Adiós Twitter o el cine de los 70

Los que nacimos a finales de los sesenta tuvimos la mala suerte de empezar a ir al cine en una de las peores épocas de su historia, los 70. No se cual es la razón, pero las películas que se hacían en esa época resaltaban lo cutre, lo peor de la cotidianeidad, se centraban en detalles sin importancia, soltaban discursos aburridísimos en un vertedero o en un matadero. Todo muy deprimente.

El cine de arte y ensayo de los intelectuales progres era infumable. Creo que el único atractivo es que de vez en cuando se veía alguna escena «picante», eso si, todos muy serios y en Blanco y Negro. Pero el cine comercial no era muy diferente. Me refiero al cine norteamericano. El español sigue igual. Afortunadamente llegó Lucas, Spielberg y toda la panda y nos devolvieron el interés.

Hace unos días me di de alta en Twitter. Varios amigos me «presionaron» y caí en la tentación. En este breve periodo de tiempo he tenido la misma sensación que con el cine setentero. Me explico:

Twitter se centra en los detalles cotidianos. Igual que veíamos a una actriz sentada en la taza del vater hablando de Sartre, Twitter nos muestra a todos nosotros en situaciones que no comentaríamos ni a nuestra pareja. Francamente quiero mucho a mis amigos pero no me «pone» saber si están desayunando, a punto de acostarse o aburridos esperando que den las 7. Y si me interesa, les llamo.

A pesar de lo que me dijo alguien, Twitter no es una buena herramienta de Marca Personal. Creo que no hay que confundir accesibilidad con eliminación del espacio personal. Uno de los errores de los actores y actrices de los setenta fue que se fundieron con el público la masa. Acabaron con el glamour de los Cary Grant o Bette Davis. Podías verlos haciendo lo mismo que cualquiera y esa fue una equivocación que han tardado un par de décadas en resolver.

Sin embargo, ha quedado un espacio para el Twitter mediático. Ya no son los actores, son los «famosetes». Personajes que se ganan la vida mostrando esas actividades cotidianas que se cuentan en Twitter.
La actriz de Gran Hermano se da su primer baño en Benidorm.
Aqui vemos a la hija del sobrino agnóstico de la folclorica en la comunión civil de su retoño.
Observen como la ex de Julio Iglesias espera el avión que la llevará a Miami.
Paris Hilton va a la carcel. Paris Hilton sale de la carcel. Paris Hilton vuelve a la carcel.
Todo esto ¿No es muy Twitter?

Definitivamente, tal y como ha sido concebido Twitter no es una buena herramienta de Marca Personal. Si hablásemos de marcas comerciales, sería equivalente a mostrar en la publicidad como engrasan la maquinaria los de Danone o explicarnos con pelos y señales el mosqueo del jefe de contabilidad de Pepsi de la oficina de México D.F. No es que eso no ocurra o haya que ocultarlo, es que simplemente no aporta valor.


En 140 caracteres es casi imposible decir algo interesante. Por lo tanto es preferible dedicar los recursos a otros medios más eficientes.

No voy a decir que lo que se diga en Twitter no afecte a la marca, al contrario. He dicho muchas veces que todos los detalles cuentan. Cada vez que hay un contacto con el entorno, se construye marca, pero posiblemente la táctica pueda acabar con la estrategia. Un ejemplo típico de Twitter.

Voy al aeropuerto.
Estoy en el aeropuerto.
Me tomo un café mientras espero mi vuelo.
Estoy entrando. Hace calor.
Me he sentado. Joder tengo que apagar mi movil.
Estoy sudando llevo 45 minutos sin decir lo que he hecho.
Cojo mi portatil de última generación. Está debajo de la chaqueta.
Que cansado estoy. Tengo hambre y todavía tengo que preparar un informe al cliente.
Estoy en casa. Creo que voy a ver House y me meto en el sobre.
Me levanto

Esto también forma parte de la construcción de una Marca Personal, pero por muy interesante que sea tu «producto» eso no convierte tu vida en algo demasiado excitante.
Aunque parece que el ser humano necesita el cotilleo. Parece que esta semana el DIOS JOBS se ha tirado un «pedito» y todo el mundo se ha revolucionado como las hormigas cuando soplas su hormiguero. ¿Cual ha sido esta? ¿Su septima u octava revolución tecnológica del mes?
Y eso también lo hemos vivido el Twitter.

Así que paso de Twitter. Y no me pasaré a Jaiku ni Guayomini ni a Piticlin, ni a nada por el estilo.

Eso me pasa por no fiarme de mi instinto y trastocar mis valores y convicciones. Es que nunca aprendo. O si.





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