Motivación, o te mueves o te mueven

Desde hace algunos meses, al hablar con colegas y con profesionales de distintos sectores, todos coinciden en comentar que está habiendo un frenazo en los proyectos y en el trabajo.

No sólo es que se esté reduciendo la actividad sino que, algunos de los proyectos acordados hace semanas o meses, se están cayendo.

Evidentemente, lo que te cuento sólo es una visión parcial y basada en una muestra pequeña. Pero lo preocupante es que todos coinciden en esta dirección.

Yo mismo he notado una disminución de la «alegría» en el negocio.

¿Por qué te cuento esto? Pues porque estas subidas y bajadas de actividad profesional y de negocios es algo con lo que debemos contar sea cual sea nuestra situación laboral. Pero no basta con ser conscientes de que las cosas son así, sino que también debemos actuar.

Da igual que seas profesional libre, por cuenta ajena, empresario, emprendedor o en transición. Vamos a encontrarnos momentos buenos y otros en los que estés a punto de tirar la toalla.

Entonces, si la cosa es así, ¿Qué podemos hacer?

Básicamente tenemos las mismas opciones que un cazador prehístorico en una situación de peligro.

  • Quedarnos paralizados, no hacer nada. Esperar que las cosas cambien… o que nos coman.
  • Mantenerte, hacer lo justo para seguir como estás.
  • Cambiar, hacer algo para salir del agujero.

Creo que la diferencia entre todas esas opciones es la MOTIVACIÓN, tener motivos para empezar a tomar decisiones y a ejecutarlas.

Te empujan o te empujas

Suele decirse que nos movemos cuando el dolor supera a la parálisis. Por eso solemos tardar demasiado en reaccionar.

Yo suelo ir pocas veces a médicos. Básicamente porque tengo una salud de hierro. Pero hace un par de semanas, empezó a dolerme una muela partida. Mientras el dolor era soportable, aguantaba. Hasta que un domingo la cosa se puso peor y el lunes fui al dentista.

Cuando ya estaba decidido a arreglar el tema me dijeron que tenía cita con la doctora, ¡diez días después! El dolor persistió dos o tres días más. Pero luego se volvió soportable y más tarde desapareció. Hoy sigo con mi muela partida pero sin alteraciones ajenas.

Profesionalmente ocurre algo parecido. Es posible que mantengas un nivel de dolor soportable. Incluso puede que algunos días decidas que no merece la pena seguir aguantando tanta gilipollez… pero se te acaba pasando.


Por eso, para una Estrategia Personal, no es lo más adecuado esperar a que otros te empujen sino que debes ser tú quien asuma el control de los motivos, motivaciones y razones. Es mejor que te muevas por algo que te ilusione que esperar a estar al borde del precipicio.

Cuando me visualizo trabajando en un cubículo y teniendo que negociar quince días de vacaciones en verano frente a mi situación actual, te aseguro que me pongo las pilas pero rápido para seguir haciendo lo que hago.

Actúa y te motivarás,… no al revés

La Motivación está incluida en el Módulo de Propósito.

Creo que nuestra sociedad se ha vuelto muy blandita basándolo todo en la ACTITUD, cuando debería basarse en la ACCIÓN.

He repetido aquí muchas veces que, en muchas, muchísimas ocasiones, no tendremos la actitud necesaria para mover el culo para casi nada.

Sin embargo, si porque somos disciplinados, porque no nos queda otra o porque ese día nos hemos levantado con energía, empezamos a hacer lo que debemos hacer, «mágicamente» verás como tu actitud y tu motivación cambia.

No soy psicólogo ni he estudiado el comportamiento humano, pero tengo la sensación que el hecho de ver pequeños avances o simplemente al ponerte en movimiento, tu actitud mejora. Lo absurdo es lo contrario, esperar a que esta cambie para arrancar.

Por experiencia te puedo decir que la motivación, la actitud o incluso la esperanza, si quieres llamarlo así, mejora muchísimo cuando empiezas a hacer y probar cosas distintas. Quizás algunas no funcionen, pero al sentir que tienes cierto control sobre las cosas en lugar de dejar que las circunstancias te aplasten, tu impulso se mantiene o incluso aumenta.

Pivotar

Como te decía al principio, cuando desde hace algunos meses me dí cuenta y me confirmaron otros profesionales que la economía se estaba frenando, empecé a buscar nuevos enfoques a mi trabajo. Es lo que en entornos emprendedores denominan PIVOTAR.

Si en mi caso o en el tuyo percibes que tu fuente de ingresos habitual presenta síntomas de desgaste, entonces deberás adaptarte a los cambios.

¿Es sencillo? Desgraciadamente no suele serlo. Si las cosas han ido bien o si estamos muy estancados en un empleo o en un tipo de negocio, tu motivo (ver las orejas al lobo) o motivación (visualizar una situación ideal) debe ser muy potente para probar otras cosas mientras mantienes lo «de siempre».

En mi caso, llevo semanas cambiando mi modelo de servicios (conferencias, cursos y talleres) a otro más relacionado con productos (libros, cursos online,…).

En mi último libro Monetízate, explico que nos dirigimos a un mundo de profesionales que vendemos servicios y productos y, por eso, debemos tener, en primer lugar, una oferta clara y, en segundo lugar, saber ponerla en un escaparate.

Pero lo que está claro es que, sólo daremos un primer paso para mejorar cuando tengamos claro que lo que tira de nosotros o lo que nos tira a nosotros (al barranco) es más fuerte que lo que nos mantiene donde estamos.





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