La campana de Gauss
Tengo que reconocer que el problema de la falta de interés por el desarrollo de los profesionales no es solo culpa de la clase dirigente.
El sistema educativo de las últimas décadas no ha potenciado precisamente la distinción o el desarrollo de personalidades fuera de lo común. Ni siquiera en las familias se ha potenciado por lo general el tener una vida que fomente la creatividad y el pensamiento múltiple (no único)
Encima en nuestro país ya sabemos que la envidia es uno de nuestros mayores pecados capitales.
Siempre se ha penalizado a quienes trataban de ser diferentes, a quienes aparecían en alguno de los extremos de dichosa campana de Gauss.
Y eso lógicamente se ha trasladado a las empresas. El que trataba de crear una marca propia, quedaba automáticamente «marcado», valga la expresión.
Por eso, hoy en día el mercado profesional es un océano de profesionales idénticos, que han pasado por las mismas universidades, los mismos MBAs, los mismos sistemas de gestión. Y cuando todo el mundo alcanza el mismo nivel de excelencia, lo único que se consigue es un mundo gris y aburrido.
Ya es hora de sacar aquello que nos hace diferentes, peculiares, y ¡que coño!, superiores sin complejos.
¿Estas harto de la mediocridad de tu jefe o de tu empresa? ¿Crees que estás tirando tu vida por la borda? ¿Piensas que no estás aportando al mundo todo aquello de lo que sabes que eres capaz? Pues empieza a pensar por ti mismo. Haz un plan hoy mismo y empieza a dar todo lo que puedes.
No te conformes con hacer lo mismo todos los santos días hasta que te echen o te jubilen. Y no es solo por ti, todos necesitamos que la revolución de la marca propia se ponga en marcha.
Deja a otros que sigan dando su vida, por un sueldo mísero, mientras pierden su salud, su familia y sobre todo se pierdan a sí mismos.