Diferenciarse no es hacer el ridículo

Esta semana todos los telediarios han dedicado un rato importante a los Premios MTV. Lo cierto es que, entre el tiempo que le dedican a las «tontás» de los futbolistas y el que reservan para noticias absurdas, apenas les queda tiempo a los informativos para hablar de lo importante.

En esos premios y, en general, en cualquier acontecimiento mediático, parece que el objetivo es epatar. Parece que el mensaje de fondo es: «Hay que llamar la atención a cualquier precio» o dicho de otro modo, hay que hacer algo DIFERENTE.

Cuando empiezo alguno de mis cursos o conferencias suelo preguntar que es lo que piensan los asistentes sobre el significado de marca en general y Marca Personal en particular. La respuesta que siempre aparece es, DIFERENCIACIÓN.

No sé como la idea de ser distinto o diferente ha conseguido auparse a las primeras posiciones del concepto de marca, pero está claro que se ha situado por encima de otras como Calidad, Confianza o Coherencia.

Al rascar un poco y al tratar de entender que es lo que se entiende por diferenciación, es cuando la liamos parda. Parece ser que todo consiste en convertirse en algo así como en una Lady Gaga de tu profesión. Se trata de hacer cosas extrañas para sorprender constantemente. A mi esto me parece que puede ser útil para determinados profesionales muy mediáticos, pero no lo veo nada claro cuando se trata de un médico, un electricista o un profesor de instituto. Y, por Dios, espero que a los pilotos de avión no les dé por hacer vuelos «diferentes».

Si repasamos la historia del arte es muy facil encontrar artistas con Marca Personal muy potente que se han caracterizado por ser «distintos». Desde Dalí hasta los trajes blancos de Tom Wolfe. Desde Frida Kahlo hasta Freddy Mercury. Todos han incluido su propio estilo en lo externo. Incluso no ser visible puede ser un elemento diferencial como en el caso de J.D. SalingerThomas Pynchon.

En todos esos casos hay elementos extravagantes, distintos, diferenciadores y llamativos. Pero también hay un elemento común que casi siempre se olvida. Todos ellos son o han sido excelentes profesionales. En primer lugar han sido de los mejores en su campo y luego, además, entre otras cosas, han hecho algo que les ha distinguido externamente.


En otras profesiones en las que lo importante es la credibilidad, la diferenciación sigue siendo un elemento importante de la estrategia de Branding Personal, pero la forma de distinguirse debe residir en algo fundamental, en la forma excelente de hacer tu trabajo.

En dospuntocerolandia se está extendiendo una idea terrible y es que la clave del éxito está en captar la atención a toda costa y del mayor número de personas. Y lo facil es montar el numerito. Evidentemente es mucho más facil llamar la atención haciendo algo extravagante que tirarse horas y horas mejorando tu forma de desempeñar tu profesión. Pero aquella es una estrategia muy debil.

En los últimos años se ha extendido una tendencia entre esa comunidad de semianalfabetos millonarios que pegan patadas a una pelota. Se trata de la moda de cambiar de peinado cada quince minutos y de llenarse el cuerpo de tatuajes como si fuesen la puerta del lavabo de un tugurio. Cuando les veo siempre recuerdo esa frase típica de las madres que dice: «Y estos chicos ¿No tienen una madre que les diga que no pueden salir así a la calle?»

Cuando lo hace uno de esos futbolistas es penoso y patético, pero cuando lo hace alguien solo por parecerse a su ídolo (que ya está bien idolatrar a un individuo que corre tras un balón) la cosa es para echarse a llorar. Pero parece que el ejemplo ha cundido, no hay más que ver a los tipejos y tipejas que pasan por los «Realitys«. No veo que a muchos les dé por imitar a Punset que, al menos, no sería una opción tan grave.

Alguien decía que Mourinho tiene una Marca Personal fuerte. Pues no, lo que tiene Mou es un estilo peculiar de decir las cosas. Lo que hará que ese entrenador sea valioso y memorable no son sus declaraciones o acciones fuera del campo sino los éxitos deportivos que consiga.

Lo que mucha gente no entiende es que si quieres ser extravagante, diferente, distinto y quieres que además te respeten, antes debes «ganártelo». Si crees que por hacer el mamarracho como uno de tus ídolos crees que vas a ser como él/ella, es que no has entendido nada. Si piensas que por vestir o actuar de un modo peculiar vas a tener una Marca Personal valiosa la llevas clara. Y eso también incluye las fotos o los contenidos que subes a La Red. Lo que te proporciona valor es el contenido no el envase.

Si quieres diferenciarte, si quieres que tu Marca Personal sea reconocible por ser distinta en algo solo hay un camino, SER EL MEJOR en lo tuyo. Lo demás es accesorio… salvo que seas Lady Gaga.





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