Internet era Instagram

Claudio, que siempre me da buenos consejos sobre como mejorar mi posicionamiento en Internet, me decía hace unos días que debería poner alguna foto en mis artículos. De ese modo se atrae más la atención y, lo que parece que es la obsesión en estos tiempos, conseguir que pinche más gente.

Si me conoces, basta que me digan que hay que hacer algo para que se me quiten las ganas. Pero le hice caso y resulta que tiene razón.

Esta pequeña anécdota me hizo pensar en lo rápido que hemos pasado de un Internet del conocimiento a un dospuntocerolandia de lo aparente, lo superficial y lo anecdótico. Hemos pasado del blog a los tuits y de estos a las foticos. De la categoría a la anécdota. De los argumentos a las noticias falsas.

Conversaba esta semana con Fernando Alfageme, que es un médico que está haciendo cosas muy interesantes (libro incluido) con la Marca Personal para profesionales como él, sobre la evolución de algunos de mis colegas que llevan bastantes años en lo dospuntocero. Le explicaba que he visto como muchos de los que empezaron, como yo, a crear sus blogs en los primeros años de este siglo, los han ido sustituyendo por herramientas y Redes Sociales más «cómodas», de consumo rápido y contenidos «basura».

He visto con mucha pena como colegas que estaban aportando mucho valor útil en sus bitácoras fueron sucumbiendo a la tentación de lo fácil. Twitter, Facebook, Instagram,… Y creo que el tiempo me ha dado la razón porque la mayoría de esos buenos profesionales se han diluido en esa masa vociferante, cabreada, ofendidita, superficial o anecdótica que puebla los Medios Sociales más populares. Y algo peor, sustituyeron una «vivienda» virtual propia por un mínimo espacio de «alquiler» en el que por cualquier razón les pueden desahuciar.

¿Es un rollazo tener que escribir un post o varios por semana? Por supuesto. Ya te lo digo yo. ¿Merece la pena? No te puedes imaginar cuanto. Por eso, incluso en los momentos de bajón, nunca me he planteado dejar mi blog. Podría prescindir de todo lo demás en Internet, y seguramente lo haga algún día, pero mi blog es mi casa, una parte de mi esencia, es lo que mejor habla de mi.

Si llevas unos meses o incluso un par de años en esto de lo «irreal» quizás no eres tan consciente de lo que está ocurriendo pero si llevas una década o más y además tienes hijos adolescentes habrás visto como han cambiado las costumbres en La Red.

Hoy lo que parece que domina es Instagram. Y es lógico porque es la versión más cómoda, superficial y de consumo rápido para compartir y ver contenidos. Joder, si incluso los «me gusta» se pueden dar con dos golpecitos con el pulgar. Para los más jóvenes, Facebook ya es demasiado «espeso» y de Twitter deben pensar que es un lugar para gastar bromas, organizar guerras civiles virtuales, entrar en debates tabernarios sobre fútbol o dedicar horas y horas a seguir la vida de los protagonistas de «realities» y «concursos de talentos» en televisión.


Así que está claro que Instagram es, en este momento, la versión más sofisticada de la falta de contenido. Es continente puro. Supongo que todavía veremos cosas peores porque el ser humano es genial para inventar chorradas que nos hagan perder el tiempo, pero de momento no van mal.

Instagram es la mejor forma de tirar por tierra aquello de que una imagen vale mas que 1.000 palabras. Si fuese así, a la velocidad a la que vemos las foticos en esa Red Social seríamos los mayores sabios que han existido en este planeta.

En realidad Instagram es la versión móvil de lo que hacíamos cuando íbamos a la casa de la suegra o visitábamos a los amigos que habían venido de un viaje exótico. Son el álbum de fotos familiar o el vídeo de varias horas que tenías que tragarte si o si. Pero es cierto que ha «aportado» algo que, hasta ahora, quedaba en la intimidad de cada cual. Me refiero a las posturitas delante del espejo.

Una parte del fenómeno de los «influencers» (supongo que los llaman así porque les da vergüenza llamarse influyentes) se ha construido sobre los/as adolescentes marcando tableta y enseñando chicha con la menor cantidad de ropa posible. Pero esas imágenes son sólo la forma documentada de lo que algunos más presumidos han hecho toda la vida pero a los que, hoy, se les ha entregado un teléfono con cámara.

Y de lo de las frases cohelianas hablamos otro día si eso.

No voy a decir que yo soy demasiado mayor para cambiar porque no soy de los que se amedrentan ante los cambios. Lo que tengo claro es que, si quieres dejar huella, Marca Personal, es mejor que te centres en las herramientas, canales y plataformas que puedas controlar y en las que puedas desarrollar tus ideas aunque supongan más (o mucho más) esfuerzo. A la larga compensa.

NOTA:

Vete preparando para el día 23 de Octubre en Cádiz porque allá vamos de nuevo a hablar de Marca Personal, Knowmads, Desarrollo Profesional y muchas más cosas. Es un encuentro útil, entretenido y, sobre todo, entre amigos. Es abierto y gratuito. Se va a celebrar el día 23 de Octubre, de 9:30 a 13:30. En el salón de actos de la sede de la Confederación de Empresarios de Cádiz. Avenida Marconi número 37, Cádiz. Se encuadra dentro del “Espacio Knowmads” de la Fundación Cajasol Cádiz. Toda la información aquí o en el cartel.


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