Ganarte la vida por tu cuenta ¿sólo para unos pocos?

Esta semana, una periodista me entrevistaba para hablar de Monetízate. Fue una conversación muy interesante y me hizo preguntas bastante incisivas y certeras.

En algún momento de la charla se planteó un tema bastante recurrente cuando se habla de Proyectos Paralelos en particular o de buscarse la vida en general. Me refiero a aquello de «es que no todo el mundo puede ganarse la vida por su cuenta».

En otro momento de la conversación, estuvimos debatiendo sobre la renta básica, es decir, ese experimento económico por el que todos los ciudadanos o residentes de un país reciben regularmente una suma de dinero sin condiciones.

No es mi intención entrar en un debate político ni ideológico porque no es la finalidad de este blog. Pero creo que la combinación de la idea de que sólo hay dos opciones para sobrevivir, la de que o tienes un empleo o debes vivir de subsidios, es absolutamente letal y equivocada.

En primer lugar porque partimos de una premisa falsa, la de que no todo el mundo puede ganarse la vida por su cuenta. Aceptar esa idea implica que lo que hacemos sólo tiene valor si trabajas para una organización.

En segundo lugar porque, tal y como están las cosas, los puestos en las organizaciones son cada día más escasos y de peor calidad. Y en ciertas edades, para los más jóvenes y los más mayores, la cosa todavía es peor.

Veo a mi alrededor gente muy valiosa que se queda paralizada como un ciervo al ver los faros de un coche en una carretera cuando pierden su empleo o lo ven peligrar.

Como ocurre en tantos aspectos de la vida, cuando nos vemos amenazados tenemos tres opciones.

La primera, la que te digo de quedarse bloqueado, paralizado. Desgraciadamente suele ser bastante frecuente. En parte porque no nos han explicado como buscarnos la vida más allá del empleo y todavía menos nos han animado a practicarlo.

La segunda es la de huir. Se trata de marear la perdiz, pasarse el día planeando (yo he caído en eso), hacer el enésimo curso/master, enviar centenares de currículos, crear el perfil PERFECTO en LinkedIn o soñar con mundos idílicos. Consiste en tener la sensación de que haces «algo». Suele estar muy relacionada con esa mentalidad infantil que lo resuelve casi todo con una actitud positiva.


La tercera es la de luchar. La amenaza y el peligro es claro y real. Así que no queda otra que afrontar los hechos de la forma más objetiva posible y coger el toro por los cuernos. Y me temo que esto sólo sucede cuando, o tienes una motivación muy clara o estás muy jodido. Vamos, el clásico de que uno sólo se mueve cuando está al borde del precipicio o cuando lo que hay al otro lado merece la pena el riesgo del salto.

Así que, tanto si te gusta la idea como si no, ¿crees que lo de buscar fuentes alternativas de ingresos es algo para una especie de élite de profesionales? Espero que no.

Otro de los temas que surgió en la entrevista fue la de la libertad y la independencia personal, la responsabilidad individual y la defensa de los valores.

Creo que la única forma de ser libre es no depender de un único cliente, pero eso es lo que ocurre cuando trabajas por cuenta ajena. Cuando la hipoteca o el bienestar de tu familia dependen de un sueldo, tu margen de maniobra y tus grados de libertad son mínimos. Y si te ponen en un dilema, si tienes que hacer algo que va en contra de tus principios, no te quedan demasiadas opciones.

Aprender a vender tu trabajo no es algo innato, ni siquiera es sencillo al principio. Por eso es necesario empezar cuanto antes, cuando tienes una cierta seguridad (si la tienes) y eligiendo un campo que te atraiga y te interese lo suficiente como para dedicarle unas horas a la semana.

Hay algo que nos frena mucho a la hora de poner nuestro valor en un escaparate, me refiero a esa falsa división del trabajo en empleados, desempleados, autónomos, estudiantes, empresarios, funcionarios,…

Como digo en el libro, todos somos PROFESIONALES y eso significa que si te pagan como alguna de las clasificaciones anteriores, también podrán hacerlo en otra. Es decir, que si cobras por hacer algo en una empresa, también podrás hacerlo para varias y viceversa.

En realidad, todos nos ganamos la vida por nuestra cuenta, todos trabajamos para YO S.L., todos somos profesionales independientes, lo que ocurre es que la mayoría parece no haberse dado cuenta todavía.


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