Concha
Hace ya varias semanas que estoy en deuda con una amiga. Una de esas personas a las que jamás habría conocido sin La Red. Una amiga a la que también conocéis los que leeis este blog.
Se trata de Concha, así tal cual, porque es la forma en que firma unos comentarios a mis post que por si solos deberían tener un espacio propio.
Para escribir este post necesitaba tranquilidad. Y por fin he encontrado una ventana temporal para hacerlo.
Concha es una de esas personas, que como tantos de nosotros, está poniendo su granito de arena para cambiar las cosas. Y como quién no quiere la cosa acaba de publicar su primer libro: Palabras para el Bienestar.
Me lo envió este verano, me lo zampé en una tarde y lo dejé lleno de subrayados. Alguna vez he dicho que cuando alguien me regala un libro ya puede pedirme (casi) lo que quiera.
El desarrollo de mi proyecto de Marca Personal ha pasado por varias etapas. Al principio tenía una visión utópica y muy idealista de lo que se podría conseguir con él. Pero poco a poco, he ido poniendo los pies en el suelo. Las hipotecas no se pagan solas. Me he endurecido, me he vuelto un poco más cínico y mucho más prágmático. El modelo es mucho más práctico, útil y realista, pero creo que también ha perdido un pelín de ingenuidad y de locura.
Pero este libro me ha devuelto a los orígenes. A ver las cosas con los ojos de un niño, a pensar que hay que tomarse las cosas con más serenidad y a tratar de perder el miedo.
Quizás por ese endurecimiento del que hablaba antes, hay algunas afirmaciones de Concha que me parecen complicadas en el mundo actual. Pero en todo caso el problema es mío y supongo que acabaré cayendo del burro.
Pues eso Concha, que te lo debía y aquí lo tienes. Lo único que te pediría es que pongas en marcha tu blog hoy mismo.