La política del avestruz.

Hace unos días oí una versión ampliada del ejemplo del avestruz que esconde mete la cabeza en la tierra para no ver los problemas. Quien lo comentaba decía que eso no era lo malo, sino que lo peor es la situación en que quedaba el animal, con el culo fuera.
Es una buena metáfora de lo que ocurre cuando la clase directiva actual prefiere hacer oídos sordos al clamor que empieza a surgir entre los profesionales.
¿Es posible mantener esa política de todo para la empresa y nada para los profesionales? ¿Cuánto se va a estirar esa goma hasta que cruce la cara de quien la lleva forzando hace años?
Los ejemplos siguen surgiendo. Hace unos días que Sanitas ofrece servicio de psicología dentro de su programa básico. El deterioro de la moral es un hecho imparable y seguirá así, hasta que alguien se de cuenta de que las personas no somos máquinas a las que se puede exigir trabajar doce horas diarias durante meses con la única esperanza de mantener el puesto de trabajo durante unos meses más.
No se pueden aplicar las leyes de la revolución industrial en el mundo de la gestión del conocimiento.
Casi cada día recibo comentarios elogiosos y de apoyo de profesionales que creen que el concepto de Marca Personal es algo que se está demandando desde hace años. Incluso muchos de los «expertos» que oficialmente me dicen que las grandes empresas no van a dar el paso para fomentar el «Personal Branding» entre sus empleados, me reconocen que hay todo un mercado sediento de devolver el papel a las personas dentro de las empresas.
Así que, el día menos pensado muchas de esas cabezas de avestruz, saldrán a la luz y se encontrarán con que ya es demasiado tarde. Al igual que los turistas en Tailandia, se quedarán mirando la ola del maremoto y cuando quieran reaccionar, se los habrá llevado por delante.






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