Rutinas

Una de las preguntas que suelo realizar al principio de una ponencia o un curso es, ¿Qué te vino a la cabeza la primera vez que oíste hablar de Marca Personal?

Las respuestas suelen ser siempre muy parecidas. Imagen, Aspecto, Internet, Reputación, y siempre, siempre hay alguien que habla de diferenciación, de ser distinto y llamar la atención. Por alguna razón, parece que una marca, personal o comercial, debe ser ante todo, distinta, diferente.

Supongo que eso se debe a que todo esto del branding y el marketing se suele asociar con individuos/as creativos, muy enrollados, algo locos y sobre todo, distintos. Me imagino que un profesional con un aspecto normalito sería directamente descartado para un puesto de este estilo. Pero quizás esa persona tan poco «cool» sea la más adecuada para conseguir que una marca llegue a ser memorable. Me explico.

No discuto que una marca, personal o comercial, debe encontrar elementos que la hagan sobresalir, pero creo que estos deben estar más relacionados con el fondo que con la forma o la imagen. Una marca llega a ser muy poderosa si consigue aportar valor de forma constante y consistente a lo largo del tiempo.

Vivimos en unos tiempos extraños en los que una tipa que sale a cantar con un vestido de solomillos se convierte en un fenómeno social mientras que muchos otros buenos profesionales apenas sobreviven. ¿Esto es justo o injusto? Cada cual que piense lo que quiera, pero este es el mundo en el que nos ha tocado vivir y tendremos que jugar las cartas que nos han tocado. 

Creo que las marcas, personales o comerciales, fuertes son aquellas que han mantenido unos estándares de calidad y una forma de comportarse consistente a lo largo del tiempo… de mucho tiempo.

Siempre he dicho que el Branding Personal se basa en la confianza, en la credibilidad, en la profesionalidad. Y cuando tienes todo eso es cuando puedes hacer cosas extrañas, llamativas, diferentes u originales. Una Marca Personal fuerte te permite tomarte algunas licencias.  

Dalí fue extravagante, histriónico, espectacular, pero detrás de todo eso había un excelente pintor. La ciencia y el arte está llena de personajes peculiares, pero si han pasado a los libros de historia no es por lo anecdótico sino porque fueron capaces de aportar algo valioso.

El problema viene cuando hay personas que piensan que una persona tiene una Marca Personal fuerte si llama la atención, si «da el cante» o si monta un numerito cada vez que sale a la calle o se comunica en La Red. La realidad es que si no son capaces de aportar algo, de dejar huella, marca, lo único que consiguen es ser patéticos.


Las grandes Marcas Personales lo son porque han conseguido dejar una huella profunda en la mente de quienes les conocen. Y eso se consigue a base de paciencia, persistencia y sobre todo, de rutinas y hábitos. Supongo que Yoda diría algo así como que las rutinas crean hábitos, los hábitos llevan a mejorar, y las mejoras te llevan al Lado Luminoso. 

Las grandes marcas comerciales lo son porque sabemos lo que podemos esperar de ellas. Con las personas ocurre igual.

Cuando una y otra vez, durante mucho tiempo, actúas de un modo parecido, consigues que la gente (jefes, headhunters, seguidores, amigos, pareja,…) sepa lo que puede esperar de tí. Y las sorpresas solo nos gustan en las películas de miedo y en los parques de atracciones, pero no en la vida cotidiana.

¿Significa eso que Lady Gaga no lo está haciendo bien? No necesariamente. El problema es que su rutina es precisamente la de encontrar un modo de ser diferente cada día. Y, desde mi punto de vista, eso es agotador e insostenible. Aunque supongo que encontrará el modo de reinventarse o simplemente desaparecerá.

Ya sé que es poco excitante y seguramente muy poco atractivo esto que estoy diciendo, pero es lo que hay. A casi nadie le apetece establecer una rutina de estudio, de trabajo, de networking, de escritura o de otro tipo de actividad que le ayude a desarrollarse y a posicionarse. Por eso hay tantos libros que te dan recetas rápidas, cómodas y milagrosas… pero inútiles.

Entiendo que las rutinas, son eso, rutinas y eso suena a un aburrimiento mortal. Pero precisamente por eso es tan importante desarrollar tu Marca Personal eligiendo algo que te guste, que te interese y con lo que puedas disfrutar durante mucho tiempo.

Lo que está claro es que tratar de sobresalir haciendo algo llamativo es como los fuegos artificiales, algo muy vistoso pero muy poco duradero y la huella que queda es muy volatil y poco memorable.

Quizás la desastrosa situación en la que nos encontramos se debe a que durante muchos años, mucha gente se ha preocupado más de llamar la atención haciendo cosas «diferentes» que desaparecen como lágrimas en la lluvia que de establecer rutinas y hábitos capaces de horadar o dejar marca en la piedra o en la cabeza más dura.





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