El poder del pensamiento positivo

El gran negocio de la autoayuda se basa en una idea:

Si deseas algo con mucha fuerza, lo conseguirás.

Y esa es la gran mentira.

Nos llevan dando la murga con esa historia desde que somos pequeños con los telefilmes americanos. La manida historia del chaval que consigue ser el campeón de baloncesto de su colegio a pesar de medir menos de un metro veinte y pesar ciento diez kilos.

Y ahí está la clave de su desprestigio. Las cosas no se consiguen solo con cerrar los ojos y desearlo con mucha fuerza.

Evidentemente para tener más posibilidades de conseguir algo, antes hay que tener un objetivo claro. Eso no te garantiza que lo vas a alcanzar. Pero lo que si es seguro es que si no lo tienes, dificilmente llegarás a él.


Lo que hace que las cosas se consigan es la ACCIÓN, y no el pensamiento.

Pero para eso no hace falta leer un libro de autoayuda, eso ya lo sabían nuestros abuelos:

A quién madruga, Dios le ayuda y A Dios rogando y con el mazo dando.

Pero parece que en este mundo laico, hay que sustituir esas cosas tan simples y de sentido común por manuales llenos de recetas.

Quiero mucho a los norteamericanos, pero sus recetas no pueden trasladarse aquí a lo bruto. Hay que pasarlas por un filtro muy fino y dejar solo lo que realmente nos puede aportar algo.





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