¿De verdad es tan terrible el Individualismo?

Individualismo. (Según el DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA)
1. m. Tendencia a pensar y obrar con independencia de los demás, o sin sujetarse a normas generales.
2. m. Tendencia filosófica que defiende la autonomía y supremacía de los derechos del individuo frente a los de la sociedad y el Estado.

Egoísmo. (Del lat. ego, yo, e -ismo).
1. m. Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás.
2. m. Acto sugerido por esta condición personal.

Cuando se junta lo políticamente correcto con el desconocimiento de nuestra lengua ocurren cosas como estas. Se confunde el egoismo con el individualismo. Creo que es importante aclarar que el concepto de Marca Personal podrá decirse que fomenta el individualismo pero nunca el egoismo, sino todo lo contrario. Se trata de alcanzar la libertad de pensamiento que desgraciadamente cada día parece que vamos perdiendo aunque vivamos en sociedades que se llaman democráticas. Para luego ponerla a disposición del bien común.

En casi todas las épocas históricas, la mayoría de la gente no ha apreciado la individualidad, sino que más bien se ha dejado guiar por la tradición, o como actualmente, por la observación y la imitación de lo que hacen los demás. El hombre autodirigido ha sido siempre la excepción en vez de la regla.

La sociedad y la economía actual, exige una uniformidad cada vez mayor en cuestiones de gusto o de ideología y considera al individualismo como un lujo indeseable.


La sociabilidad no se opone al individualismo. El individuo es único precisamente porque se relaciona con muchos grupos de opiniones diferentes. El hombre masa es más uniforme en sus opiniones porque la vida actual han destruido muchos de estos grupos de contacto directo y otros como la familia están siendo atacados.

El totalitarismo odia al individualismo. El ideal de los estados totalitarios es que todos sean iguales y que exista un pensamiento único. No hay más que pensar en Mao, Hitler, Stalin o el resto de los regímenes totalitarios que hemos sufrido durante el siglo pasado.

En una sociedad cada vez más homogenea, los que no se conforman se convierten en un estorbo.

Precisamente para que nuestras democracias sobrevivan y prosperen deben (debemos) hacer todo lo posible para fomentar un cierto tipo de individualismo esto es, el que defiende la autonomía y supremacía de los derechos del individuo frente a los de la sociedad y el Estado.





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