A mi no me líes

Bueno, ya casi estoy de vuelta. Aunque solo ha sido una semanita, parece que han sido diez. ¡Madre mía como se echa de menos esto del blog! Especialmente cuando tienes tiempo (demasiado) para pensar y se te ocurren ideas y quieres contarlas. Y lo peor es la dichosa conexión. Ya no me acordaba del infierno pre-ADSL.

El caso es que uno de estos días me acordaba del comentario de un amigo al que, al principio de mi proyecto, le explicaba lo que pretendía con esto de la Marca Personal.

Esta persona es un muy buen amigo de la infancia, un tío muy inteligente, muy lógico y al que le va muy bien en la vida. El y su familia son tan perfectos que hacen que los Flanders de Los Simpson parezcan unos degenerados.

El comentario bienintencionado y aparentemente lógico que me hizo al contarle mi idea fue: «Pero si al final todos tenemos una marca, ¿no perderá todo el valor diferencial?»

Claro, dicho así, te quedas parado. Encima yo soy bastante lento y ante su superioridad intelectual tantas veces demostrada piensas, «Pues es verdad, una vez más tendrá razón, vamos a olvidarnos de este proyecto. Será mejor montar un bar de copas».


Sin embargo, con el tiempo, la experiencia y los comentarios de otras personas «menos inteligentes» te das cuenta de que su razonamiento es lógico pero afortunadamente vivimos en un mundo ilógico e impredecible. Explico porqué:

1.- Con las personas no ocurre como con los productos. TODOS somos diferentes. TODOS tenemos algo que nos hace únicos. Así que en teoría TODOS podríamos tener una Marca Personal, algo que nos diferencie y nos haga valiosos en nuestro entorno. No se trataría de tener marcas universales sino micromarcas conocidas y apreciadas por el nicho de mercado (personal o profesional) que deseamos alcanzar.

2.- No todas las marcas comerciales alcanzan el éxito. No todas saben o pueden llegar a ser valoradas como desean. Desconocimiento del proceso, falta de persistencia, producto mal definido. Hay muchas razones que impiden que una marca llegue a donde desea. De igual forma, puede que una persona nunca llegue a crear una Marca Personal fuerte por las mismas razones.

3.- Pero la razón más curiosa por inesperada es que hay gente que no quiere cambiar, hay gente que no quiere tener una marca. Casi como si estuviese preparado, en todos mis cursos, aparece alguien que me pregunta ¿Y si no quiero tener una marca? ¿Y si no quiero diferenciarme? Evidentemente, este concepto nace de la libertad individual y solo TÚ puedes decidir lo que quieres. Sin embargo, incluso cuando alguien hace esa pregunta, lo que me demuestra es que ya tiene una marca y como todas, puede ser útil en algún contexto. Hay gregarios en el ciclismo y hay actores de reparto en el cine y en el teatro ¿Porqué no lo va a haber en la vida? Lo importante es que seas TÚ el que lo decidas. El problema puede surgir cuando realmente necesites esa marca y no dispongas del tiempo para desarrollarla.

Cada día me doy más cuenta de que el proceso de creación de una Marca Personal es muy satisfactorio al final, pero el camino es dificil y largo. No todo el mundo ve la necesidad de hacer el esfuerzo de encontrar aquello que le hace diferente, descubrir aquello en lo que es mejor y darse a conocer al «mercado» para tener una vida mejor. Creo que mi amigo se equivoca y no todo el mundo tendrá una Marca Personal valorada. En este mundo de «aqui te pillo, aquí te mato», descubrir y dar a conocer tú propia marca implica un esfuerzo que no todo el mundo está dispuesto a realizar.





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