Menos emoción y más acción
Este es uno de esos posts que me voy resistiendo a escribir pero la realidad me acaba empujando a hacerlo.
Me resisto porque tengo amigos y amigas que se dedican a lo que yo critico.
Me lanzo porque lo que veo a mi alrededor me pone de los nervios y alguien debe decirlo.
Dicen que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Supongo que serán otros porque yo llevo gastando como una hormiguita mucho antes de empezar con este proyecto. Pero es posible que durante algunos años, algunos, hayan perdido la noción de la realidad.
Se ha hablado de empresas emocionales, de inteligencia emocional, de «buenrollismo» en las corporaciones. En algunas escuelas de negocios se han tratado de introducir filosofías orientales como antes se incorporaba la ISO9000. Pero normalmente todo ha quedado en lo que el siempre certero Alfonso denomina psicolabia. Se ha convertido a toda una generación de profesionales en algo así como «discapacitados emocionales».
El resultado (patético) lo estoy viendo en todos y cada uno de los lugares en los que hablo de Branding Personal.
Cuando dices a los que te escuchan que deben dedicar tiempo y paciencia para posicionar su Marca Personal, resoplan y dicen que eso lo haga tu tía. Que mientras cobran «el paro» o terminan el Master ya se pasará la crisis.
Cuando les dices que deben echarle un par de pelotas/ovarios y empezar a hacer llamadas, ofrecerse para hablar en público o ponerse delante de una webcam para hablar de su profesión te dicen que tienen miedo, vergüenza y poca confianza. Ah, entonces lo entiendo. Disculpe usted Sr./Sra.
Cuando les explicas que la situación que vivimos es real y urgente (me encanta lo de Clear and Present Danger), siguen pensando que va a venir un ejercito de ángeles a sacarles del atolladero.
Lo curioso es que muchos han asimilado esos conceptos y argumentos paralizantes que están relacionados con «la fuerza de la mente». Que si la zona de confort, que si las barreras mentales, que si los bloqueos emocionales… Psicolabia paralizante para quienes buscan excusas.
Pero creo que en la vida solo hay una cosa que pueda mover la fuerza de la mente (y no siempre), pero mejor no lo digo porque hay niños delante.
No digo que la cosa se solucione echándose a la calle y nada más. Lo que digo es que no se puede ganar sin jugar.
Enviar 20, 200 o 200.000 CV no es una buena apuesta.
Y escribir 20, 200 o 200.000 Twitts tampoco.
Un empleo puede ser una mala opción o simplemente algo inexistente. Me importa un bledo que no «te veas» como autónomo, agente libre o profesional por cuenta propia. Lo que va a impedir que te corten la luz no es la forma «en que te ves» sino la pasta que traes a casa. Así que ya te puedes «ir viendo» como un/a profesional que hace lo que tiene que hacer independientemente de la denominación administrativa que tenga.
Tienes que aumentar las posibilidades de éxito, de ser elegido. Podrás acercarte un poco a tu objetivo si te pones en marcha y empiezas a utilizar todo el «armamento» que tienes a tu alcance.
¿Cuantos de los que se lanzan al estrecho en una patera se plantean si están en su zona de confort?
¿Cuantas de las licenciadas e ingenieras de Este que están limpiando casas han dejado de hacerlo porque tienen un bloqueo emocional?
Si quieres dejar una marca, una señal en una superficie, debes sacar las uñas y apretar.
Si quieres dejar tu Marca Personal, debes salir, actuar y presionar.
No se deja ninguna marca si te dedicas a buscar excusas emocionales.
Cuanto daño ha hecho el señorito Goleman…
Este es el momento de HACER, de ACTUAR, de UTILIZAR todo lo que tengas a tu alcance. Tus miedos, vergüenzas, temores y bloqueos emocionales te los metes por donde te quepa porque hay que pagar facturas. Y por experiencia te digo una cosa: la mejor forma de quitarte tanta tontería de encima es TIRÁNDOSE A LA PISCINA.
Si esperas a actuar a que se te quiten tus temores y bloqueos emocionales para salir de «la zona de confort», ya puedes esperar sentadito y confortablemente en tu zona.
NOTA: El 22 de Abril inauguro el Primer Encuentro de Gestión de la Marca Personal.
Quien hubiese dicho cuando me desgañitaba en el desierto que esto llegaría a convertirse en algo tan «serio».