¿Qué me vendes?

ProductoEs curioso lo fácilmente que se pierde el rumbo al obsesionarse con cuestiones secundarias o accesorias, al preocuparse más por la forma que por el fondo, por el canal que por el mensaje. Voy a ponerte un ejemplo.

La pasada semana estuve comiendo con dos amigos y antiguos compañeros en una de las últimas empresas en las que trabajé como «cuentajenado». Su situación, como la de tantos otros, es un poco esquizofrénica. Por un lado dan gracias a Dios por tener trabajo en una buena empresa pero por otra se sienten quemados, en la cuerda floja y con la sensación de que ya está todo el pescado vendido.

Cuando amigos como estos me preguntan como me va y les explico lo que hago, siempre me dicen en primer lugar que ellos no tendrían el valor de montárselo por su cuenta e inmediatamente después me explican que no sabrían como ganarse la vida fuera de la empresa. Es como si les hubiesen castrado profesionalmente, como si se hubiesen vuelto dependientes de su «amo» sin rostro, es una especie de esclavitud del siglo XXI.

Pues bien, en estos dos planteamientos reside el fallo de la inmensa mayoría de los profesionales que se plantean el diseño de su propia Estrategia Personal. Por un lado me dicen que tienen problemas con la Actitud, las Creencias o el Coraje y por otro tratan de convencerme de que carecen de Oferta, Producto o Propuesta de Valor. Y si esas dos premisas fallan, entonces olvídate de todo lo demás.

Con esa manía absurda de reducir, simplificar y minimizar algo tan amplio como el Branding Personal a estar en dospuntocerolandia, nos olvidamos de que la base de todo es la Persona y el Producto, lo que somos y lo que podemos ofrecer. De nada sirven todos los «secretos» de SEO, todos los trucos para conseguir «followers» o conocerse al dedillo los mejores momentos para publicar en el blog si en primer lugar no tienes una identidad clara y no confías en ti mismo y por otra parte consideras que no tienes nada valioso que aportar.

Cuando alguien me pregunta como puede conseguir que le conozcan lo primero que le digo es que debe tener algo que merezca la pena ser conocido. Antes de ponerse como un loco a hacer ruido en los Medios Sociales deberá tener algo que decir, digo yo. Y ahí empiezan los ay, ay, ays y las madresmías. Porque igual que no hay nada más fácil en el mundo que «estar» en Internet, no hay nada más difícil en el mundo que saber lo que quieres y lo que ofreces. Quizás por eso la respuesta más habitual cuando explico estas cosas es, «si todo lo que dices está muy bien pero es que yo no tengo nada que decir ni nada valioso o diferente que aportar». ERROR.

Los dos amigos de los que te hablo son excelentes profesionales, se las saben todas y podrían dar lecciones sobre su trabajo y su profesión a muchísima gente. Sin embargo, son incapaces de entender que eso mismo que hacen para la empresa en la que trabajan podrían hacerlo por su cuenta.


Muchos profesionales no entienden que si les están pagando una nómina es porque están aportando algo, porque están generando resultados o creando valor. Por lo tanto ¿Qué te impide convertir esa capacidad o cualquier otra en algo de lo que puedas vivir?

Yo me sentiría un auténtico estafador si pensase que lo que hago para una empresa no sirve para nada. No digo que no haya gente en las organizaciones que esté viviendo del cuento pero si no eres uno de esos o te dedicas a la política, únicamente tienes que pensar en el modo de «monetizar» lo que haces más allá de la empresa que te paga… hasta que deje de hacerlo. Y precisamente es ahora que tienes un empleo (si lo tienes) cuando debes ir preparando el terreno por si todo se cae o por si se te acaba la paciencia.

¿Qué eres capaz de hacer bien? ¿En qué eres realmente bueno/a? ¿Qué cosas te gustan? ¿Por qué cosas te felicitan? ¿Cómo puedes combinar tus conocimientos, experiencias, habilidades e intereses? ¿Para qué suelen pedirte ayuda? ¿Cómo completas esa frase que te repiten con frecuencia «oye, tu que siempre solucionas…»? ¿Qué eres capaz de ofrecer por lo que alguien estaría dispuesto a pagarte? o en resumen

¿Qué me vendes?

Necesitas tener claro tu producto, tu oferta, tu valor porque si no lo haces ocurrirán dos cosas. Por un lado no te creerás a ti mismo, pensarás que tienes que ir dando gracias y pidiendo perdón a quienes te contraten y esperando que no se den cuenta de que eres un inútil (o eso crees). Pero por otro lado no tendrás nada que contar ni que aportar cuando hagas Marketing Personal en el mundo real o en el «irreal» y entonces te dedicarás a repetir o repartir ideas y productos ajenos en las Redes Sociales… y eso es muy aburrido.

Una Marca Personal se construye sobre un producto. Detrás de una gran marca hay algo que merece la pena comprar. La publicidad, el marketing y la visibilidad en Internet sólo sirven si tienes algo que ofrecer que sea interesante, valioso y diferente. Si haces mucho ruido pero no tienes nada que vender o no crees que tengas nada que vender, que para el caso es lo mismo, entonces no vas a acercarte ni un ápice a tu objetivo por mucho tiempo que le dediques a las Redes Sociales.





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