Ya está

Hace unos minutos he enviado el borrador de mi libro a la editorial.

Igual que ocurrió con el anterior, mi sensación más que de felicidad o de orgullo, es de alivio por haberme quitado un peso de encima. Supongo que es parecido a meterte en un barco pequeño durante meses con una persona. Hay momentos interesantes, pero hay otros que te gustaría tirarlo todo por la borda y acabar con este «desagradable asunto».

A diferencia del libro anterior, en este me he sentido mucho más presionado por mí mismo. En el primero era mucho más inconsciente y mi mayor interés era verlo en las librerías. Sin embargo, quiero que este guste, sea muy útil y de un empujoncito a algunas personas.

Mi intención era «liquidarlo» dedicando las mañanas de parte del mes de julio. Al final he necesitado julio, agosto y lo que va de septiembre casi a tiempo completo. Ya se sabe que cualquier proyecto duplica o triplica el tiempo previsto.

Lo peor son los momentos intermedios. Las etapas en las que parece que no avanzas y además no te acaba de gustar lo que escribes. Te preguntas si realmente sonó la flauta por casualidad en el libro anterior.

Lo mejor es cuando empiezas a ver que todo va encajando, que lo que escribes tiene sentido y además, aunque esté mal decirlo, no queda nada mal.


Uno de mis mayores problemas es mi verborrea. Así que, entre la documentación acumulada y mi tendencia a extenderme, al principio me salía algo parecido al Señor de los Anillos y la saga Millennium juntas. Como decía en el Twitter, más que escribir un libro, he borrado un libro. He conseguido reducirlo bastante, pero no se si será suficiente.

Creo que es mucho más «sano» ir escribiendo poco a poco, un par de páginas al día, que darse la «panzada». Si te lo plantéas así, puedes preparar y escribir tres o cuatro libros al año con tranquilidad.

No es lo mismo escribir un twitt, un post, un artículo o un libro. Cada cosa tiene su estilo y su tiempo. Yo, que soy bastante cortito, me siento a gusto con el blog porque me permite ver el principio y el final. Un libro es mucho más complejo y es facil que se te vaya de las manos, por eso es importante planificarlo bien antes de empezar.

Twitter me ha permitido ir contando estas cosillas y, aunque no soy precisamente un fanático de esa herramienta, reconozco que las palabras de ánimo de muchas personas me han sido muy útiles. Es curioso que en algo tan personal y reflexivo sientas el calor de la gente. Vale, un punto positivo para dospuntocerolandia.

Llega un momento en el que «desconectas» del libro. Ya está, se ha terminado. Deja de ser algo en lo que estás trabajando y se convierte en algo ajeno a tí. En ese momento es cuando puedes analizarlo con objetividad.

En realidad esto no es el final, más bien el principio. Supongo que todavía queda mucho por hacer, por pulir, por cambiar y eso solo antes de que se publique. Debido a mi pesimismo patológico siempre tiendo a pensar lo peor. Así que hasta que no lo vea en papel, no las tengo todas conmigo.





Compartir esta publicacion