¿Marketing o Democracia?

Reflexión 1: El marketing y las marcas son herramientas de manipulación. Han sido desarrolladas para crear necesidades ficticias a las personas. Una buena campaña de publicidad puede conseguir que la gente se desprenda del dinero que le cuesta tanto esfuerzo ganar. Incluso hay personas que son capaces de prescindir de cosas básicas para comprar el último modelo de lo que sea. Los marketinianos son una especie de brujos que consiguen hipnotizar a los clientes.

Reflexión 2: La democracia se fundamenta en el voto libre de los ciudadanos. Estos eligen a sus representantes en función de sus ideas. También se asocian y agrupan en organizaciones con carga ideológica alineada con sus ideas políticas.

Reflexión 3: Los políticos utilizan herramientas de comunicación y marketing potentes desde hace décadas. Logos, eslóganes, himnos, carteles, TV. Las cabezas visibles de los partidos, sindicatos, asociaciones políticas y movimientos sociales no son Marcas Personales son solo la imagen, un logo humano que aparecerá en los carteles. Incluso las marcas más antimarca (NOLOGO, Greenpeace, Che Guevara, Mao, No a la guerra, Nunca Mais) se han convertido en imágenes potentes. Los votos son cuotas de mercado, las encuestas son investigaciones de mercado. Los totalitarismos del sXX han tenido grandes aparatos de propaganda.

¿Compraríamos un producto cuya utilidad no ha sido demostrada? ¿Contrataríamos a un fontanero que no ha demostrado su competencia en el oficio? Supongo que no y sin embargo votamos a candidatos que pocas veces o ninguna justifican su capacidad para gestionar personas y menos a un país entero.
Los políticos son como el Phising, como esos mensajes falsos de los bancos que nos llegan por correo electrónico, aparentemente auténticos pero muy peligrosos si te fías de sus palabras.

Tesis 1: El Marketing y la publicidad no tienen el poder que se dice y por lo tanto las empresas y los partidos políticos están tirando el dinero a puñados.


Tesis 2: El Marketing tiene la influencia que se promete y desde hace décadas estamos siendo manipulados incluso a la hora de votar. Solo tienen que crear unas necesidades, provocar un sentimiento de pertenencia al grupo con unas cuantas ideas atractivas aunque en muchos casos imposibles de implantar y ale, a vivir.
Solo hay que hacer creer que algunas ideas «simpáticas» son las buenas. Hay que vender el envase, aunque dentro no haya más que un producto cuya fecha de caducidad fue sobrepasada hace varias décadas y con unos cuantos miles de intoxicados.

Yo tengo claro cual es la tesis que más se ajusta a la realidad. ¿Y vosotros?

¿No es como para echarse a temblar? Yo creo que no, simplemente hay que darle la vuelta a la tortilla y empezar a utilizar también nosotros esas herramientas.

No hay que acabar con el marketing, hay que utilizarlo. Y ahora podemos.

NOTA desde La estación de Valladolid: Es curioso como los más críticos con el capitalismo y la sociedad de consumo son los más eficaces utilizando las herramientas que estos le proporcionan.


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