Si el producto eres tú, tienes un problema

ProductoQuizás sea una de las consecuencias de cumplir años. Puede que se trate de ver como en esta época la gente coge la gripe y no puede ir a trabajar. O a lo mejor es sólo que uno piensa en lo que va a dejar si hoy desaparece.

El caso es que cada día con más frecuencia me pregunto si tiene sentido que tus ingresos, tus resultados o tu bienestar dependa de que tengas que estar físicamente en un sitio o de que tu valor se base principal o únicamente en que hagas algo «en directo» o tengas que ir cada día a tu cubículo.

Hoy, la mayoría de las personas debemos ir a donde nos necesitan. Unos tienen que hacerlo cada día durante unas horas y otros podemos tener más libertad. Pero, al final, la mayoría tenemos que mover átomos aunque nuestra materia prima sean «bits» porque se supone que somos «Knowmads» o trabajadores del conocimiento.

Hace unas semanas decía que el Branding Personal es una consecuencia de lo anterior. Cuanto más intangible es tu trabajo, más necesaria es una Marca Personal que condense tus cualidades en un nombre.

Por otra parte, suelo decir que sin un producto, no puede existir una marca y que esta sólo puede ser duradera y valorada si lo que ofreces es mejor que otras propuestas. Por eso cuando se habla de diferenciación, creo que la mejor forma de destacar es esforzarse por ser superior al resto y demostrarlo.

¿Por qué te cuento todo esto? Pues porque cada día estoy más convencido de que el mundo se va a dividir entre quienes que tengan algo tangible que ofrecer, algo que no dependa de su presencia y aquellos que tienen que poner su «cuerpo» para que les paguen. Por cierto, ¿a qué te suena eso de cobrar por poner tu cuerpo?

Los músicos utilizan los conciertos para acercarse a su público y para generar visibilidad además de para ganar dinero, pero sus ingresos, durante años han venido de la venta de discos. Eso ocurre con muchos artistas.

Los empresarios y emprendedores consiguen (o lo intentan) que sus proyectos progresen creando sistemas, generando ideas, invirtiendo o manejando recursos (si, también humanos) para producir bienes y servicios. Luego muchos criticarán a quienes tengan éxito pero no se han parado a pensar en lo que supone gestionar todo esto asumiendo grandes riesgos. Una vez que todo eso funciona, pueden dedicar sus recursos, especialmente el tiempo, a otras cosas.

Y ¿qué pasa contigo (y conmigo)? Pues que seguimos en la primera etapa de todo el proceso. Dependemos de nuestra presencia. Y como dijo alguien, si no tienes otra cosa que vender excepto a ti mismo, tienes un problema. Suelo decir que no tenemos que vendernos sino vender lo que hacemos pero desgraciadamente es lo que acabamos haciendo… porque (aparentemente) no nos queda otra.

Si no tienes nada que vender aparte de tus cualidades, vas a depender de un currículo, de la opinión de un responsable de selección o de lo bien o mal que le caigas a tu jefe cuando te haga la evaluación anual. Y si trabajas por tu cuenta la cosa no es mucho mejor. Si tienes que estar haciendo todo el trabajo, entonces no eres tu propio jefe sino tu empleado más explotado.


La forma de salir de esta trampa es creando algo que no dependa de ti. Puede ser un objeto, o un método, o algo que genere valor sin que tengas que estar delante.

Como te digo, estamos viviendo una época que cada día se parece más a lo que aprendimos en los libros de historia.

Por un lado van a estar aquellos que basan su «seguridad» poniéndose bajo las órdenes del señor del castillo y que van a malvivir aportando sudor y horas de trabajo y quizás al equivalente al derecho de pernada.

También estarán los nobles/funcionarios que se han ganado su supervivencia por los servicios al rey en una situación concreta.

Y por otra parte estarán quienes sean capaces de crear algo que se puede vender y los que ofrezcan sus armas y lanzas al mejor postor (free-lances) pero para eso deben desarrollar una Marca Personal potente.

Vale, vale, ya sé que en este momento estás pensando que no todo el mundo puede crear un producto, o algo que no dependa de tu presencia constante. Pero el mundo no lo he creado yo y aunque no te gusten las cosas, no van a dejar de suceder sólo por cerrar los ojos. Si las pensiones no están aseguradas, si un sueldo apenas da para sobrevivir y si no sabes si mañana tendrás un empleo, ¿No tiene sentido buscar alternativas para generar ingresos?

Supongo que es más cómodo física y mentalmente recopilar tu historial en un currículo, lanzarlo a diestro y siniestro como un mensaje en una botella y esperar respuestas. Pero hoy en día eso sólo garantiza tristeza.

Lo que tengo muy claro, especialmente como profesional independiente es que, depender de ti y de tu coyuntura genera ansiedad y errores. La seguridad viene de tener algo que genere ingresos sin ti o incluso «a pesar» de ti.

A pesar de lo crítico que soy con dospuntocerolandia, creo que en este aspecto, puede ser nuestro gran aliado. Eso implica invertir tiempo en darse a conocer, aprender constantemente, probar y equivocarse creando algo (¿podrías crear un manual de trabajo de lo que haces?), salir a ofrecerlo y venderlo, innovar,…

Yo estoy en esa etapa de «solidificar» mis cualidades. Admito que no es sencillo y que cada profesión tiene sus peculiaridades. Pero lo que tengo clarísimo es que si tu único producto eres tú, el futuro es muy negro.





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