Lecciones Aprendidas XXIII: El lado oscuro de la visibilidad

Poco a poco, muy despacio pero de forma imparable, el proyecto de Marca Personal está alcanzando la mayoría de edad. Este mes aparece en portada de la revista emprendedores en el que se habla de mi trabajo.

Los amigos que habéis estado conmigo desde el principio y cualquiera que haya pretendido sacar adelante una idea sabéis lo duro que es poner en marcha un proyecto. Momentos de tensión y de dudas, presiones familiares, estrecheces económicas y sobre todo mucho trabajo y muchas horas de sueño perdidas.

Algunas veces en este blog y con frecuencia en mis cursos suelo decir que una de las consecuencias más desagradables de empezar a sacar la cabeza del agujero son los comentarios de algunas personas cuando empiezas a ver la luz al final del tunel.

En los últimos tiempos he recibido comentarios de gente que, tras una lectura transversal de alguno de mis post, vienen a insinuar que si esto está saliendo adelante es porque soy una especie de privilegiado, con padrinos, con suerte o con pasta de sobra como para dedicarme a esto. Solo puedo decir una cosa, quienes dicen esto NO TIENEN NI PUTA IDEA de lo que es sacar adelante un proyecto sin recursos. Y esa es la situación del 99% de los emprendedores de este país.


Creo que cualquier emprendedor, agente libre o autónomo habrá recibido este tipo de comentarios y entenderá lo que digo.

Llevas años tratando de cambiar las cosas, de dar ideas, de ayudar a otros y siempre va y aparece un listillo que te dice que vives en Disneylandia, eres un idealista o todo lo contrario, eres un elitista.

Al final llegas a la conclusión de que si haces todo esto es por puro egoismo, por pura satisfacción personal, porque por fin has encontrado algo que te apasiona y te encanta contarlo. Así funciona el mundo. Como decía Pedro Pinto en un comentario, «la fuerza motora de la sociedad es el individuo. Y este individuo es egoísta, por qué ocultarlo, y gracias al egoísmo avanzamos»

Al mismo tiempo, una de las consecuencias de la visibilidad en Internet y de la accesibilidad de lo 2.0 es la idea erronea de que tu trabajo no tiene valor. En La Red se hace más real que nunca eso de que «la confianza da asco». Se confunde la cercanía y la rapidez de respuesta con la gratuidad de tu trabajo.

Cuando un Agente Libre decide utilizar los medios online para darse a conocer, lo hace porque es rápido, sencillo, eficaz y sobre todo porque su coste es mínimo. También entiende que para ocupar un lugar debe ser generoso y compartir parte de su trabajo. Pero eso no implica que viva del aire o que sea algo así como un filántropo millonario.

Siempre habrá contreras, gente que te critique hagas lo que hagas. Lo bueno es que al final te das cuenta de que hay mucha más gente que aprecia lo que haces, te apoya, te anima y te corrige con cariño que de la otra y eso te hace seguir adelante. Pero no me extrañaría que con el tiempo empiecen a surgir profesionales con el síndrome de Salinger 2.0

De todo esto hablo en el vídeo de hoy.





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