¿Sigues un guión o improvisas?
La semana pasada me hicieron una entrevista para una revista y me preguntaron sobre algo bastante habitual cuando hablamos de Estrategia o Branding Personal. Me refiero a aquello de que si diseñas un plan o un proyecto personal o profesional vas a perder naturalidad o incluso vas a comportarte de un modo frío o mecánico.
La respuesta es un rotundo NO. Una buena planificación consigue precisamente todo lo contrario. Cuando tienes controladas las cosas más rutinarias, es cuando puedes dedicarte a las que son más importantes, enriquecedoras y divertidas.
Si quieres hacer algo que te apetece y no lo preparas, lo más probable es que los detalles irrelevantes te hagan perder el tiempo y las ganas.
De todos modos detecto con frecuencia que la gente se va a mucho a los extremos, o eres 1 o eres 0, blanco o negro, pero la vida está llena de matices. Esto no va de ser un cabeza cuadrada o un anarquista sino de un término medio.
Por ejemplo, cuando hablo de la importancia de la especialización para una Marca Personal inmediatamente aparece alguien que me dice que no es bueno ultraespecializarte. ¿Pero quién ha hablado de eso? Yo no. Lo que digo es que si pones apellidos a tu profesión, vas a subir unos cuantos escalones en tu diferenciación.
Cuando hablo de establecer objetivos, alguien empieza a lloriquear y a decir que como no está seguro/a de que lo que va a elegir es lo que realmente quiere, es mejor no elegir nada. ¿No es absurdo? Es como si al ponerte unas metas estuvieses firmando un pacto con el diablo que no pudieses modificar. Pero no es así. Siempre puedes cambiar las cosas, pero sólo puedes cambiarlas si antes has decidido algo.
Le decía a la periodista que seguro que ella está preparando sus próximas vacaciones o simplemente la compra del fin de semana en el hipermercado. Y que eso no le va a impedir disfrutar, improvisar o hacer cosas distintas a las planificadas si es que le apetece. Sin embargo, si escoges un destino, haces los arreglos necesarios y tomas algunas precauciones, vas a ser más libre, tener más tiempo y ser más eficaz. Por eso un plan no sólo no te encorseta sino todo lo contrario, te proporciona unos grados de libertad mayores.
Diseñar una Estrategia Personal no es más que establecer una visión de tu futuro ideal, escoger unos hitos u objetivos a alcanzar, identificar los recursos necesarios, las personas que quieres que te acompañen, las líneas rojas o valores que no vas a saltarte y unas cuantas cosas más que te facilitan las decisiones y te hacen mucho más eficiente.
Me gusta la improvisación. Creo que quienes son capaces de tomar decisiones rápidas en situaciones inesperadas son personas tremendamente valiosas. Pero improvisar implica que hay un plan. Que vas a saltarte algo que estaba preparado. Lo que ocurre es que si te pasas la vida improvisando no sólo no vas a llegar a ninguna parte sino que vas a acabar formando parte de los planes de otros.
Diseñar un buen plan personal o profesional no es sencillo. Es algo así como programar tu propio sistema operativo. Se trata de prepararlo todo para que puedas utilizar las «Apps personales» con facilidad.
Cuando trazas una ruta y descubres lo que tienes, lo que te falta y los posibles sucesos que pueden ocurrir, vas a disfrutar mucho más el viaje, resolver problemas, parar a descansar y tomar desvíos o atajos cuando te apetezca. Si no lo haces, vas a vivir en un estado constante de imprevisión y ansiedad que dudo mucho que sea tu situación ideal.
Carecer de un plan no te hace más humano sino más impredecible y poco fiable. Cuando se habla de proyecto de vida o de plan profesional no se trata de ser menos «persona» sino justo de lo contrario, de sacar lo mejor de nosotros. Una Marca Personal se basa en la predecibilidad, en recibir sin sorpresas lo que esperamos de otras personas y eso sólo puede suceder si tenemos unas cuantas ideas claras y una ruta definida.
Lo importante es tener claro que siempre debemos dejar un margen importante a la flexibilidad.
Como dijo Dwight D. Eisenhower:
Los planes no son nada; la planificación lo es todo.
o como dijo Alan Lakein
Fallar al planificar, es planificar fallar.
Lo importante de diseñar tu Estrategia Personal es el propio proceso de creación de esa estrategia porque te va a obligar a conocerte mejor, a analizar lo que sucede ahí fuera, a hacer inventario de recursos, a ser creativo… Y luego sucederá lo que tenga que suceder. Porque ya lo dijo el Mariscal de Campo Helmuth Carl Bernard von Moltke
Ningún Plan, por bueno que sea, resiste su primer contacto con el enemigo, con la realidad.
Así que recuerda que, un plan sólo es una herramienta, un medio para ser más eficaz, más libre y aumentar las posibilidades de ser feliz y de tener éxito, pero nunca, nunca es un fin en si mismo ni debería convertir tu Marca Personal en una marca de personaje.