Dí que no
Creo que en todo lo que escribo suelo dejar claro que un profesional debe ser capaz de transmitir breve y eficazmente lo que puede ofrecer y lo que le hace valioso. Si lo hace bien, su Marca Personal quedará bien definida en la mente de quienes le conocen. Y si gestiona bien las herramientas de Marketing, Comunicación y Promoción Personal conseguirá que quede un recuerdo profundo.
Pero hay un aspecto igual de fundamental que solemos olvidar. Tan importante como lo que haces es lo que NO haces o NO deberías hacer.
No sé si es un problema generacional, cultural o educativo, pero conozco a mucha gente (entre las que me incluyo) incapaz de decir NO en demasiadas ocasiones. A veces es por no quedar mal o no parecer antipáticos. Otras veces pensamos que si no ponemos trabas ni límites será más facil conseguir un empleo o un contrato. En ocasiones creemos que si declinamos una oferta podremos cerrarnos algunas puertas. Pero con el tiempo acabamos pagando las consecuencias.
Un NO a tiempo puede evitarnos problemas posteriores, pero además es una excelente herramienta para reforzar nuestra Marca Personal.
Los lanzados
He conocido a profesionales a los que cuando se les ha preguntado si podrían realizar una tarea o un proyecto se han tirado a la piscina sabiendo que no podían nadar. Todo sea por facturar o por quedar bien. El problema es que una vez que has firmado el contrato o has cerrado el acuerdo con un apretón de manos te das cuenta del follón en el que te has metido. Y a la larga acabas pagando las consecuencias y tu Marca Personal se debilita, a veces de forma irreparable.
No digo que no haya que probar cosas nuevas. Siempre le digo a quién me quiere escuchar que en caso de duda, es mejor lanzarse, pero porque en la mayoría de las ocasiones los miedos, las vergüenzas y el sentido del ridículo no suelen tener fundamento.
Pero otra cosa muy distinta es aceptar todo lo que te soliciten sabiendo que no tienes los medios, los recursos o las facultades necesarias para realizarlo. Creo que genera más confianza un profesional que deja claro su papel y sus capacidades antes de aceptar que aquel que dice que «vale pa’ tó».
Los amorales
Hay personas a las que les da igual ocho que ochenta. Es gente dispuesta a todo, siempre que obtengan un beneficio. No es que no tengan principios, al contrario. Lo que ocurre es que en su escala de valores, sus intereses personales están en lo más alto y lo demás importa poco. En cualquier sesión parlamentaria podemos ver muchos ejemplos.
Cuando hablo de Branding Personal insisto mucho en tener claros los límites que no vas a sobrepasar ni vas a permitir que otros sobrepasen. Es como tu manual de procedimientos vital. Está claro que si defiendes tu posición vas a pagar un precio, pero a la larga todo el mundo va a tener claro lo que puede esperar de tí. Y eso genera confianza y, por lo tanto, podemos decir que los valores aumentan tu valor. Así que un NO a tiempo puede evitarte malosentendidos posteriores.
Además, recuerda que las grandes Marcas Personales de la historia no han gustado a todo el mundo, precisamente por defender aquello en lo que creen.
Los enrollados
Si hay una cosa que me parece enfermiza, alejada de la realidad e incluso peligrosa es esa tendencia a convertir dospuntocerolandia en un mundo idílico y buenrollista. Creo que los intentos de crear sociedades en las que todo se comparte, en la que todo es común, han acabado en desastre. Puedo ser pesimista, pero creo que el ser humano es como es.
Así que parece que todo el que quiera estar aquí debe ser una mezcla de Teresa de Calcuta y Bono (el de U2). No está bien visto decir que NO a nada, no vaya a ser que los bienpensantes te crucifiquen. En este mundo tan «libre» hay que seguir montones de reglas (personas a las que seguir, forma y frecuencia de responder comentarios,…). No puedes negarte o rápidamente llegarán los «comisarios 2.0» y te pondrán a parir de una forma más o menos explícita.
Hubo momentos en la historia en la que incluso personas aparentemente normales ponían una estrella de David y un pijama de rayas a quienes consideraban que no eran como ellos.
Estos son solo algunos ejemplos que yo he conocido y que me animan a empezar a coger el hábito de la negación productiva. Quizás antiguamente no pasaba nada si metías la pata porque se enteraba poca gente, pero en este momento tus cagadas circulan por la red a la velocidad de un Tsunami. De los 15 min. de fama de Warhol puedes pasar a los 15 Mb de desastre.
Creo que es complicado y lleva un tiempo acostumbrarse, pero a la larga, decir un NO a tiempo es fundamental para reforzar tu Marca Personal.