Uberización o la paja en el ojo ajeno

PosicionUno de los ejercicios que propongo a mis alumnos en mis cursos es que piensen en alguna empresa importante que haya pasado una crisis o que directamente haya desaparecido. Les pregunto qué les ha podido ocurrir y qué podrían haber hecho para evitar el problema.

Rápidamente surgen respuestas y soluciones. Todo el mundo hace su análisis y diagnóstico. Se generan opciones y si les dejo un poco más de tiempo terminan diseñando una estrategia.

Da igual el tamaño, el sector o la importancia de la empresa, parece que todo el mundo sabe lo que hay que hacer. Supongo que esto está relacionado con esa mentalidad «cuñadista» de nuestro país en la que todo el mundo parece saber de todo.

Lo interesante viene después, cuando les digo que todas esas cosas que dicen que han hecho mal las empresas (falta de innovación, parálisis, carencia de misión, visión y objetivos, oferta obsoleta, mala o nula comunicación,…) son los mismos errores que solemos cometer los profesionales. Lo que pasa es que es mucho más fácil juzgar a otros, especialmente si es una organización, que a nosotros mismos.

Un desempleado o un profesional estancado no es muy diferente de una empresa en crisis. La buena noticia es que muchas de la soluciones son perfectamente aplicables tanto a una como a otro.

En este sentido se está produciendo un fenómeno interesante en los últimos tiempos. Me refiero a esa tendencia a apoyar casi de un modo fanático todo lo que implique colaborar, cooperar y redistribuir el trabajo… siempre que no sea el nuestro. Es la tendencia a «uberizarlo» todo. Lo que ocurre es que todo son risas hasta que a alguien se le ocurre la idea de uberizar tu trabajo.

Si se trata de conseguir un transporte o un apartamento más barato todo el mundo está encantado, excepto los profesionales del sector. Y si a estos se les ocurre protestar entonces se convierten en retrógrados y objetivo de todo tipo de críticas.

Pero si el jefe de los empresarios transmite de forma implícita que el trabajo también se va a «Uberizar», entonces se convierte en una especie de monstruo comeniños. Eso de poder elegir a un proveedor de servicios sin ninguna limitación y con muchos menos controles y requisitos es estupendo. Pero cuando el proveedor de servicios eres tú, entonces ojito porque estamos hablando del pan de mis hijos.

En realidad, lo que diga yo aquí o lo que pienses tu, es irrelevante. El mundo va a seguir en esta línea independientemente de lo que nos parezca. Así que lo importante no es llorar por la leche derramada sino adaptarte a lo que va a ocurrir está ocurriendo.


Si tu trabajo se puede trocear, digitalizar, subcontratar o distribuir por medios digitales, más pronto que tarde habrá alguien que lo haga. Da igual que seas jefe de compras, administrativo, contable, abogado o director del departamento de marketing, todo podrá ser y será «uberizado».

Como te digo, aquí no voy a entrar en juicios de valor. Aunque es cierto que a mi la idea me parece más una oportunidad que una amenaza. Que para muchos profesionales, especialmente para los más mayores que se están quedando fuera del mercado de trabajo tradicional, esto de trabajar por proyectos es una alternativa más que atractiva si sabes gestionarla.

Un buen profesional de 40, 50 o 60 años con experiencia y una mínima capacidad de comunicación podrá ganarse la vida trabajando por proyectos en lugar de esperar un empleo indefinido que jamás llegará o si lo hace será en unas condiciones patéticas.

Claro que todo esto implica un cambio de mentalidad. Hay que aprender a vender, a tomar decisiones, a hacer Marketing Personal, a tener un plan de I+D Personal, en definitiva a descubrir, desarrollar y comunicar una Marca Personal sólida, fiable y valiosa.

Ya sé que es más cómodo pensar que con un buen currículo y un perfil en LinkedIn ya está todo resuelto pero hace mucho que esto no funciona así. Si un taxista que ha pagado una licencia y lleva décadas en las calles no tiene asegurado su trabajo, ¿por qué debería ser diferente para ti? ¿crees que un título universitario o un cargo en una empresa te va a garantizar nada? Ahora no se trata de decir que vales, sino de demostrarlo cada día utilizando los medios a tu alcance.

En realidad todo esto es lógico. Si se supone que te están pagando en una empresa por hacer algo, ¿qué te impide hacerlo para varias empresas o clientes y posiblemente sacarle más rendimiento?

Si tienes miedo de que te echen porque crees que no vas a poder encontrar a nadie que pague por tu trabajo entonces estás aceptando que tu oferta no tiene valor (y que estás engañando a tu empleador actual) y eso es falso… espero.

Ya sé que quizás todo esto no te va a gustar pero una vez más el problema no es la tecnología o los recursos necesarios que están a tu alcance sino algo que tienes encima de tus hombros. Tienes todo lo que te hace falta para sobrevivir y prosperar en este nuevo entorno pero antes debes cambiar tu forma de pensar.

Volviendo al principio quizás la solución está en verte desde fuera, en analizarte como si fueses un espectador de ti mismo, juzgarte de forma fría o objetiva como si fueses una empresa y a partir de ahí tomar las decisiones oportunas. Si te van a «uberizar» ¿No será mejor que tomes la iniciativa desde ya?





Compartir esta publicacion