Tú eres el mensaje
Hay una queja que se repite constantemente por parte de la gente más joven o de aquellos que buscan trabajo pero no tienen experiencia. Me refiero a aquella de ¿Cómo me van a contratar o tomar en serio para un empleo si nunca he trabajado en «lo mío»? o ¿Cómo puedo demostrar lo que valgo si no me han contratado nunca?
De este modo, se asume que cualquier persona que quiera trabajar para otros deberá pagar el peaje de un contrato basura o eternizarse con contratos como becario. Pero el tiempo sigue pasando y unos años después tendrás un par de líneas en el currículo y poco más. La cuestión es ¿hay alguna alternativa? ¿hay algún modo de acelerar ese proceso o de saltarse algunos pasos? En mi opinión si que la hay.
Vamos a suponer que si las empresas contratan a alguien que no ha trabajado en su campo lo hacen porque consideran que tiene potencial y no porque es un recurso humano «low cost». Lo que quieren saber es si va a dar de sí lo que se espera de ella. Pero ¿y si fueses capaz de demostrar previamente que estás más que preparado? Pues creo que hoy es posible, incluso necesario.
Hoy tenemos medios y canales a nuestra disposición para mostrar y demostrar que sabemos de lo que hablamos, que, aunque no hayamos trabajado para nadie, hemos hecho cosas que transmiten nuestras cualidades y fortalezas. Da igual la profesión que tengas, financiero, fontanero, farmacéutico, físico, formador, fresador o fotógrafo por poner sólo algunas profesiones que empiezan con F. Ahora puedes contar lo que has hecho y generar confianza en lo que puedes llegar a hacer. No tienes que limitarte a poner una línea en un currículo o en una entrevista de trabajo (si es que te dan la opción), ahora puedes y debes demostrarlo.
Cuando imparto cursos o talleres especialmente a gente joven en escuelas de negocios les pregunto donde puedo ver una muestra de su trabajo. La inmensa mayoría se quedan mirando con cara de «¿De qué va este gilipollas?¿Es que no ve que aunque tengamos 22, 25 o 30 años somos estudiantes? Ya buscaremos trabajo cuando acabemos esto.» Y ese es el mayor error que pueden cometer.
Pero esa tendencia a seguir el camino tradicional (y bloqueado) de esperar una oferta, enviar el currículo, hacer una entrevista, ser descartado y volver a empezar, hace mucho que dejó de tener sentido y no sólo para los más jóvenes. Ahora hay que ir con los deberes hechos, en todo momento de la vida profesional y sin discriminación de sexo, edad o condición.
Una de las cosas que más me llama la atención de esta pasividad por parte de algunos es eso que ahora está tan de moda, eso que llaman la PASIÓN. Vamos a ver, si estás haciendo un Master, estás dedicando varios años de tu vida a aprender una carrera o una profesión, o estás buscando un trabajo lo lógico es que sea algo que te guste, que te interese, que te motive.
Vale, ya sé que hay momentos en los que hay que trabajar en lo que salga, hacer trabajos alimenticios, pero creo que nunca hay que dejar de luchar por dedicarte a algo que te llene. Y eso, en mi opinión, implica aprender, practicar y especialmente contárselo a todo el mundo igual que hacemos cuando nos enamoramos o nos ha encantado una película. Esa es la clave. Se trata de convertirte en el mejor representante de tu pasión. Tu eres el mensaje. El mejor currículo eres tu mismo. No me lo cuentes, enséñamelo.
Cuando los estudiantes de Marketing me dicen que quieren ser los Reyes del Mambo del departamento de Marketing de una Gran Multinacional les pregunto porqué debería creer que están capacitados para ello y se quedan mudos. No se dan cuenta que ellos deben ser la prueba viviente de lo que quieren conseguir.
Si todavía no has terminado la carrera pero tienes un blog en el que hablas de un área de Marketing que te apasiona. Si eres el que monta pequeños negocios en verano y lo cuentas. Si eres el que organiza la recaudación de dinero para el viaje de fin de curso inventándote cosas nuevas y divertidas y todo el mundo te conoce por ello. Si cada vez que vas a una tienda descubres cosas que se podrían mejorar y lo explicas en tu blog. Si eres la persona a la que siempre recurren para hacer una presentación. Si haces esas cosas y lo comunicas, lo que estás demostrando es que has logrado cosas mucho más valiosas que un puñetero título. Y así con todo.
Da igual la profesión que tengas. Siempre, siempre hay canales para mostrar, contar, demostrar, narrar, transmitir o comunicar tus logros y tus cagadas (eso también es experiencia). Si te gusta un tema aunque no tenga nada que ver con tu profesión actual, habla de lo que significa para ti a todo el que te encuentres, comenta los libros que lees sobre el asunto en tu blog, ofrécete para participar en jornadas en tu ayuntamiento, crea vídeos cortos con recomendaciones sobre el tema, haz fotos de lo que has creado o de tus actividades. Te aseguro que eso es mucho más valioso que miles de currículos.
Recuerda. Tu profesionalidad no se demuestra en un currículo, es algo que debes «llevar puesto» y comunicar en todos los canales y momentos qué es «lo tuyo».