LinkedIn. ¿Es el momento de hacer mutis por el foro?
Estas son fechas en las que creo que todos hacemos balance de lo que nos ha ocurrido durante el año y empezamos a planear el siguiente. En ese sentido, lo cierto es que llevo tiempo dándole vueltas a la necesidad de seguir manteniendo la presencia en algunos sitios de Internet, especialmente en Redes Sociales como hasta ahora.
Además, este mes de diciembre cumplo 20 años dando la lata en mi Blog y lo cierto es que han pasado muchas cosas por en medio. Cosas buenas en la inmensa mayoría por no decir todas. Así que no me puedo quejar.
Es cierto que ya hace meses que abandoné Facebook e Instagram. Sigo en Twitter/X, pero incumpliendo una de las «leyes inmutables» de la Marca Personal, me refiero a hablar de política y defender aquello que afecta a mis valores. Al hacerlo voy perdiendo algunos seguidores (menos de los que pensaba), pero lo siento como una liberación o como alguien que sabe que le queda poco tiempo de vida y se dedica a derrochar sus ahorros.
Pero queda una red que he ido manteniendo y a la que cada día veo menos sentido. Me refiero a LinkedIn.
Sé que esto debe sonar a idiotez o a ida de olla. ¿Como se puede plantear alguien desaparecer o mantener la existencia justita en LinkedIn? Pues si y no debo ser el único que tiene sus dudas porque he visto publicaciones de algunos de mis contactos que cuentan que han abandonado esa red (y otras) durante algunos meses y lo han sentido como una liberación como estas amigas Cris Ballester y Pilar Beroë
También sonaba raro cuando hace siete u ocho años yo decía que a Facebook le quedaban un par de años. Pero mira.
Por otra parte, creo que estamos de acuerdo en que LinkedIn se está Facebookeando o incluso Instagrameando. Cada día hay más contenido personal, incluso privado y menos aportaciones profesionales. Ya sabes, la típica publicación que empieza con un «ya sé que este no es el contenido apropiado para LinkedIn, pero…».
Hace tiempo que siento que subir contenidos a LinkedIn es como ir a fichar al ir al trabajo para que la plataforma te siga teniendo en cuenta y no se olviden de ti tus colegas y sigan dándote un «me gusta» o un corazoncito. Incluso te autocensuras y evitas escribir algo como esto para no salirte del rebaño o, algo peor, ofender a algún amigo.
Además ocurre algo que, aunque supongo que siempre ha sido así, creo que en esa red no lo teníamos tan en cuenta. Me refiero al puñetero algoritmo.
Siempre he dicho que yo no me lo he montado por mi cuenta para acabar obedeciendo órdenes de una plataforma o para que me diga qué debo decir y como. Para que me dé permiso para poner un enlace o para que me censure si digo algo que no le gusta (¿Cómo este post?). Pues últimamente escucho cada día con más frecuencia a gente que da consejos para influir en el puñetero algoritmo de «la red social profesional»,
También hace algunos meses que decidí volver a mis orígenes. Me refiero a crear y desarrollar modelos y compartirlos, al menos en parte, en La Red. Y también monetizarlos de una vez por todas.
Aunque llevo años en LinkedIn, he intentado convertir nuestra «relación» en algo más «serio» desde la vuelta del verano, pero te confieso que no me siento cómodo. Creo que LinkedIn no está pensado para «irnos a vivir juntos», a crear contenidos como en un blog que, por otra parte, es donde me siento a gusto. Es como tratar de enamorarte de alguien con quien no sientes que haya nada en común.
Si, vale, me dirás que puedo utilizar la opción de «Write article» o Pulse como creo que se llamaba antes. Lo cierto es que lo he hecho. Siguiendo el consejo de mi amigo Guillem Recolons, he probado esa opción durante algunos meses, pero no me termina de convencer. No es que la opción tradicional de publicar algo sea mejor, pero es que, como te digo, todo esto empieza a perder su razón de ser. Además, ¿Qué sentido tiene escribir un blog en casa ajena cuando tienes la tuya? Si, vale, cumplir con tu tributo semanal para seguir vivo en esa red, pero nada más.
