Las lágrimas no te dejarán ver las estrellas

Ya he dicho alguna vez que, desde que me dedico a esto de la Marca Personal, hay una serie de comentarios y confusiones recurrentes que surgen siempre que tengo la ocasión de hablar de ello. Algunos aparecen cada vez menos, especialmente aquellos que confunden el Branding Personal con una forma de «cosificar» a las personas cuando, en realidad, se trata de lo contrario, de devolver a las personas su valor.

Sin embargo, una de las ideas equivocadas que aparecen cada vez con más frecuencia es la que confunde a un profesional que tiene una Marca Personal fuerte con una especie de niñato caprichoso que puede perjudicar al equipo o a la empresa. Esta semana, alguien en un evento de Marca Personal volvía a hacer la misma pregunta: «¿Un profesional «estrella» no podría ser perjudicial para la marca de la organización?».

No me preocupa debatir con personas que tienen claros los conceptos. Creo que eso nos enriquece a todos. El problema surge cuando se dedican a opinar o más bien a descalificar un concepto quienes no se han tomado la molestia de enterarse de lo que están hablando.

Eso ocurre con muchos conceptos, desde el coaching hasta el marketing, desde la consultoría hasta el social media. La Red facilita el que personas con el teclado un poco suelto y que solo saben lo que han escuchado en una tertulia se dediquen a desacreditar ideas o personas sin haberse informado antes.

Quienes equiparan a un profesional con una buena Reputación o Marca Personal con una especie de divo caprichoso (una «estrella») no se han enterado de qué va esto. Un profesional con Marca Personal es ante todo una persona que ha alcanzado un buen nivel en su trabajo, que es fiable y que, además, ha conseguido notoriedad en su mercado.

Si un profesional con marca sobresale y tiene un valor superior es porque es capaz de generar más valor que otros, no porque sea más famoso o conocido. La fortaleza de una Marca Personal reside en lo que puede aportar y no en su popularidad. Los profesionales que se dedican sólo al autobombo o a convertirse en una estrella mediática no deberían durar ni dos telediarios. Si desgraciadamente todos conocemos algunos casos así no es por culpa del Branding Personal sino de un sistema que lo permite.


Cuando consigues desarrollar una Marca Personal potente es más probable que se interesen por tí un mayor número de personas. Eso aumenta tus opciones y, en consecuencia, aumenta tu poder y capacidad de influencia.

Cuando eso ocurre, el efecto de tus acciones y de tu comportamiento se va a ver multiplicado. En consecuencia, si eres un/a buen/a profesional, va a aumentar tu valor. Pero si tu Marca Personal es la de un/a gilipollas y consigues una gran notoriedad, vas a conseguir que se entere todo el mundo. Así que el problema no es de la herramienta sino de la persona que la maneja. Y de los directivos que lo permiten.

Las organizaciones ya tienen profesionales «estrella-divos-niñatos/as» con marcas personales de mayor o menor fortaleza. Sin embargo, quienes temen que un profesional con Marca Personal pueda ser perjudicial mejor sería que se dedicasen a otra cosa. Lo que deben hacer es aprender a gestionarlos y a aprovechar su autoridad en bien de la empresa en lugar de ocultarlos o rechazarlos.

Quienes por miedo prefieren mantener alejados de las organizaciones a profesionales valiosos, influyentes y con buena reputación demuestran su incompetencia y su falta de profesionalidad. Decía el otro día en Twitter que los de R2H2 llevan años con la cantinela de la atracción y retención del talento, pero parece que cuando tienen la posibilidad de tener profesionales valiosos, fiables y reconocidos se ponen a temblar.

Si los profesionales de R2H2 quieren ser tomados en serio, deberán aprender a gestionar a estos profesionales valiosos en lugar de ponerles límites.

Lo que puede hacer un profesional con Marca Personal por su empresa es incalculable… siempre y cuando se les reconozca su valor. Si, por el contrario, las organizaciones no son capaces de reconocer su aportación, les será muy facil encontrar ser encontrados por quienes sí lo hagan. Si algunos consideran eso como un comportamiento caprichoso o de «estrella» pues allá ellos. Pueden seguir contratando a empleados «sin marca», pueden seguir quejándose y llorando, pero las lágrimas no les dejarán ver las «estrellas».


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