Tamara-Ambar-Yurena, España y el BSP
En el mercado de productos hay lugar para todo tipo de oferta. Desde lo más sofisticado hasta lo más banal. Lo mismo ocurre en el de las Marcas Personales y en cualquier entorno en el que se pretenda posicionar una marca. El problema surge cuando no hay diversidad y cuando todo lo que nos encontramos es similar, especialmente si está sumergido en la cutrez y la «caspa».
Creo que analizando las marcas que nos rodean podemos hacernos una idea de por donde van los tiros. Pero pienso que si miramos a nuestro alrededor, veremos que el panorama en cuanto a Marcas Personales es desolador.
¿Cuantos referentes de calidad (Marcas Personales) podemos tener en cuenta?
¿A cuantas personas nos gustaría parecernos?
¿A quienes pondremos como ejemplo a nuestros hijos?
¿Quienes pueden representar dignamente a nuestro país?
Creo que lo que está ocurriendo no es algo casual. Estoy convencido de que hay un paralelismo entre la Marca España (o la de cualquier otro país) y el tipo de personajes que la representan.
Hace tiempo que quedaron atras los años dorados en los que España era admirada y valorada por lo que podía aportar y por su credibilidad.
Hace ya algún tiempo que España ha dejado de tener un BSP claro. Un Beneficio Singular Percibido. Había algo que nos diferenciaba. La creatividad, la fuerza, el empuje, la iniciativa,…
Aparecíamos en las portadas de los medios internacionales como un pueblo simpático, emprendedor. Y si, también con sol y playa.
Pero hace algunos años que estamos como uno de esos personajes-marcas personales de saldo que pululan por las televisiones: Tamara-Ambar-Yurena.
- Tuvimos una época de gloria, pero actualmente vivimos de las rentas.
- Hemos cambiado demasiado de identidad. Ya nadie sabe lo que somos.
- Pretendimos estar entre los grandes, pero no fuimos capaces de aprovechar el tirón.
- La falta de consistencia nos ha llevado a perder credibilidad.
- Uno de nuestros BSP era la simpatía, el vínculo emocional. Hoy ya no existe, estamos enfadados, somos europeos.
- Pudimos aprovechar el momento, pero dilapidamos los recursos.
- Estamos a la sombra de nuestra «madre», aunque en este caso «hay más de una».
- Nos invitaban a todos los «saraos», hoy rozamos el patetismo.
Tenemos que pensar que las personas somos mucho más que un instrumento para construir metáforas más o menos ingeniosas. Somos las identidades que formamos parte de algo más grande. Pero si nuestra Marca Personal no tiene valor o esta no es percibida como algo que pueda proporcionar un beneficio, no seremos tenidos en cuenta. Ni como país ni a la hora de encontrar un trabajo.