Dependemos de nosotros mismos (tópico futbolero)

Un gran poder implica una gran responsabilidad.

El tío de Spiderman

Esta mañana, volvía de Bilbao y escuchaba la radio. Cómo si en este país no ocurriesen cosas más importantes, el tema de conversación, como no, era el dichoso futbol. Entre las creativas, ingeniosas y chispeantes declaraciones de las lumbreras de ese mundillo, nosequien expresó uno de los tópicos habituales: «Dependemos de nosotros mismos». En ese momento, todo lo ocurrido esta semana tenía sentido. Me explico.

Uno de mis temas más recurrentes es el de la importancia de la responsabilidad individual a la hora de crear una Marca Personal. O dicho en cristiano (con perdón), si decides tú, eres libre pero también responsable de tus actos. Y eso es jodido.

Si no decides tú, tienes menos preocupaciones y siempre puedes culpar a otros (incluido un volcán) pero, a cambio, dejas que sean otros los que te «marquen».

En los regímenes totalitarios, no se permiten Marcas Personales, sin embargo todos tienen una marca: La de una bota en la cara.

En casi todas las organizaciones (pequeños regímenes totalitarios) esa huella es más sutil pero también existe, se llama cultura corporativa, normas o reglas de comportamiento implícitas o explicitas.

Sin embargo, siempre tenemos capacidad para decidir si vamos a seguir aguantando las imposiciones o vamos a hacer algo. El problema no es la falta de opciones, sino la voluntad de actuar. El eterno dilema entre querer y poder. La importancia de tener claras las prioridades y valores. Porque si no decides por tí mismo, otros lo van a hacer en tu lugar.

Esta semana, el gobierno ha actuado con la imaginación, inteligencia y coherencia que le caracteriza. En lugar de buscar formas de crear riqueza, ha tirado por el camino facil de recortar lo poco que queda. Es lo habitual en los regímenes de izquierdas el tratar de igualar a todos por abajo. Pero, en realidad no es muy distinto de lo que hacen las grandes empresas (los extremos se tocan). Es un mal endémico de los que mandan por estas tierras.


Cuando los rusos pusieron el Sputnik en órbita, los norteamericanos se pusieron las pilas y cambiaron todo su sistema educativo porque les iba la Guerra Fría en ello. Aquí cuando hay problemas, se recorta y punto. Pero lo que hay que hacer no es reducir el denominador (gastos) sino aumentar el numerador (eficiencia). Y parece que eso es muy complicado (¡¡¡Qué follón!!!) o requiere demasiado tiempo.

¿Quiénes son los primeros afectados? Pues aquellos que han puesto en su escala de valores a la seguridad en el empleo por encima de otras consideraciones.

Partimos de la base de que el trabajo es un castigo divino. También sabemos que la mayoría tenemos que trabajar para poder vivir. Así que el objetivo está definido si o si. Hay que currar.

La cuestión es, ¿Qué precio (dignidad personal, familia y amigos, salud, felicidad,…) estoy dispuesto a pagar por tener o mantener un trabajo? Esa es una pregunta «de libro» sobre los valores personales. No hay una respuesta «correcta». Todo depende de las prioridades de cada uno.

Pero el gobierno sabe que quienes, mediante un examen, han conseguido un puesto de trabajo vitalicio están dispuestos a tragar (sacrificar sus valores) con lo que sea. Podrán manifestarse, podrán compensar el recorte con beneficios sociales atípicos (unos bolis, unos folios, unas visitas más largas a El Corte Ingles,…), podrán tener una actitud más negativa,… Pero pocos o ninguno decidirá que ya basta y se buscará la vida de otro modo.

¿Alguien pone una pistola en la cabeza a un funcionario para que no se busque la vida en otra parte? Creo que no. La decisión final es siempre es individual. Dura, pero personal. Y desde luego, siempre tienen margen para elaborar un plan B de huida a medio plazo. Pero eso nunca ocurre, y los que gobiernan lo saben.

Los valores son para las personas como las especificaciones para un producto, si se cumplen y se siguen a rajatabla, el «cliente» lo asocia a credibilidad y confianza. Los funcionarios tienen unos valores muy claros y por eso son muy fiables. Los que mandan saben que siempre van a ser coherentes con sus principios que se resumen en: «Aquí lo fundamental es que no te quiten la plaza». Lo malo es que cuando cedes la primera vez, es más fácil que vengan otras y cada vez te pidan cosas más díficiles de aceptar.

Los profesionales con Marca Personal no buscan excusas, no echan la culpa a otros porque saben que la decisión final siempre es suya. Aunque solo sea la de mantener la actitud adecuada. Una de las cosas más duras de asumir sobre la responsabilidad personal es que te quedas solo, ya no hay nadie a quién culpar.

NOTA: Ayer estuve en el Hoy es Marketing en Bilbao. Lo que me pude reir. Por cierto Alfonso, por los comentarios que van surgiendo creo que podríamos ir pensando en hacer un espectáculo de monólogos de temas de gestión.





Compartir esta publicacion