Ya os lo dije

El 26 de diciembre del año pasado hice un comentario en la bitácora sobre el omnipresente y sobrevalorado Juan Carlos Cubeiro. Había escrito un artículo (si se puede llamar así) sobre el Quijote y la gestión y yo ya preveía que el día menos pensado nos saldría con algo sobre Alejandro Magno. Ha tardado un poquito porque la peli ya no está en los cines pero como veis, no me he equivocado. El caso es que este «vendemotos» utiliza la formula habitual. Es decir, coge un tema de gestión más o menos de moda, puede ser el acoso sexual, la discriminación laboral por sexo o alguna moda anglosajona. Luego elige un personaje (preferiblemente histórico). Mete los tópicos habituales y con los que lleva años engatusando a directivos crédulos y con poca capacidad crítica. Lo mete todo en una coctelera, lo agita y ya tiene un nuevo bodrio que le dará publicidad y aumentará su prestigio como gurú ibérico que se ha autoconcedido.
Este domingo ha utilizado a Alejandro Magno y el «coaching». ¿Podría ser algo más tópico? Yo le sugiero varios personajes para las próximas columnas, Britges Jones y las mujeres en el trabajo, Mortadelo y Filemón para ilustrar el trabajo en equipo o Torrente para explicar como elaborar una red de contactos («networking» para los pedantes).
Lo que ocurre es que el «coaching» nunca ha tenido una gran aceptación en nuestro país, lo que demuestra que somos más inteligentes de lo que pensamos. Pero incluso en EEUU empieza a tener tierto tufo a venta de crecepelo. Os recomiendo el artículo de Fast Company del mes de febrero 2005 «Are you being coached?»
Creo que hay entrenadores honestos y eficaces, y he conocido a algunos de ellos, lo que ocurre es que hay demasiados «consultores de RRHH» que me han reconocido que lo que ellos saben de «coaching» lo han aprendido en un fín de semana y aceptan que no tienen ni idea. Esos son lo que están destruyendo una herramienta que podría tener alguna utilidad.
Pero siguiendo con el tal Cubeiro, este es de esos «expertos en personas» que encandila a quienes ocupan altísimos puestos en importantes empresas. Escribe las cosas que quieren leer. Cosas como «La sensación de fluidez» o «El bosque del lider». ¿Se puede ser más cursi y vacuo al mismo tiempo? Su público es ese al que se le puede aplicar la frase del Señor Lobo en Pulp Fictión, «Vamos a dejar de chuparnos las pollas y pongamonos a trabajar».
El «coaching» que busca esta gente es el que le orienta sobre el tono de piel de los asientos de su nuevo BMW serie 7 que es lo que les crea la mayor ansiedad.
No me cansaré de insistir que hay todo un mundo de profesionales por debajo de esos niveles estratósfericos que es el que mueve las empresas y sin embargo, del que nadie se preocupa. Ni «coaching», ni liderazgo, ni fluidez, ni bosques de esos en los que se pierde Cubeiro y sus amiguetes.
Desconozco el personaje del que hablará en el próximo artículo, porque la nueva versión de King Kong está todavía rodandose y creo que el Episodio III de la Guerra de las Galaxias tardará todavía un poco. Pero imaginaos el jugo que le puede sacar a ambos temas.
Queridos mandos intermedios y trabajadores de base, no perdamos la esperanza, algún día las «coaching-nadas» las haremos nosotros.



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