Escribe

PersonalidadEs curioso que, aunque cada día hay más opciones para comunicar y crear contenidos, la mejor forma de transmitir nuestras ideas es escribiéndolas. De un modo u otro, todo lo que vamos a mostrar va a pasar por un texto. Un post como este, un artículo, los borradores de una presentación o incluso el guión de un vídeo o un podcast van a ser plasmados en un documento. Hasta las fotos que subimos a Instagram adquieren la mayor parte de su valor y su significado gracias a las palabras que las acompañan.

Sin embargo, para la inmensa mayoría de la gente, incluidos aquellos a los que les gusta escribir, es fácil encontrar infinitas razones para no hacerlo. Ya he contado aquí que, para mi, escribir es una de las cosas que menos me gustan. Me da mucha pereza ponerme a teclear las cosas que tengo en la cabeza. Cada artículo, cada post, cada libro, o incluso cada correo electrónico es un pequeño o gran sufrimiento. Pero después de todos estos años he tenido que reconocer que es la mejor forma de comunicación cuando no tienes a alguien delante.

Lo que soy en este momento se lo debo a todo lo que he ido publicando desde hace años. Por eso, aunque no me apetezca nada y aunque tenga la tentación de dejarlo para más tarde, siempre acabo haciendo lo que tengo que hacer. Escribir.

Al explicar estas cosas a los asistentes a mis cursos y conferencias siempre surgen las mismas creencias limitantes o, por qué no, excusas. Aquí tienes unas cuantas.

No necesito escribir

Para mucha gente esto de sentarse un par de horas a la semana a plasmar tus ideas o para hablar de tu trabajo es algo innecesario porque tienes un empleo estable. El problema es que eso de empleo estable ya entra de la categoría de las hadas, los gnomos o los unicornios, algo que no existe. Decir que no lo necesitas es como si una empresa decide que no hay que vender o dar a conocer sus productos. Hoy es necesario escribir sobre «lo tuyo» porque ya no basta con decir en un Curriculo lo que has hecho, debes mostrarlo y demostrar por qué hay que contar contigo.

Si escribo va a ser peor

Esta es una de las razones que explican con más claridad lo que nos pasa. Tenemos muy poca confianza en lo que somos capaces de aportar. Si tu mismo crees que lo que puedes explicar es algo ridículo o irrelevante, ¿como esperas que alguien te considere para ocupar un puesto o realizar un trabajo? Si crees que escribir sobre temas profesionales que te interesan va a perjudicarte más que si te mantienes en el anonimato entonces deberías revisar tus creencias o cambiar de profesión.


No tengo nada que escribir

Esto está muy relacionado con lo anterior. Gente con 3, 15, 30 o 50 años de experiencia laboral y unos cuantos más de vida se empeñan en convencerme que no tienen nada que contar que merezca la pena. Eso es absurdo. Todos hemos vivido situaciones y experiencias que nos han enseñado cosas y que podemos asimilar y contar. Las cosas que hemos hecho bien pero, sobre todo, aquellas en las que hemos metido la pata son excelentes historias que nos enseñan algo.

Nadie va a leer lo que escribo

Esta excusa es curiosa porque suele surgir después de unas cuantas en las que parece que prefieres que nadie te lea. De pronto parece que sólo merece la pena plasmar tus ideas si tienes público, pero no es así. El otro día me preguntaba a mi mismo ¿Escribiría si no me leyesen? La respuesta es un rotundo si. En primer lugar porque ya lo he hecho. Cualquiera que empieza sabe que no va a tener más lectores que uno mismo y, a veces, ni eso. Pero la segunda es porque la única forma de aprender a escribir es escribiendo (y leyendo mucho). Así que es una ventaja saber que no vas a tener espectadores al principio porque te libera tensión. Pero es que aunque tu seas el único testigo de tus palabras, los efectos colaterales de llevar tus ideas a un papel o una pantalla son enormes. Ah, y no te preocupes, va a haber gente que te lea.

No soy nadie para escribir

«No van a tomar en serio lo que escriba porque hay gente mucho mejor que yo». Puede que si o puede que no, pero seguramente esas personas tampoco están difundiendo sus ideas. Aquí no se trata de explicar cosas muy profundas y sesudas. Lo importante es explicar con tus palabras tus aprendizajes profesionales, tus opiniones sobre temas relacionados con tu profesión o tus historias de éxito o fracaso. Precisamente cuando cuentas cosas con las que muchos nos podemos sentir identificados es más probable que te tengan en cuenta.

Podría seguir con la lista de excusas. No me dejan escribir en mi empresa. No sé como escribir. No tengo tiempo. No tengo ganas. No tengo edad. Tengo demasiada edad. No sé utilizar el Word. No soy tan egocéntrico. No me gusta exhibir lo que hago. Se van a meter conmigo… He escuchado innumerables razones para permanecer oculto. Tu tarea a partir de ahora es encontrar razones que contrarresten esas excusas y, sobre todo, empezar.

NOTA: El día 6 de octubre estaré con Maria Luisa Moreno (@zumodeempleo) en el 5º Foro de Economía de Tres Cantos (Madrid). Es abierto y gratuito. Aquí tienes el enlace.





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