Protocolos y rutinas
¿Hasta qué punto se puede sistematizar el Branding Personal? Esa es una de las cuestiones que me obsesionan desde el principio de este proyecto. Por alguna razón que algún día debería psicoanalizar, siempre trato de encontrar conexiones entre causa y efecto que me ayuden a generar (o al menos, entender) procesos reproducibles. No se si por eso he estudiado una carrera de ciencias o ha sido al revés.
Todos sabemos que si empujas una bola de billar con un taco, se produce un movimiento predecible. Eso no es tan evidente cuando se trata de conceptos más complejos en los que intervienen seres humanos. Pero creo que, cuando se trata de personas, es posible encontrar unas cuantas variables que permitan aumentar las probabilidades de que un suceso se produzca. Ese es un asunto que suelo debatir con mi amigo Gian Lluis.
En mi caso, mi trabajo de estos años se ha centrado en la creación de un sistema, protocolo o método que nos dé las pautas para conseguir que un profesional consiga el reconocimiento que merece. Nunca he hablado de ÉXITO porque ese es un concepto subjetivo que varía con cada persona.
Desde el primer momento entendí que hay unas cuantas variables comunes entre autores diferentes de distintas disciplinas. Los objetivos claros, las motivaciones, los valores, el trabajo bien hecho, la persistencia, la coherencia, etc. aparecen como imprescindibles. También hay otros más operativos como la comunicación, las relaciones personales, el comportamiento, la promoción. Ultimamente parece que La Red es fundamental, pero en mi opinión solo es un componente más de la variable visibilidad.
Estos años he ordenado, construido, deconstruido, eliminado y añadido muchas piezas del método. Muchas veces me parece que lo que estoy haciendo es construir un armario con muchos cajones en los que pueda meter información de forma ordenada. Aunque supongo que este es un proceso de mejora continua que no acaba nunca, reconozco que he cometido unos cuantos errores.
La forma frente al fondo. Una de mis primeras «creaciones» consistía en una matriz muy chula en la que todo parecía encajar de un modo muy elegante. La persona, la marca, el marketing, el producto, el porqué, el qué, el cómo… hasta que tratabas de aplicarlo. Esa obsesión por tener algo «bonito» me retrasó bastante. Era muy impactante cuando la ponías en una presentación, pero al mismo tiempo era bastante inutil. En este momento, mi sistema es estéticamente mucho menos armonioso, pero infinitamente más eficaz. No dejes que el continente sea más importante que el contenido.
La gallina o el huevo. Constantemente me surgen dudas sobre el orden. ¿Qué es antes, la motivación o los objetivos? ¿La estrategia o el plan? ¿La marca o el producto? Después de tanto tiempo, el sistema es bastante «estable» y funciona bien. Aunque todavía hago cambios menores en algunos elementos. Pero una de las cosas que he aprendido es que cuando se trata de personas no hay una ruta única y cerrada, siempre es necesario ver el panorama general y estar abierto a alterar el orden si las circunstancias lo requieren. Si tienes dudas, déjate de teorizar, ponlo en práctica y observa lo que ocurre.
Lo que digan los «expertos». Al adentrarme en un terreno desconocido, traté de encontrar a los referentes y aplicar sus ideas. El problema es que eran SUS ideas y SUS circunstancias (Ohio no es Pontevedra). Supongo que al hacer algo nuevo, tratamos de aplicar reglas viejas o conocidas, y no siempre funcionan. Con el tiempo he ido aprendiendo a pensar por mí mismo, sin despreciar lo que dicen otros. Desde hace algún tiempo me siento suficientemente seguro de lo que hago para dudar o contradecir lo que otros explican. Creo que, cuando estás creando algo nuevo, es importante que, en algún momento, rompas algunos lazos y te vayas a «vivir» solo.
Estas son solo algunas ideas sueltas sobre mi forma de trabajar. Pero como le decía el otro día a una persona, me gusta que mi «cocina» esté abierta y que todo el mundo pueda entender como hago lo que hago. Supongo que esa es otra de mis obsesiones, entender como funcionan las cosas y explicárselas a quienes estén interesados.