Planificación. Como ser consultor de ti mismo

Una de las cosas por las que tengo que estar agradecido es la de tener buena genética y no haber tenido problemas de salud. Así que, es algo de lo que no suelo estar demasiado pendiente.

Pero cuando uno llega a una edad, no para de oír que hay que hacerse alguna revisión para ver como está la cosa ahora que ya empieza el declive. Así que, si, para no aguantar a los que me rodean, por fin fui al «taller» para hacerme una revisión general.

Afortunadamente todo está en orden, excepto los previsibles indicadores y parámetros de que ya va siendo hora de bajar de peso. Y en ello estamos.

Te cuento esto porque creo que también es necesario hacerse chequeos profesionales cada cierto tiempo. No hay que esperar a tener un susto para empezar a tomar medidas. Que la cosa va bien, pues entonces podemos ver que se puede mejorar. Que encuentras algún problema, pues a buscar soluciones.

El proceso de chequeo profesional no es muy diferente del de una revisión de salud. En realidad es el clásico modelo de consultoría y no tiene ningún misterio, pero conviene recordarlo.

Análisis. Hacer la foto del punto de partida

Lo primero que te va a pedir un médico en una situación rutinaria como la mía o en cualquier otra es que te hagas unos análisis.

En realidad eso mismo deberíamos hacer regularmente con nuestro trabajo y también con otras facetas de la vida, pero esa es otra historia.

¿Estoy contento con lo que hago? ¿Estoy progresando o estancado? ¿Quién me conoce? ¿Por qué me conocen?… las preguntas que debes hacerte debes decidirlas tú, pero quizás convenga repetirlas cada cierto tiempo para ver como vas evolucionando.

Diagnóstico. Identificar lo que debes cambiar

Habrá parámetros que estarán fuera de lo normal o de lo deseado. Por lo tanto, es importante detectar cuales son y hasta qué punto es grave la situación.

Igual que vas a ver si tienes el colesterol alto o la tensión por encima o por debajo de lo normal, también tendrás que ver si profesional o personalmente hay elementos que se sitúan en zonas a revisar o directamente peligrosas.

Si tu prestigio está por los suelos, si te has quedado obsoleto o si no te conoce nadie más allá de un grupo muy reducido de personas, entonces deberán saltar algunas alarmas.


Opciones. Encontrar soluciones

Creo que en la mayoría de los problemas o posibilidades de mejora hay alternativas. La creatividad al poder. Y ahí está la magia de los mejores profesionales, la de encontrar caminos más eficaces para arreglar o mejorar las cosas.

Podrás dejar de comer ciertas cosas, hacer más deporte, tomar medicación o relajarte. Profesionalmente, cada uno de los aspectos que estén fuera de lo recomendable podrá resolverse u optimizarse de varias formas.

Cambiar tu forma de comunicar, aprender, establecer nuevos objetivos,… Cuanto más grande sea la lista, mejor serán las soluciones a aplicar.

Estrategia. Tomar decisiones

No sé si es una definición muy ortodoxa de Estrategia, pero para mi es el momento en el que hay que escoger, elegir, decidir qué aumentar, reducir, mejorar, eliminar, acelerar,…

Entre todas las posibilidades para reducir los triglicéridos tendrás que elegir alguna. Entre todas las opciones de dar a conocer tu trabajo, tendrás que escoger aquellas que mejor se adapten a tus recursos.

Esta es quizás la parte más complicada de la planificación. No es la más difícil técnicamente, pero es la que implica que elijas o, algo peor, que descartes opciones.

Metas. Fijar hitos

¿Cuánto peso quiero perder al mes? ¿Qué tensión quiero tener antes de final de año? ¿Cuántos seguidores quiero tener en mi blog este semestre? ¿Cuántos/Qué libros quiero leer cada semana?

Si ya hemos decidido que vamos a hacer, tendremos que ponernos metas en cada una de esas variables. De lo contrario estaríamos dando palos de ciego. Ya sabes aquello de «lo que no se mide no se puede mejorar».

Plan. Ponerte deberes

Pues ya sólo quedaría concretar las acciones. Es el plan.

Voy a andar 10.000 pasos al día. Voy a escribir dos posts por semana. Voy a conocer a estas personas. Voy a dejar de comer torreznos para desayunar.

Y así podremos volver al principio y seguir el proceso de nuevo. Si sigues tu plan y haces análisis periódicos, podrás tomar decisiones y, por supuesto, celebrarlo cuando tus planes salgan bien como diría Hannibal Smith.

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