Caza y pesca

No, no me he cambiado de tema y no voy a empezar a hacer comentarios sobre barbos y corzos.
Lo que ocurre es que se me ha ocurrido que tal y como está el mercado laboral hay que empezar a pensar como cazadores y no como pescadores.

Nos encontramos en un mercado con exceso de oferta de profesionales muy bien preparados aunque no por mucho tiempo si hacemos caso a los datos demográficos. Sin embargo, las empresas parece que lo que buscan son personas con un nivel justito para hacer lo que se les dice. El panorama empresarial en nuestro país es tan desertico que excepto en determinadas posiciones muy «técnicas» apenas se hace uso de lo aprendido en Carreras y Cursos de Posgrado. Tengo que reconocer que cuanto más altos han sido los niveles que he alcanzado en las organizaciones en que he estado, menor ha sido la exigencia de preparación académica y mayor el de las relaciones personales y de comunicación. Las mal llamadas «habilidades blandas».

Con este panorama, creo que debe transformarse la forma en que los profesionales buscan trabajo o una mejora profesional. Hay que cambiar esa mentalidad de lanzar el anzuelo y sentarse a esperar. Hasta hace cinco años, lo normal era preparar un CV, hacer unos miles de copias, dejarse la lengua seca pegando sellos y enviándolos a una base de datos de las que periódicamente aparecen en Actualidad Económica.

Ahora, el procedimiento es muy parecido solo que cambiamos la lengua por las yemas de los dedos (CTRL+C) pegando las direcciones de correo electrónico. Sin embargo, la eficacia es la misma. Prácticamente nula. En lugar de ir a la papelera real, van a la de reciclaje que al menos suena más ecológica aunque sea virtual.
El proceso es muy parecido al de sentarse en un río seco y contaminado junto a otros centenares de pescadores para finalmente pescar una bota vieja si tienes mucha suerte.

Espero no molestar a David Monreal que tan bien me trata en su blog y al que admiro por sus opiniones tan acertadas en el mundo de los RRHH, pero con casi 2.700.000 CV en la base de datos de Infojobs, las perspectivas no son muy esperanzadoras. Pero al menos lo dicen, porque ni en Infoempleo ni en Monster dan ese dato. Supongo que para no asustar al personal.

Un profesional que busca empleo, podría pensar que su conciencia queda tranquila después de agotar estos medios. Sin embargo, ese es solo el principio. ¿Que pasaría si las empresas se limitasen a repartir folletos a la salida del metro?

Una cosa que ya debe saber todo el mundo es que desgraciadamente muchos departamentos de RRHH son simplemente «la barrera que hay que superar» para llegar a quién puede apreciar tu talento. Por lo tanto hay que tratar de llegar al «consumidor final», el que va a comprar tus servicios. Aquí es donde debe empezar a actuar tu instinto de cazador.

Primero debes saber si quieres cazar perdices o elefantes. Eso va a depender de tu ambición. Te recomiendo que no te limites a perdices simplemente porque no te crees capaz de conseguir una pieza de caza mayor. Solo tienes que utilizar más recursos y más tiempo.


Debes camuflarte, fundirte con el paisaje. Eso significa que debes saber como comportarte. Los expertos recomiendan ponerte en contacto con alguien dentro de la empresa de la que te gustaría formar parte y concertar una cita para preguntar.

Ten tus armas preparadas. Ten muy claro cuales son tus fortalezas y cuales las necesidades que puedes satisfacer.

No pierdas el tiempo con piezas menores y evita a los insectos que te van a desviar de tu objetivo. Tú buscas un proyecto concreto en un departamento determinado. Si no existe, prepara tu armamento/argumento para que lo creen para ti. ¿Imposible? Te aseguro que no.

Evita las zonas saturadas aunque parezca que la presa es facil de conseguir. Vas a tener que hacer un esfuerzo mayor por encontrar sitios tranquilos y sin otros cazadores para conseguir algo que realmente merezca la pena.

Utiliza rifles de precisión y de gran calibre. Las escopetas de perdigones son para las ferias. Quizás solo tengas una oportunidad para conseguir tu presa.

NOTA: No soy cazador ni me gusta hacer daño a los animales. Para no herir susceptibilidades a cazadores, pescadores y ecologistas (puede haber intersecciones) diré que todo esto solo pretende ser una metáfora.





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