El club de la comedia
Vale, lo reconozco, el tema me está obsesionando. Ya he incluido varios comentarios en esta bitácora pero no me entra en la cabeza lo que está ocurriendo en las empresas de nuestro país. ¿Como es posible que exista un convencimiento general de que a las empresas no les conviene que sus empleados sean conscientes de su potencial y tomen las riendas de su carrera?
No es una opinión extraña o que salga de la mente de un loco, es la opinión general. Y encima si tratas de ponerla en duda, te miran como si vinieses de otro planeta y parece que piensan, «pobre ingenuo».
Porque vamos a ver, ¿que es lo que puede mover a los responsables de nuestras compañías a ser reticentes a «despertar» a sus trabajadores? Se me ocurren algunas posibilidades, si teneis alguna más, por favor decidmelo.
1º Se han vuelto demasiado cómodos como para tener que hacer los cambios que supone el «quitar el freno» a sus profesionales.
2º Tienen un temor atávico a que la gente se les pire en cuanto descubran la cruel realidad. Lo que no dice mucho de su política de gestión de personas y si de su departamento financiero que es el que controla los gastos.
3º Parece que algunos reconocen que si abren las puertas al desarrollo profesional, sus cómodas vidas pueden verse «algo» alteradas. Asi que, ¿por que no dejar las cosas como están? Evidentemente para que alguien cobre sueldos de 6 o más cifras, debe haber muchos cuyos salarios sean de 4 cifras. ¿Podríamos decir que el trabajo de uno y de otros justifica esa diferencia? Si al menos, fuese el empresario que arriesgó su dinero y no un gestor de lujo…
El caso es que ya hace varios años que dejó de ser divertido el chiste ya muy casposo de «las personas son el recurso más importante de nuestra empresa» y actualmente se ha puesto de moda por parte de los nuevos comediantes con trajes de Armani el nuevo espectáculo denominado «la retención del talento». Al parecer está teniendo gran éxito de crítica y público por parte de los cantamañanas que siguen sin ver (¿o no?) que el emperador está desnudo. Ese chiste les da para vivir bien durante al menos cinco años más.
Cuando oigo lo de la detención (perdon, retención) del talento me acuerdo de como retuvieron el talento de Kunta Kinte cuando intentó escapar, a los más jovenes les diré que su «director de personal» optó por cortarle el pie.