¿Quieres un empleo? Pues espera sentado
Esta ha sido una de esas semanas en las que sientes que que vas en la buena dirección. Ha tenido altibajos, bueno más bien «alti» que bajos, pero no siempre es así y ahí está la gracia.
El miércoles quedé a desayunar con un colega de una de las empresas en las que trabajé. Le va muy bien según los estándares oficiales (sueldo, AUDI de altísima gama,…). Está bien situado, es un profesional serio y valioso, ocupa un puesto de responsabilidad en una empresa importante y está muy bien reconocido. Su trayectoria es envidiable. En este momento tiene cuarenta y cinco años y quería hablar conmigo porque dice que quiere dar un giro a su carrera. Hay algo que no le llena.
Ayer estuve en Zaragoza hablando de mis cosas en el Congreso de la Juventud de Aragón donde, por cierto, disfruté muchísimo. Además de jóvenes había algunos orientadores laborales con los que estuve charlando después de mi intervención. Como ya suele ser habitual cuando hablo de buscar nuevas opciones laborales más allá del empleo (yo más bien hablaría de trabajo basura), algunas personas me dijeron que eso que cuento está muy bien pero que no es viable.
Me dicen que por un lado la gente joven no sabe lo que quiere (eso suele ser cierto pero supongo que para eso están los orientadores) ni están preparados (eso es completamente falso porque quizás no tengan un título o experiencia pero todos sabemos hacer algo por lo que nos puedan pagar) y por otra parte lo que están buscando es un empleo por lo tanto, eso de no aferrarse a un título, aprender por su cuenta, darse a conocer y generar confianza les suena a Disneylandia.
Así que, todo esto de posicionarse como alguien valioso es muy bonito pero les suena a una americanada (aunque no me lo suelen decir así). Me dicen que esto está muy bien para los emprendedores, autónomos, freelances y gente con demasiados pájaros en la cabeza (aunque no me lo suelen decir así) pero no para la gente «normal».
En mi opinión se equivocan completamente. Vivimos una situación en la que el empleo no existe y cuando vuelva no se parecerá en nada a lo que existía hace unos años. ¿Cual es el consejo que le dan a sus «orientados»? ¿Qué esperen a que vuelva el empleo? ¿Qué en lugar de conectarse media hora a Infojobs lo hagan durante una hora?
Lo del Branding Personal y lo de que los profesionales pensemos como empresas unipersonales es algo que atañe y que es aplicable a cualquier persona que quiera ganarse la vida con su trabajo, independientemente del tipo de contrato o de la relación con el «cliente» (cuando trabajas para una empresa también tienes un cliente, cuando estás desempleado simplemente no tienes clientes… momentáneamente).
Lo más preocupante que estoy detectando es que muchos orientadores laborales son los primeros que no son capaces de entender esto y que, además, transmiten su pesimismo y su miopía a los orientados.
Digo todo esto porque creo que estamos tan programados para encontrar un empleo, un contrato indefinido (no definido) o un puesto fijo (jejeje) que se nos olvidan las razones por la que trabajamos que en mi opinión son dos, Ganarte la vida (lo mejor posible) y Hacer algo que te gusta y no necesariamente en este orden. Y creo que en este momento un empleo «tradicional» no cumple ninguna de esas dos condiciones.
Por lo tanto, ¿Por qué hay tanto rechazo a pensar como un profesional independiente? No estoy hablando de crear una empresa, ni siquiera de convertirse en algo desgraciadamente tan prostituido por los políticos como ser un emprendedor. Simplemente estoy diciendo que debes encontrar algo que te guste, que sea necesario y por lo que alguien esté dispuesto a pagarte. Luego le pones el nombre que quieras y haces todos los papeles que te pidan, pero se trata simplemente de eso. Pero pensar que la única alternativa es el empleo por cuenta ajena es absurdo y suicida.
Se habla mucho de los emprendedores y autónomos que «fracasan» en los cinco primeros años de su proyecto pero ¿cuantos «empleados» no llegan ni a mantener su puesto ni durante 2 años? Desde el punto de vista del profesional YO S.L. ese sí que es un fracaso. Pero lo que no se dice es que el empleado se ha quedado en la calle mientras que el emprendedor o el autónomo sale reforzado de cada «fracaso» que, además, casi nunca suele ser el final de su aventura, sólo un bache.
Otro de los comentarios que suelen hacerme es algo así como «si, pero es que yo no me veo como autónomo o emprendiendo o buscándome la vida o…». Por un lado eso me suena a aquello de «es que yo soy así» y te quedas tan campante. Pero por otro lado es que, quizás, en este momento ya no haya otra alternativa… te guste o no.
¿Qué vas a hacer si pasan los meses y no te ofrecen algo (cada día peor pagado)? ¿Le vas a decir a tu familia que no vas a buscarte la vida porque «no te ves» montándotelo por tu cuenta? ¿Vas a decir a los del gas, la luz, el agua y la hipoteca que no les puedes pagar porque cuando naciste a tus padres les dijeron «enhorabuena, han tenido un empleado» y resulta que no tienes empleo?
Lo único que trato de decir desde hace diez años es que todos tenemos algo valioso que ofrecer. Se supone que por eso deberían contratarnos en una empresa. Pero que no eres menos valioso porque momentáneamente no tengas un empleo. Tu valor no está en el puesto de trabajo, tu valor está contigo. Si te pagan una nómina por hacer loquesea, ¿no podrás hacer lo mismo pero cobrando una factura? ¿O es que has estado engañando a tus empleadores y te han estado pagando por no hacer nada?
Me da la sensación de que hemos acabado pensando que el objetivo es ocupar un asiento en una organización, como en el juego de las sillas musicales. Solemos olvidarnos de que si te pagan es porque haces algo útil y si eso es realmente relevante y valioso entonces lo de menos es el tipo de relación que tengas con tu «cliente».
Todo este rollo de la Marca Personal y el YO S.L. va de esto, de descubrir lo que quieres, lo que te gusta y lo que te hace valioso para luego demostrarlo y atraer a quienes te necesiten. La otra opción (suicida en mi opinión) es seguir pensando que lo importante es sacarse un título, diploma o acreditación y mendigar unas migajas de algo que ya no existe. Y para buscar fantasmas no necesitas a un orientador, sino a Iker Jimenez, periodista de lo desconocido.