La misión va antes que la profesión

EstrategiaSi buscas en el diccionario las definiciones de Misión y Profesión, te encontrarás antes con la primera que con la segunda. Pues en la vida ocurre lo mismo. Desde muy pequeñitos, cuando nos preguntan a qué nos queremos dedicar, respondemos que Astronautas, Bomberos, Jubilados o Pilotos de Carreras. Es decir, que muy pronto nos acostumbramos a comprar el «Pack Profesional Estandar». Y a partir de ahí, la cosa no cambia demasiado y no debería ser así.

Reconozco que, al menos yo, he tenido cierta manía al concepto de Misión por dos razones.

Por un lado siempre me ha parecido un poco místico. Al escuchar historias de personas que han descubierto su misión, siempre me los he imaginado como en alguno de esos cuadros del Renacimiento en el que aparecía una luz brillante en el cielo y una persona escuchaba la voz de Dios que le decía lo que debía hacer con su vida. Pero eso no suele suceder. El descubrimiento de la Misión es algo que requiere reflexión y no suele venir de una iluminación.

La otra razón es que la utilización (o más bien manipulación) de términos como Misión y Visión por parte de las empresas los han despojado de gran parte de su valor porque los han convertido en conceptos inútiles, falsos y que sólo servían para colgar un cuadro en la entrada de las oficinas con una frase y una foto bonita de Getty Images.

Sin embargo, una Misión bien definida no sólo es fundamental para un profesional sino que le resuelve gran parte del trabajo posterior. Cuando tienes una Misión clara, todo lo demás es mucho más sencillo.

  • Te va a ser mucho más fácil tomar decisiones porque ya has establecido tu propósito profesional y sabes lo que quieres hacer y, sobre todo, lo que no quieres hacer.
  • Vas a generar mucha más credibilidad porque vas a transmitir que tienes claro lo que haces y a quién te diriges
  • No te va a costar nada encontrar temas para escribir en tu blog, crear tu perfil en LinkedIn o preparar tu «Elevator Pitch».
  • Rápidamente vas a detectar lo que te falta por aprender, los recursos que vas a necesitar o las personas con las que te puedes asociar.
  • Vas a atraer a quienes puede interesar lo que haces… y también autodescartar a quienes no tienen el mínimo interés.
  • Vas a ser mucho más consistente y te vas a mantener firme en momentos de cambio.
  • Vas a depender mucho menos de un cargo, un puesto o un título porque vas a estar más centrado en la actividad que en las etiquetas.

Podría seguir enumerándote ventajas de tener una Misión clara, pero creo que ya lo vas viendo. Lo importante es que entiendas que una Misión no es más que una forma de definir lo que vas a hacer por los demás. Con esto no pretendo ponerme «flower power» y decirte que tienes que dejarlo todo e irte a las Misiones (¿Misiones? mira por donde). Lo que tienes que entender es que para alcanzar tus objetivos tienes que ayudar a otros a conseguir los suyos. Pues bien, eso es exactamente lo que significa descubrir tu Misión.

Misión no es más que descubrir lo que vas a hacer por los demás para alcanzar tu sueño o visión. No se trata de lo que vas a hacer por ti, eso serían más bien los objetivos, sino de lo que vas a aportar a los demás. Por eso los anglosajones hablan de Legado, Herencia y cosas parecidas cuando se refieren a la Misión. La Misión es una forma de dejar huella, Marca Personal. Piensa que al final todos vamos a palmar, lo importante es cómo queremos acabar y como queremos ser recordados.


Por lo tanto quédate con la idea de que la misión trata de lo que vas a hacer por el mundo no por ti. Por ejemplo “Quiero ganar mucho dinero” es un objetivo, no una misión. “Quiero hacer … para …” si es una misión.

Y entonces si, a partir de ahí ya puedes empezar a definir tu profesión. La misión te ayuda a definir lo que quieres ser cuando “seas mayor”. Una Misión bien definida tiene una serie de características.

  • No deberías poner fecha a tu misión, debería ser indefinida o atemporal y no dependiente de la coyuntura.
  • Debe ser capaz de ser expresada en una frase corta, de unas 10-12 palabras como máximo.
  • Debe ser entendida fácilmente por un niño.
  • Debe ser fácil de expresar de memoria.
  • Debe ser suficiente para que un tercero pueda decir que la has cumplido.
  • Debe incluir tu pasión.
  • Debe ser concreta.

Yo suelo explicar en mis cursos que la Misión se puede construir teniendo en cuenta cinco elementos:

  • Qué vas a hacer. Suelen ser verbos. Hacer, Construir, Inventar, Comprar, Impartir,…
  • Con qué vas a trabajar. Suelen ser sustantivos. Coches, arroz, finanzas, equipos, apartamentos, información,…
  • Qué cambio vas a producir. Aumentar, reducir, mejorar, crear,…
  • Qué beneficio vas a generar. Facturación, contactos, tranquilidad, rapidez, valor, belleza,…
  • A quién va a beneficiar. Empresa, jóvenes, mujeres, instituciones, discapacitados, directivos,…

Por ejemplo, mi Misión sería algo parecido a esto:

«Diseñar, impartir y vender + Estrategias de desarrollo profesional + para Aumentar + el valor y las opciones + de los profesionales»

Y a partir de ahí le puedes poner el nombre que te apetezca o asociarlo a una profesión determinada. Pero como ves, lo importante es tener clara la respuesta a «¿Qué voy a hacer por los demás para alcanzar mis objetivos». Pues ahí lo dejo. Tienes un puente para pensarlo.

NOTA: El sábado 17 estaré en Alicante hablando de Estrategia Personal. Aquí tienes los datos por si te interesa.





Compartir esta publicacion