Dame plan y llámame tonto

EstrategiaEn los últimos días ando un poco más despegado de lo habitual de los Medios Sociales porque me he metido en varios proyectos nuevos, propios y ajenos, en los que estoy haciendo algunas cosas por primera vez. Esos proyectos giran alrededor de nuevas formas de crear y de comunicar las ideas y los contenidos.

En lo que respecta a los proyectos que son completamente míos no hay ningún secreto porque se trata de algo que ya anuncié hace algunas semanas, me refiero a crear cursos virtuales sobre temas relacionados con la Estrategia Personal. Y ahí es donde surgen las dificultades que hacen que todo esto sea tan interesante.

Hacer algo que no habías hecho nunca es muy estimulante pero también te baja los humos y te demuestra que todavía tienes mucho que aprender. Cuando dices, por ejemplo, que vas a crear cursos online puedes pensar, por ejemplo, que simplemente se trata de grabarte con una webcam contando lo que sabes y subirlo a una plataforma tipo Udemy.

Lo que ocurre es que, a medida que te vas metiendo en harina, en este como en cualquier otro asunto en esta vida que merezca la pena te das cuenta de que no todo es tan sencillo si quieres hacer las cosas bien. Surgen montones de cosas en las que ni siquiera habías pensado y es muy fácil quedarte bloqueado o retrasar el proyecto para cuando tengas más ganas o recursos.

Por ejemplo, para crear el tipo de contenidos que tengo en mente me he dado cuenta de que no basta con contar lo que sabes delante de una webcam sino que hay muchísimas más variables a tener en cuenta y que no descubres hasta que te pones en serio a hacerlo.

¿Cómo consigo una luz adecuada?, ¿cómo consigo un buen sonido con medios sencillos?, ¿donde voy a alojar los contenidos?, ¿cómo voy a cobrar mi trabajo?, ¿qué precio debo poner?, ¿cómo se prepara un guión?, ¿debe haber un guión o es mejor dejarse llevar?, ¿qué resolución debe tener?, ¿debo aparecer hablando o basta con que ponga un texto y lo vaya contando?, ¿cómo lo promociono?, ¿va a ser realmente útil?,… y así hasta el infinito.

Afortunadamente hay mucha gente que puede echarte una mano y puedes encontrar muchísima bibliografía o información en Internet sobre cualquier tema que se te ocurra. Por otra parte, una de las cosas buenas de trabajar en proyectos de otras personas es que te van a ayudar a descubrir y aprender mucho más rápido que si el proyecto es únicamente tuyo.

Por experiencia he comprobado que siempre vas a llegar a un punto en el que vas a tener que decidir si seguir adelante o abandonar al enfrentarte a un nuevo reto. Eso ocurre siempre que vas a tratar de crear contenidos en un nuevo formato, escribir un libro, buscar un empleo o aprender algo nuevo para mejorar tu Marca Personal.


Siempre vas a ver que aquello que consideraste que era una buena idea y además sencilla, en realidad era más complicada de lo que parecía. Y ahí es donde la mayoría tira la toalla pero unos pocos siguen adelante. Esos inconscientes que deciden continuar son los que acaban fracasando… o cambiando el mundo.

Pero lo que he descubierto a base de prueba y error es que, al final, lo que mejor funciona es dedicar todo el tiempo necesario a la planificación y a pensar en todo lo que debes hacer antes de ponerte en marcha.

Suelo decir que normalmente tenemos dos problemas para conseguir nuestros objetivos. El primero es que no sabemos cuales son esos objetivos y el segundo es que no sabemos cómo conseguirlos. Lo de definir lo que quieres conseguir es cosa tuya, pero lo de saber como alcanzarlos es únicamente cuestión de tiempo y reflexión.

Todas las dificultades, problemas y barreras aparentemente insalvables pueden dividirse en pequeñas partes manejables que puedes gestionar. Cualquier reto se puede convertir en un plan en el que establezcas qué acción debes tomar en cada momento. Evidentemente los planes no son infalibles ni pueden predecirlo todo, pero te proporcionan la tranquilidad necesaria para enfrentarte al nuevo proyecto por raro y desconocido que te parezca.

Estas semanas he visto como los profesionales con los que he trabajado en algunos de esos proyectos nuevos para mí lo tenían todo perfectamente estructurado y planificado. Como resultado de ese trabajo previo he visto como convertían algunas cosas imposibles para alguien como yo que no lo había hecho nunca, en algo muy sencillo .

Puede que esto que te cuento sólo sea cosa mía porque tengo tendencia a tirarme a la piscina sin pensármelo demasiado. El caso es que siempre que he puesto en marcha algo nuevo he tenido que volver atrás en algún momento porque me he dado cuenta de que lo que estaba haciendo era un caos.

Quizás una de las lecciones más interesantes que he aprendido es que cualquier tiempo dedicado a la planificación ANTES, va a ahorrarte muchos problemas y disgustos DESPUÉS y te va a ayudar a tomar la decisión de lanzarte a hacer algo nuevo AHORA.





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