Jugar mirando al marcador

Desconozco las razones por las que otros han empezado a escribir un blog. Yo lo hice en parte para dar a conocer mi idea a empresas y personas interesadas, pero sobre todo para tener un sitio en el que poder expresarme.

Al principio ni te imaginas que alguien pueda leerte. Es el momento mágico del blog. No te preocupas de nada más que de escribir de una forma correcta tus historias.

Poco a poco y sin saber muy bien porqué, empieza a llegar gente. Les gusta tu forma de escribir y tus ideas. Y ahí está la trampa. Ya has creado tu marca. A partir de unas pocas opiniones escritas, los demás se hacen una imagen de ti. Por eso el blog es una herramienta tan poderosa para el Personal Branding.

Pero igual que los grupos de música, empiezas a sentirte obligado(¿?) a escribir no lo que otros esperan sino lo que CREES que los otros esperan. Los demas perciben tu marca de una determinada manera y debes ajustarte a ella. Empiezas a no querer ofender a nadie. A intentar que nadie se moleste. Poco a poco vas limando las aristas que pueden hacer daño.

Un día pierdes un suscriptor de bloglines y te preguntas «¿Que habré hecho mal?» En ese momento dejas de jugar para divertirte y empiezas a obsesionarte por el marcador.

Ya no te preocupa tu «Producto-Marca» ahora tu estrategia la establecen las Investigaciones de Mercado. Ya no es tu producto, es el que demandan tus consumidores. Tu criatura deja de pertenecerte.

Ultimamente he expresado algunas ideas sobre mi visión de la política. Sin embargo, aunque lo he tratado de hacer de la manera más respetuosa posible, pero sin ocultar mis preferencias, he tenido la sensación de romper algún código no escrito de la blogosfera no política.

Esta mañana oía algo así como «Si no te ocupas de la política, la política se ocupará de ti» y creo que es cierto. Podemos vivir en un mundo de iPods y Webs 2.0, podemos colgar videos divertidos de la MTV, podemos hacer metáforas ingeniosas sobre los RRHH, pero detrás de todo eso hay una forma de entender el mundo.
Yo tengo la mía, y precisamente es la de intentar que los políticos, empresas o quien sea controlen la vida de las personas más allá de lo estrictamente necesario. Posiblemente me equivoque, pero no voy a dejar de contarlo aquí solo porque algunos puedan sentirse defraudados.

Me voy a preocupar del partido, voy a disfrutar el juego y no de lo que ocurra en el marcador.


Por cierto, ¿Estas cosas solo me ocurren a mí?

Apéndice: Acabo de descubrir vía Borjamari que La Ceci ha pasado por una situación parecida y ha acabado cerrando el blog.

Entre otras cosas dice:

«Por fin he entendido las normas de la blogosfera:

Hay que ser anónimo. He cometido varios errores que han hecho de éste mi gran error, pensaba que a nadie iban a interesarle mis gilipolleces y me he dado a conocer demasiado, ahora cada vez que escribo, tengo que hacerlo pensando que me lee fulano o mengano y como sabe demasiado de mi, tengo que andar con ojo para no ofenderle o que no se piense que lo digo por él. Soy demasiado vulnerable frente a los anónimos que se empeñan en decir mi nombre.

Hay que mostrarse neutral, ante cualquier tipo de tema que pueda ser polémico: política, religión, fútbol, sexo, cultura. Todo es cojonudo y maravilloso, todos somos super-amigos y pensamos igual, este es el país de las maravillas. Así hay que escribirlo para poder seguir manteniendo la calma, lo mejor es no involucrarse nada.

Hay que hablar con corrección política, sin tacos, ni excesos pedantes ni tecnologismos y con total respeto hacia los demás. Escribir como se habla en la calle te hace ser vulgar e indeseable.

A un juego con tanta falsedad, no quiero jugar. Ni me divierte ni me interesa. No trato de impresionar ni de embaucar ni de convencer, sólo y únicamente de expresarme.

Necesito escribir, necesito pensar y representar mis ideas porque me gusta guardarlas. Lo seguiré haciendo en privado, porque necesito tranquilidad. Bastantes problemas da la vida real para andarme preocupando por estas pamplinas.»


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