Resonancia y «comunismo»

común. (Del lat. commūnis).

1. adj. Dicho de una cosa: Que, no siendo privativamente de nadie, pertenece o se extiende a varios. Bienes, pastos comunes

2. adj. Corriente, recibido y admitido de todos o de la mayor parte. Precio, uso, opinión común

3. adj. Ordinario, vulgar, frecuente y muy sabido.

Hace unos setenta años se produjo el hundimiento del puente de Tacoma Narrows. Se trataba de un puente recien estrenado que se hundió como consecuencia de un fenómeno denominado resonancia mecánica. En pocas palabras lo que ocurrió es que la frecuencia de vibración del puente coincidió con la del viento que le rodeaba y la sintonía de fuerzas acabó destruyéndolo.

Cuando veo documentales en los que se explica aquel suceso, suelo encontrar paralelismos con lo que ocurre cuando se produce «resonancia humana», forzada o casual. Normalmente, cuando las fuerzas (o las opiniones) son diversas, en multiples direcciones y con distinta fuerza, no ocurre nada grave y todo se enriquece. En esas situaciones cada individuo tiene su propia identidad y eso favorece el desarrollo de la Marca Personal.

Sin embargo, me da la sensación de que las sociedades reales o virtuales tienden a la homogeneización y más tarde a la resonancia que acaba destruyéndolas.


Las empresas no fomentan la diversidad, más bien tratan de eliminar a los profesionales que «vibran» con una longitud de onda distinta. Las entrevistas de trabajo sirven para encontrar profesionales con frecuencias idénticas. Así que al final ocurre como con las tertulias de radio o televisión, solo ves aquellas con las que «sintonizas» y tu forma de pensar se empobrece.

Los gobiernos totalitarios siempre han tratado de «alinear-alienar» a sus ciudadanos. No solo quieren que todo el mundo piense como el lider (el único que puede tener Marca Personal) sino que intentan que las personas sean indistinguibles. Pero no hace falta irse a la Alemania nazi, a los regímenes comunistas o a la Venezuela de Chavez. Al final, todos acaban cayendo, pero produciendo un enorme daño.

En nuestro país no hemos dejado de recibir instrucciones unas explícitas y otras más sutiles sobre lo que debemos hacer (o NO hacer) y pensar. Tengo que reconocer, aunque quienes me leéis sabéis que  no suelo cortarme, que cada día más, hay determinados términos y expresiones que me autocensuro. Y cuando una persona tiene que vigilar incluso su lenguaje es que algo no va demasiado bien. Pronto acabaremos mirando por encima de nuestro hombro.

La Red, que era la esperanza de la libertad y la diversidad, se está convirtiendo en el nuevo Tacoma Narrows. Cuando ayer busqué la palabra COMÚN en el diccionario, me pareció que definía perfectamente lo que es dospuntocerolandia. Eso de que todo es de todos, por otro, esa sensación creciente de pensamiento único y por último, la tendencia a fomentar lo vulgar y a ver y releer hasta el aburrimiento las mismas cosas, creo que se puede aplicar perfectamente a las Redes Sociales.

Sobre el papel, La Red debería ser un medio en el que podrían sobrevivir multitud de ideas y opiniones. La realidad es que poco a poco está haciendo que todo el mundo resuene en la misma frecuencia. Si no lo haces así, serás aplastado o relegado. Ni siquiera puedes criticar al sistema sin que se te echen encima unos cuantos «fieles». Ahí es cuando me pregunto, si piensas igual que todo el mundo ¿Para que cojones quieres una Marca Personal si ya tienes una Marca Popular?

Pero todo esto tiene una consecuencia muy positiva para el Branding Personal. Cuando todo el mundo intenta ser cada día más indistinguible, es mucho más facil sobresalir. Es cierto que opinar de un modo diferente tiene sus riesgos. Puedes ser excluido, atacado o incluso eliminado, pero a cambio, conseguirás que, al menos una minoría te tenga en cuenta, y sobre todo, podrás dormir con la conciencia tranquila.


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