demostrarlo muchas de estas tendencias dejan de tener sentido.

Best Places to Work

Por último, otro de los chollos que alguien ha encontrado es el de etiquetar y poner sellos de calidad a la gestión de R2H2 de las empresas. Lo de Etiquetar siempre se le ha dado muy bien a este sector. Uno de los más llamativos es ese que da premios a las que se supone que son mejores empresas para trabajar. Lo curioso es que tenga que venir alguien de fuera para juzgarte cuando podrían ser los propios empleados quienes lo expresasen por sí mismos.

El problema es que los empleados tienen muy complicado eso de comunicarse con «el exterior». Se evita que den sus opiniones para que no metan la pata. Si, como pretende el Branding Personal, los profesionales pudiesen convertirse en «embajadores» de la marca para la que trabajan, todos estos «auditores» dejarían de tener sentido.

Ya me ha salido un post más largo de lo habitual, así que, aquí lo dejo. Insisto en que aunque desgraciadamente sigue habiendo mucho directivo de R2H2 (y de la industria auxiliar) de la vieja escuela, cada día me encuentro con más profesionales que ven las cosas de otro modo. Si están abriéndose al Branding Personal, perfecto, sólo espero que no lo prostituyan o lo descafeinen.





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