El mejor índicador de clima laboral: Los anuncios de Coca Cola

Tuve un profesor de historia que decía que el arte era un reflejo de la sociedad y de la época en que surgía.
Desde que nació el cine, hemos visto como se plasmaban en la gran pantalla los hechos y los estilos de vida y es una herramienta fantástica para entender los diferentes momentos de la historia contemporanea.
Actualmente creo que la publicidad (Arte + cine) ha tomado el relevo y es un termómetro excelente para saber lo que pasa a nuestro alrededor.

Podremos leer informes en las páginas salmón sobre la creciente desmotivación de los profesionales.
Podremos oir a las fuerzas vivas de las empresas diciendo que es que la gente no quiere trabajar como antes.
Podremos acabar con los oidos doloridos de escuchar a quienes predican el equilibrio entre la vida personal y laboral y luego se dedican a poner reuniones a las 7 de la tarde.
Podremos aguantar pacientemente a quienes dicen que las mujeres deben ocupar posiciones de responsabilidad en las empresas pero ponen cara de Orco cuando una de ellas decide tener un hijo.

Sin embargo, la realidad no está en esos informes sesudos. La «vida real» está en la calle y en los anuncios. Especialmente en los de Coca Cola y por eso está donde está, porque sabe leer mejor que nadie lo que nos ocurre a las personas con cara y ojos.


Hay tres Anuncios recientes de Coca Cola que deberían poner como salvapantallas todos los directores de RRHH para saber por donde van los tiros.

  • El del joven despedido. «Sin rodeos, está despedido«. Un sintoma de hasta donde están los jóvenes profesionales.
  • El del hijo que canta las cuarenta al headhunter que no selecciona a su madre. Un ejemplo de la miopía de los seleccionadores. «Y usted, ¿tiene referencias?«
  • El de los aplausos. Un grito de libertad y de rebeldía. «Por el que deja la oficina antes que su jefe«, «Por el que dijo que montaría un chiringuito en la playa… y lo hizo.«

Esto explica porqué la marca Coca Cola vale lo que vale. No nos explica las bondades de su producto, no nos dice de que está hecha. Va directamente a los sentimientos, a las creencias, a los valores, a las emociones. Eso es lo que hace que una simple bebida azucarada se convierta en un símbolo.

¿Vas a crear tu Marca Personal basándote unicamente en tus especificaciones (cursos, masters, licenciaturas, experiencias profesionales) o vas a convertirte en un símbolo? TU ELIGES.





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