Te confesaré algo más, aunque supongo que, si me sigues, te habrás dado cuenta. Me refiero a que he «pecado» con la IA.
Vale, no le he pedido a ChatGPT algo así como «Por favor (siempre se lo pido por favor, para que me traten bien cuando las máquinas tomen el poder), escríbeme un artículo sobre XXX para LinkedIn». En realidad el contenido se lo daba yo y le pedía a la IA que me lo dejase niquelado. Pero lo cierto es que lo que hace es despersonalizarlo.
Llegados a este punto podrías decir aquello de, «si, pero en LinkedIn surgen muchas oportunidades» o aquello de «conoces gente interesante», ¿de verdad?
Mis oportunidades siempre han llegado por «mi casa», mi blog. O por mis relaciones en el «mundo real». Y creo que ha llegado la hora de volver a esa casa, como el hijo pródigo 2.0 que, aunque nunca he abandonado, si he descuidado.
Voy a dar unas vueltas a todo esto en lo que queda de año, pero creo que se está cerrando un ciclo. Los que llevamos mucho tiempo por dospuntocerolandia hemos visto nacer, desarrollarse y desaparecer montones de redes. Hemos visto como los contenidos cada día eran menos sustanciosos. Hemos visto como mucha gente que tenía cosas interesantes que contar ha sucumbido a la tentación de los números y las cifras de seguidores y visitas. De contar cosas con chicha a hacerse selfies de morritos en la playa.
Creo que llevamos mucho tiempo bailando al son que nos han marcado las redes porque considerábamos que nos era rentable de algún modo. Pero cada día estoy más convencido de que entramos en otra etapa. Ah, y no voy a salir de Málaga para meterme en Malagón/Substack.
Si alguien quiere estar conmigo, si le interesa lo que pueda contar, le acogeré en mi casa, pero no me apetece volver a los años de adolescente en los que si no quedabas con los colegas cada viernes y sábado, te quedabas fuera del grupo.
Seguro (o no) que volver a centrarme en mi pequeño espacio virtual, a mis casas WordPresseras, a mis sitios web va a reducir mi conexión con el mundo, pero qué le vamos a hacer.
Tengo muchas cosas que contar y lo voy a hacer desde mis cabañas, mis cuevas, mis tiendas de chuches andresperezortega.com y andresperezortega.es cada una con su función y no demasiado sofisticadas pero son mías y no tengo que dar explicaciones a nadie.
Yo mismo he dicho que los blogs cada día se leen menos, pero algo me dice que las cosas van a cambiar. No digo que vayamos a volver a la edad de oro de la blogosfera, pero creo que ya estamos casi todos un poco hartos de tragar contenidos como las ocas tragan pienso para hacer paté.
Se me olvidaba incluir un aspecto que se suele tener poco en cuenta. Me refiero a que en un blog o una web propia puedes ordenar la información como te convenga y hacer ajustes a medida que evoluciones. De ese modo, lo puedes convertir en un sitio de referencia. En una red social, los contenidos van llegando y van quedando sepultados. Y así es complicado conseguir un posicionamiento sólido… incluso aunque te pases el día compartiendo contenido.
Claro que la mayoría seguirá consumiendo contenidos volátiles, pero creo que hay un grupo de rebeldes como en Fahrenheit 451 que está deseando recuperar lo que hace años llamábamos «la conversación».
Hace tiempo que no me salía un post tan personal, pero es lo que ocurre cuando le dices a la IA que se tome un descanso.
Foto de portada Thorium en Unsplash
Apetece más leer un texto no escrito por IA. La IA es tan disciplinada y organizada que luego cansa leerla.
Esto es mucho más personal.
Yo tengo la misma sensación, gracias por compartir.
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Hola Andrés,
después de 33 años trabajando, 25 de ellos en la misma empresa, estoy en búsqueda activa, y tengo una sensación de que el Linked In se ha convertido en «la sala del chisme», …, aun así, como estoy en búsqueda, no me atrevo a mandarlo a tomar viento.
Intuyo que tu planteas tener algo personal, web o blog donde darte a conocer.
En cualquier caso, ¿crees que en el momento que estoy de búsqueda de proyecto, sería contraproducente desaparecer de Lined In?
Muchas Gracias.