Dime qué hago ahora

Si tuviese que elegir una de las principales razones que frenan mi productividad diría que no es la falta de tiempo o las interrupciones externas sino esos momentos en los que no sabes lo que tienes que hacer.

Nuestros sistemas, tanto el educativo como el empresarial, están basados en dar y obedecer órdenes. Te piden que hagas algo y lo haces (mejor si es «comosiempresehahechoaquí»). Punto.

De hecho, creo que las nuevas generaciones no sólo no han superado esa mentalidad sino que percibo que, en muchos casos, carecen de la más mínima iniciativa. Eso es algo que me llama la atención porque yo me formé en otros tiempos en los que todo estaba mucho más reglamentado.

Creo que a la gente más joven les han quitado de golpe muchas de las cosas que, a quienes tenemos medio siglo, se nos daban por sentadas. Pero precisamente aquellos que lo han perdido casi todo son quienes deberían ser más libres para asumir riesgos.

Ahora que se habla tanto del derecho a decidir, en realidad creo que sigue siendo más de lo mismo. Unos pocos deciden y unos muchos se suben al carro sin pensarlo porque es lo más cómodo o emocionante. Les venden el «pack emocional» y ya los tienes aferrados a tu causa. Y esto se aplica a la política, a la televisión, al aspecto físico o a muchas otras cosas.

Ahí reside otra de las dificultades de la Marca Personal.

Muchos dicen que quieren ser únicos y diferentes pero a la mayoría les falta tiempo para comprar una etiqueta, una ideología o una tendencia para sentir que forman parte de la tribu aunque sea a costa de su propia identidad o mejor aún, para evitar tener que desarrollar la suya propia. Por eso los políticos y muchas empresas se han convertido en una especie de PRIMARK identitario donde puedes encontrar muchas cosas para sentir que sigues siendo parte del grupo. #TodosSomos…

Así que, cuando uno trata de poner en marcha un proyecto propio y diferente se encuentra absolutamente perdido, o casi. Si ya es jodido saber lo que quieres, a qué te vas a dedicar y qué vas a ofrecer, cuando tienes que hacerlo, empieza un segundo purgatorio.

Ojo, que aquí no estoy hablando de CÓMO hacer algo sino de decidir antes lo QUE tienes que hacer. Por eso soy tan crítico con las recetas y los decálogos. Hoy puedes encontrar métodos, procedimentos, tutoriales, «trucos» y secretos ¿infalibles? para hacer cualquier cosa. Pero eso puede ser contraproducente. Hay tantas cosas por hacer y tantas formas de hacerlo que acaba bloqueándote.

La pregunta que nos hacemos los que vamos por libre no es CÓMO hago algo sino, QUÉ es lo más apropiado para conseguir mi objetivo. Y no me digas que no tienes ni idea porque, en el fondo, todos sabemos lo que hay que hacer.


Por ejemplo. Cuando este verano decidí que empezaría a hacer cosas nuevas y poner en marcha una nueva web, lo más difícil ya estaba hecho. Pero reconozco que me costó mucho decidirlo. Y eso que era una elección bastante poco arriesgada. Pero si eres como yo, también te ocurrirá que siempre encontrarás excusas para seguir donde estás. El CÓMO hacerlo fue algo tan sencillo como pedir consejo a Claudio Inacio y en diez minutos ya sabía como lanzar un sitio nuevo en pocas horas.

Se habla de la soledad del líder. Pocas veces se reconoce el valor de quienes ocupan puestos de decisión en las organizaciones. Pero cuando tienes que hacer que algo se ponga en marcha o simplemente que se mantenga, te das cuenta de lo jodido que es. Lo curioso es que si todos somos profesionales YO S.L., nos toca tomar decisiones, asumir la responsabilidad. Porque de eso va la Marca Personal, de que seas tú quien escoja. Si son otros quienes lo hacen por ti, entonces simplemente serás su marca blanca. Y esto es aplicable a amigos, familia, políticos, movimientos, tendencias o empresas.

Tomar decisiones va a mejorar tu motivación y tu actitud porque te obliga a mirar hacia adelante y analizar las consecuencias. Si no lo haces, te vas a pasar el día pensando en lo que ha ido mal o recordando el pasado con nostalgia.

Ah, y ya te digo que las decisiones van antes de eso que llaman actitud positiva. Te aseguro que son las acciones las que van a cambiar tu actitud. Si, por el contrario, esperas a «tener ganas» para actuar, puedes esperar sentado.

Como te decía al principio, no hay nada más productivo que tener una lista de acciones o tareas concretas que realizar. Te confieso que yo he visto pasar días enteros casi en blanco por no haberme puesto «deberes». Cuando tienes una lista de cosas que has decidido hacer, tus distracciones se reducirán al mínimo porque ya has priorizado en función de tus valores y criterios.

Por último, cuando haces cosas (especialmente si son las correctas), vas a producir un efecto, un impacto, vas a dejar una huella. ¿Y qué hemos dicho desde hace años que es la Marca Personal?

Pues ya lo sabes. No me pidas que te diga lo que quieres conseguir y lo que tienes que hacer. Primero lo decides tú y luego yo ya, si eso, te digo como.

NOTAS: Eventos en abierto en los que participaré este mes.

Diseña tu estrategia de Posicionamiento Profesional. 29 Septiembre. 10:00. Alcoy
Congreso Digital & Social Marketing. 30 Septiembre. Valencia





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