¿Tiene sentido el Branding Personal en las empresas?
Cada vez que nos reunimos unos cuantos de los que nos dedicamos a esto de la Marca Personal nos preguntamos en qué momento los responsables de las organizaciones asumirán que no pueden seguir dando la espalda a la necesidad de los profesionales de gestionar su proyecto como una empresa.
Creo que la mayor parte de los directivos de nuestro país siguen tratando a los profesionales como Recursos Humanos o como padres rígidos o, algo peor, como si sus hijos no pensasen por sí mismos. Siguen utilizando términos como «retener» el talento que sonaría muy bien en países como Corea del Norte. Y las entrevistas de trabajo tienen más de técnicas de interrogatorio con sofisticadas herramientas psicológicas y de terapia de grupo que de negociación comercial.
Sin embargo, desde mucho antes de la crisis del 2007, algunos ya veníamos diciendo que hay que replantearse los vínculos entre las organizaciones y las personas que trabajan en ellas. Hay que establecer relaciones mucho más equilibradas porque los profesionales tenemos la capacidad de aprender, conectar, comunicarnos, generar negocio o influir en el entorno a un nivel impensable hasta ahora. Ahora parece que el mango de la sartén va a estar más repartido.
La mentalidad YO S.L. plantea que todos los profesionales somos proveedores de servicios independientemente de nuestro estado laboral (autónomo, emprendedor, empleado, desempleado,…). Por lo tanto, trabajar para una empresa no es más que vender tus servicios a un único cliente durante un periodo «indefinido» o «temporal» pero nunca eterno. Esta situación no es necesariamente mala porque nos obliga a mantenernos vivos y en constante desarrollo pero aunque lo fuese daría igual porque las cosas van en esta dirección.
Por lo tanto, en lugar de plantear todo esto como una guerra entre personas y organizaciones, los que estamos en esto creemos que hay que aprender a manejarlo por el bien de todos.
Se habla de la Marca del Empleador (Employer Branding) para hacer más atractivas a las empresas pero de la Marca del Empleado (Employee Branding) apenas se dice nada (excepto profesionales de R2H2 de nueva generación como mi amiga Cristina Mulero). Quizás esa puede ser una buena opción para los responsables de la gestión de personas porque va a convertirles en desarrolladores de proyectos de Marca Personal.
Y dirás ¿Por qué debería preocuparse una empresa de la Marca Personal de sus empleados? Si va a aumentar su valor y sus opciones y les va a hacer más influyentes ¿No puede perjudicar a la organización?
Cuando me plantean esas cuestiones siempre me viene a la cabeza que las empresas que plantean esas dudas tienen algo que ocultar, una especie de mala conciencia que les hace pensar que la gente que trabaja en ellas está deseando salir huyendo o que les están engañando con el sueldo o que sus profesionales están ahí porque no les queda más remedio. Es algo así como un matrimonio en decadencia en el que una de las partes se empeña en impedir que la otra salga de casa y se relacione con otras personas o que tenga una forma de ganar dinero porque «te pertenece».
En muy pocas ocasiones, algunas, pero pocas, he trabajado con empresas que han apostado por ayudar a sus profesionales a desarrollar su Marca Personal y todas ellas se han dado cuenta de que el cambio siempre es positivo y que muchos de esos temores (divismo, huida de profesionales, exigencia de subidas de sueldo,…) son infundados. Pero además, la confianza que adquieren esos profesionales, su capacidad para ser más responsables e independientes o su mejora en la comunicación y las relaciones les hace mucho más productivos y se sienten mejor consigo mismos y felices con su «cliente».
Quizás el problema está en esa absurda idea que se ha transmitido sobre que el Branding Personal es Marketing Personal 2.0. Es decir, que aquí todo consiste en abrirse una cuenta en todas las Redes Sociales y empezar a autopromocionarte, soltar sandeces o, algo peor, información superconfidencial sobre tu empresa. Pero no es así.
Una Marca Personal sólida es el resultado de un proyecto personal y profesional gestionado conscientemente y con un propósito. Eso implica que hay que comunicar, si, pero eso sólo es una fase del proceso. Además hay que gestionar creencias, identificar tus valores y tu valor, aprender y mejorar constantemente, comportarte coherentemente para generar confianza y sintonía y muchas otras cosas que nos hacen mejores personas y nos permiten aportar más a las organizaciones siendo nosotros mismos.
¿Cómo puede eso perjudicar a una empresa que haga las cosas bien? Quizás ahí está el problema, son aquellas que parece que tienen algo que ocultar las que prefieren seguir pensando en sus profesionales como recursos.
Precisamente por todo esto, tras las ediciones del 2015 y 2016, centradas en los profesionales de la Marca Personal, hemos pensado que el Personal Branding Lab Day de este año debe estar enfocado en la aplicación del concepto en las organizaciones. Creo que va a ser muy interesante y va a suponer un punto de inflexión. Si no quieres perderte este tren y te apetece formar parte de este cambio, te esperamos allí.
Personal Branding Lab Day 2017
NOTA: El jueves 23 estaré acompañando a Cristina Mulero en la presentación de su libro «Saltar de la pecera» en Madrid con Juan Carlos Cubeiro y Yolanda Saenz de Tejada. Si te apetece acercarte, ahí estaremos muchos amigos hablando de estas cosas. Será a las 19:00 en ALITER, C/Maestro Ripoll, 18 Madrid.
