¿Adaptación al mercado o apoltronamiento?

Es curioso lo que me está ocurriendo. Durante cuatro años he estado luchando por sacar adelante este proyecto, por sobrevivir. Sin embargo, en los últimos meses, no he parado de trabajar y empiezo a tener un respiro. Practicamente he tenido que centrarme en los clientes corporativos y aparcar la asesoría individual.

Aunque esta es una buena noticia, este cambio tiene varias consecuencias que espero ir resolviendo en los próximos meses.

Soy consciente de que debo crear un protocolo escrito (casi está), un manual de procedimientos de Marca Personal que pueda ser utilizable por cualquiera y que no dependa de mi presencia.

Aunque la denominación «Marca Personal / Branding Personal» es atractiva, sigue generando confusión y se está quedando un poco corta. Muchos siguen sin entender, o sin querer entender, que el Branding Personal no implica convertir a las personas en objetos sino todo lo contrario.

También veo que en demasiadas ocasiones el Branding Personal se centra en las aplicaciones en La Red y en estar bien posicionado en buscadores, cuando en realidad es algo mucho más integral y humanista. No se trata de «tener un millón de amigos» sino de tener aquellos que comparten tus ideas.

Además, creo que el Branding Personal debe ser una parte importante de algo más grande e integral en el desarrollo personal y profesional. Eso es algo en lo que ya estoy trabajando y que comentaré en los próximos meses. Será una consecuencia natural de todo lo que he ido trabajando estos años.

Pero sobre todo, tengo que centrarme en un nicho de mercado específico. Aunque el Branding Personal es aplicable a cualquier persona, no todas las personas están dispuestas a aplicarlo. Y ahí surge uno de los asuntos que me genera más insatisfacción.

A medida que he ido impartiendo clases de Marca Personal en escuelas de negocios y organizaciones o incluso escribiendo en este blog, me he dado cuenta de que, unas veces por mi y otras veces por el cliente/lector, he ido descafeinando algunos aspectos del concepto. Y esa es una grave equivocación para cualquier producto, servicio o idea.


No se puede tratar de contentar a todos, porque eso destruye una marca. Un concepto o idea no debe adaptarse al mercado en general, más bien debe encontrar el nicho en el que pueda seguir siendo auténtico.
Cuando te dedicas a contentar a todos, a actuar en función de opiniones o encuestas te acabas convirtiendo en alguien irrelevante o en algo peor, en un político. Dejas de ser tu mismo para convertirte en un Frankenstein de opiniones ajenas, una Marca Blanca o aún peor, en una Marca Gris.

Creo que este es un concepto tremendamente radical y rompedor. No es para todo el mundo. Solo para aquellos que quieren DEJAR SU MARCA, no para los que quieren «mantenerse». Y no porque sea caro, de ningún modo, sino porque requiere valor, persistencia, trabajo, coherencia, voluntad, honestidad, responsabilidad, etc. Y no parece que esto abunde demasiado.

Unas veces para no ofender, otras para conseguir ese contrato que necesitas y otras para no mandar a alguien a la porra, vas cediendo y «capando» el concepto.

En alguna ocasión me han llegado a pedir que aplique mis ideas para que los empleados sean más ¡dóciles!, para que aprendan a cumplir con «su obligación». Dicen que les parece que la Marca Personal está muy enfocada a conseguir que la gente sea capaz de tomar sus propias decisiones y eso no les gusta mucho.
¡Madre mía! No se han enterado de nada.

Con frecuencia recibo mensajes y peticiones de gente que me pide que les ayude a buscar un empleo o a hacer un CV. Y eso es precisamente lo contrario de lo que estoy diciendo desde hace años. Yo me dedico a conseguir que los profesionales se posicionen en el mercado para aumentar sus opciones y generar ingresos, no para encontrar un «empleo».

Pero este aprendizaje es importante. Creo que es una etapa que hay que superar. Me he dado cuenta de lo facil que es caer en el apoltronamiento, en la reentrada al sistema y en la «adaptación» de tu idea a los requerimientos de otros.

Como siempre, este post es una reflexión de reflexiones. No es una verdad absoluta, solo un punto de partida y veremos como desarrollo y doy forma a todo esto.

También es cierto que este post lo fui rumiando ayer, mientras volvía en el tren. Me fui calentando con los sabios consejos del tío Seth en Tribus, que como un Pepito Grillo me iba tirando de las orejas y sentía que muchas de las cosas que comenta eran un fiel reflejo de lo que me sucede.


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