Papeleo. Los papeles asustan
Soy de ciencias, lo mío son los números. Lo que me gusta es buscar problemas y encontrar las formas más sencillas de resolverlos. Trato de huir de la palabrería, de la retórica que convierte lo fácil en complicado. Por eso los documentos legales, el papeleo administrativo y la burocracia me ponen de los nervios.
Por ponerte un ejemplo. Mi declaración de la renta es sencillísima, pero a mi se me «hacen bola» conceptos como base imponible, deducciones o cuota íntegra. Así que cada año, llevo mi declaración a mi gestoría y me la hacen. Supongo que ellos considerarán que soy tonto por no hacer yo algo tan fácil, pero te aseguro que es de esas cosas que ni me interesan, ni creo que las entienda nunca y siempre pensaré que hay algo que he hecho mal.
Declaración trimestral de IVA, Facturación, Seguridad Social, justificantes de pago a Hacienda,… Hay algunos documentos y papeles de los que no puedo escapar. En realidad no son tantos ni tan complicados ni hay que hacerlos o presentarlos con demasiada frecuencia, pero pueden echarte para atrás.
El papel vence a la piedra
Si no eres un emprendedor «de nacimiento» como es mi caso, pensar en todas las cuestiones administrativas de montártelo por tu cuenta pueden echarte para atrás.
Reconozco que lo que más me quitaba el sueño cuando trataba de sacar adelante mi proyecto propio no era la financiación, la falta de un modelo de negocio bien definido o la búsqueda de clientes. Lo que me preocupaba (y sigue haciéndolo) era el miedo a no ser capaz de hacer bien los trámites para cumplir con la administración o con algunos clientes.
Como en el juego de los chinos, el papel puede vencer a la piedra (pasión, motivación, visión) especialmente si tienes otras alternativas. Es fácil pensar, «¿para qué me voy a complicar la vida yendo a la delegación de Hacienda o de la Seguridad Social si no lo necesito?». Pero si de verdad quieres crear algo o no te queda otra, entonces tendrás que pasar por el aro.
La tijera vence al papel
Igual que ocurre en otros aspectos de la vida, la respuesta suele estar en trocear los problemas. Cuando dejas de pensar en el Papeleo como un solo bloque monstruoso y enorme, entonces empieza a aclararse todo.
En realidad no hay tantas cosas que hacer para estar al día con la administración y en paz con Hacienda y la Seguridad Social. Es verdad que cada tres meses hay que sentarse un rato a preparar el IVA (si no tienes un gestor), debes tener un control de tus facturas y estar al tanto de los pagos a la Seguridad Social (aunque ya se han encargado de cogerlo ellos puntualmente). Pero no es para tanto.
Si eres consciente de que, con una regularidad bien definida debes hacer eso que te desagrada para poder seguir haciendo lo que te gusta, entonces la cosa deja de ser grave y preocupante.
Que los papeles no te paralicen
Quizás, cuando alguien me dice que no todo el mundo tiene mentalidad emprendedora o de Profesional Libre, se refiere a todo esto. Pero ya te digo que no debería ser una excusa.
En realidad todo este engorro no se refiere a las relaciones con la administración, sino también con algunas empresas o clientes.
Por ejemplo, al escribir un libro o al realizar una formación en una empresa «importante», te van a hacer firmar contratos de más de una docena de páginas de palabrería legal aburrida e incomprensible.
Ahí tienes dos opciones, tratar de entenderlo y, quizás, negociar con ellos algún aspecto con el que no estés de acuerdo. O cerrar los ojos y pensar que es un trámite por el que hay que pasar y cruzar los dedos para que no tenga consecuencias.
La primera opción suele tener poco recorrido porque la maquinaria legal de las grandes empresas es poco flexible. Así que yo suelo optar por la segunda opción… y nunca he tenido problemas. Eso si, aunque sea una vez comprueba que no estás vendiendo tu alma al diablo.
Siempre debes estar atento
Creo que los que nos lo montamos por nuestra cuenta en España tenemos claro que un proyecto es una Gymkana y la administración es especialista en complicarte la vida cuando menos te lo esperas. Supongo que para que no te duermas.
Ahora van a cambiar las cotizaciones de autónomos. En cualquier momento te pueden pedir que les lleves documentos. O incluso puede que te metan una multa absurda por no llevar algún justificante a la delegación de Hacienda en pleno confinamiento. Pero ya te digo que ni es tan grave ni tan paralizante.
Mantente alerta, pero no permitas que este tipo de cuestiones se conviertan en una excusa para no dar el salto a la libertad.