Expertos y Marca Personal

Es curioso como algunas de las cosas más difíciles para un Agente Libre, para un emprendedor o para cualquier persona que quiera vivir de su profesión no sean las cuestiones técnicas o financieras sino las culturales y los prejuicios adquiridos.

Suelo hablar aquí del enfoque, de la diferenciación, de escoger tu nicho de mercado aunque hablemos de personas. Y una de las cuestiones en las que es importante tomar una decisión es el tipo de especialización (o «expertise» como dicen los cursis) con el que vas a posicionarte.
Pero también es importante que llegues a creerte que eres realmente bueno o buena en algo y puedas conseguir que se te conozca por ello.

Sin embargo, me estoy encontrando con un pudor, una vergüenza, una modestia absurda por parte de muchos profesionales. Parece que para poder denominarse experto debes ser un asesor de gobiernos o tener un premio Nobel. Y no es así. Un experto es una persona que sabe más que otros sobre un determinado asunto.


Es fundamental que te reconozcan como un especialista en algo, lo que sea. Puedes ser experto en muchas cosas, incluso puedes ser un generalista, un hombre o mujer del Renacimiento. Pero es básico para tu posicionamiento el que te asocien con una capacidad de satisfacer necesidades en un determinado campo (Desde arreglar bicicletas de montaña a Procesos de fabricación de tartas, eso lo debes decidir tú).

Según el diccionario de la RAE, un experto es alguien: «Práctico, hábil, experimentado». Ahí no dice nada de diplomas, ni de títulos, ni de fama. Solo se trata de ser capaz de destacar en algo, lo que sea. Y ese es un buen punto de partida para crear tu profesión.





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