Señales

PosicionEn los últimos años, he coincidido con Raimon Samsó de forma muy fugaz en algunos eventos de colegas comunes. Raimon es uno de los expertos más valorados en algunos temas relacionados con el emprendimiento, el coaching o la inteligencia financiera entre otros asuntos.

Tengo que reconocer que antes de leer sus libros y de conocerle con algo más de calma en el mes de junio (en el que me invitó a participar en uno de sus multitudinarios eventos) me había creado una imagen totalmente equivocada sobre su trabajo. Lo había «etiquetado» como otro de esos «místicos» obsesionados por el pensamiento positivo y con los «basta desearlo para conseguirlo». Y me he sorprendido muy agradablemente al comprobar que es una de las personas más sensatas y con los pies en el suelo que he conocido en los últimos tiempos.

4.ElcodigodeldineroHace unos meses leí su libro Supercoaching y me pareció muy práctico y sin tonterías. Ahora estoy leyendo, por fin, El código del dinero del que mucha gente me había hablado muy bien, pero que mis prejuicios lo habían mantenido al margen. Como te digo, creo que es uno de los libros más realistas, útiles y motivadores (pero sin el «wishful thinking» habitual de algunos charlatanes) que he leído en bastante tiempo.

Lo que cuenta es algo que yo comparto y que también llevo diciendo desde que empecé mi proyecto. Raimon explica algo que cualquiera con dos dedos de frente y que tenga interés en ver la realidad se habrá dado cuenta desde hace años, especialmente en estos últimos.

Cada día hay menos empleo y los que quedan son más precarios. Nos están diciendo que no va a haber dinero para pagar las pensiones. Los sueldos son inferiores a los que había hace una década. Hasta ahora, los profesionales de «cuello azul» estaban siendo desplazados por trabajadores de y en otros países, pero ya está ocurriendo lo mismo con los profesionales de «cuello blanco». Hay quienes piensan que un gobierno u otro va a cuidar de nosotros, pero es evidente que eso no va a ser así. En el libro de Samsó hay muchos más ejemplos y datos que dejan claro que hay señales de sobra para entender que, o cambiamos de mentalidad como profesionales, o lo llevamos crudo.

Raimon divide a los profesionales en tres roles: El empleado o asalariado, el autoempleado o autónomo y el emprendedor o empresario.

El empleado es el que peor lo lleva. Vende su trabajo por horas. Tiene que ir a trabajar 8 horas diarias si o si, independientemente de la carga de trabajo. ¿No es absurdo? Depende al 100% de su empleador (su único cliente como suelo decir yo). Siempre está con la Espada de Damocles encima. Y cada día tendrá más complicado hacerse un hueco en un entorno en el que si sobra algo es mano de obra.

El autoempleado o autónomo es una subcategoría del empleado. No es que sea su propio jefe como suele decirse, sino que más bien es su propio empleado… con todas las consecuencias. Depende de su estado físico y de su capacidad de seguir produciendo cada día. Pero si algo falla, te quedas tan colgado como el «cuentajenado».


Por último está el emprendedor o empresario. Es el que es capaz de encontrar formas de generar ingresos más allá de su actividad directa, es lo que se denominan Ingresos Pasivos. En realidad no me gusta nada ese concepto porque parece que vas a ganar pasta por el morro cuando en realidad hay mucho trabajo previo (inversión en tiempo y dinero) para poder crear algo valioso. Es este último el que propone Raimon.

Y aquí viene el problema. En este momento es muy probable que estés pensando que esto no va contigo, o que todo se va a solucionar, o que no estás capacitado o mentalizado para meterte en el último grupo o ni siquiera en el de los autoempleados. Allá tú. Lo cierto es que no hay más que ver como están cambiando las cosas en el mundo y lo jodida que puede ponerse la vida en países no demasiado alejados del nuestro o incluso en el nuestro propio.

Lo cierto es que como dice Raimon

Antes de la era industrial había más «emprendedores» que «empleados», el 90%, mientras que en la actualidad no llegan al 15%-20%. Nuestra sociedad ha olvidado las habilidades y la mentalidad del emprendedor.

Así que lo raro es lo que estamos viviendo en esta especie de oasis profesional del último siglo.

Francamente, en este momento me importa un bledo el rollo político de los emprendedores y la burbuja asociada a todo ese asunto. Lo que tengo claro es que el mundo está evolucionando hacia una masa de trabajadores que van a mendigar un empleo cada día más precario y peor pagado y otro grupo que va a gestionar su profesión como una empresa y que, por lo tanto, va a hacer lo posible para ganarse la vida de la mejor forma posible y tratando de conservar su independencia y libertad. Yo hace mucho que vi las señales y tengo claro lo que debo hacer.

NOTA: El jueves 5 estaré en Javea hablando de Marca Personal por si te interesa. Aquí tienes los datos.





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