El Efecto Camera Café

El comercial vividor, el administrativo-sindicalista que se escaquea, la secretaria divorciada, el informático despistado, el jefe gruñón y caradura. ¿Que son todas estas etiquetas? ¿No son formas de «marcar» a las personas?

El ser humano odia sentir que el caos reina a su alrededor y tiene tendencia a encasillarlo y a clasificarlo todo. Eso proporciona una sensación artificial de orden que nos deja tranquilos si no rebuscamos demasiado. Queremos pensar que no va a haber sorpresas. Por eso rapidamente ponemos un sello a todo y a todos los que se relacionan con nosotros. Por eso cruzamos la acera cuando vamos por un callejón oscuro y vemos a alguien con el pelo largo.

El orden social se mantiene porque hay etiquetadores y etiquetados. Por eso son tan mal vistos los inclasificables o los que no se dejan poner etiquetas.

Desde que nacemos nos ponen etiquetas, en el colegio, en la facultad, en el trabajo. Los políticos, los sociólogos, los psicólogos, los «cazatalentos»…

Hacemos test de personalidad para que nos metan en el fichero que nos corresponde. Y lo peor es que nos los creemos.

El problema es que las cosas no son tan sencillas. Los seres humanos somos mucho más complejos. La verdad es que el programa de Cámara Café tiene gracia porque podemos encasillar e identificar los comportamientos de personas que conocemos. Lo grave sucede cuando lo aplicamos a la vida real. Y suele ser lo habitual.


El pelota, la pesada, el gorrón, la despistada. Eso son marcas, el problema es que nos las ponen y no somos nosotros los que las gestionamos.

Eres demasiado mayor, eres demasiado joven, eres mujer, eres de aquí, eres de allá, eres muy alto, eres muy bajo, eres imbecil, eres rojo, eres facha, eres demasiado listo, eres… No nos conocen y ya nos clasifican. Nos tratan como nos perciben. Y lo que es peor, ese es el criterio con el que se toman decisiones que afectan a las vidas de las personas.

¿Quieres ser «marcado» como los toros de una ganadería o quieres diseñar tu propia etiqueta?
¿Quieres vivir en el parque temático de Cámara Café?

YO NO.

  • Las etiquetas nos simplifican.
  • Las etiquetas nos reducen a estereotipos.
  • Las etiquetas nos limitan.
  • Las etiquetas nos influyen (Efecto Pigmalión).
  • Las etiquetas nos banalizan.
  • Las etiquetas son peligrosas, muy peligrosas.

Utiliza todo lo que sabes para desconcertar al personal. Saca todo lo que tienes dentro. Vuelve locos a quienes te quieren poner una etiqueta que no es la que deseas.

No puedes evitar que te pongan una etiqueta, pero puedes conseguir que sea la que te interesa.


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