Agencias de Calificación Personal

reputación.

(Dellat.reputatĭo, -ōnis).

 1. f. Opinión o consideración en que se tiene a alguien o algo.

2. f. Prestigio o estima en que son tenidos alguien o algo.

Hace unos días se produjo, de nuevo, un gran revuelo por la enésima rebaja de calificación de riesgos de algunos países europeos. Rápidamente aparecieron algunos políticos diciendo que harían lo posible para mejorar la reputación de sus países.

Yo no entiendo como funcionan esas agencias, pero supongo que, al menos en teoría, son necesarias para generar algún índice ¿objetivo? de la situación de un país o una organización. El modo en que se gestionan o su nivel de honestidad es algo en lo que no voy a entrar. No son las agencias las que me interesan sino la otra parte de la ecuación, la reputación. Y especialmente me importan los paralelismos que pueden establecerse con las personas y su Marca Personal.

La pregunta que me surgió al ver que se relacionaba la reputación con una «nota» es ¿De verdad el prestigio o la estima que se tiene por un país, organización o persona se puede reflejar en una nota? Y si es así, ¿Cómo hemos llegado a eso?

El otro día decía en Twitter que muchos de los que se escandalizan con estas calificaciones y con quienes las emiten se pasan la vida enfrentándose voluntaria o forzosamente a otro tipo de evaluaciones que van a condicionar su vida. Desde unas oposiciones para funcionario hasta el índice Klout. Desde el número de «followers» hasta las entrevistas de trabajo. Desde los Globos de Oro hasta los Razzies.

Supongo que, en algunos momentos, es necesario establecer un valor que transforme algo intangible (influencia, conocimientos, reputación,…) en algo medible para poder tomar decisiones.

Alguna vez he dicho por aquí que la marca, personal o comercial, es solo un subproducto de un mundo imperfecto. La marca trata de transmitir confianza para tomar una decisión cuando somos incapaces de obtener toda la información. Cuando hay que elegir algo, especialmente cuando implica un riesgo (dinero, salud, prestigio,…) las marcas son útiles porque reducen la barrera de la desconfianza.

Eso se aplica también a las personas y por eso existe el Branding Personal. Cuando no sabes a quién elegir, es muy probable que escojas a aquella persona que tiene una Marca Personal más potente y alineada con lo que buscas.

La otra opción es encontrar el modo de reducir ese riesgo en la decisión mediante algún valor objetivo o numérico. Por eso existen las agencias de calificación, las listas de éxitos y los tests de personalidad. Parece que muchos se sienten más tranquilos si son capaces de convertir a un ser humano en un número dentro de un gráfico.

Yo, que soy de ciencias, tengo muy claro que casi nada en este mundo es predecible ni medible con absoluta precisión y las personas o los conjuntos de personas, aun menos. Pero parece que un numerito (especialmente si tiene decimales) es capaz de transmitir tranquilidad a mucha gente, especialmente a quienes no entienden de números.

Y aquí es donde llegamos al meollo de la cuestión. Siempre he pensado que es un error dejar tu vida en manos de otros. Y eso es lo que ocurre cuando dejamos que sean otros (agencias, empresas de selección o robots como Klout) los que nos califiquen y simplifiquen hasta lo absurdo. Las personas, organizaciones y paises somos mucho más complejos, poliédricos y valiosos de lo que puede representar un numerajo.

Cuando tu futuro depende de una cifra que otros te otorgan es que has hecho las cosas muy mal. Cuando tu futuro profesional está en función de lo que diga una persona (jefe, headhunter,…) o un test, no puedes culpar a nadie más que a tí.

Si la reputación de un país depende de lo que diga una agencia de calificación, es que no has entendido lo que es la reputación o, lo más probable, es que te la has cargado hace mucho tiempo. Si realmente tuvieses prestigio o estima por parte de tus «clientes», lo que digan estas agencias sería irrelevante.

Cuando hablamos de Marca Personal debería ocurrir lo mismo. El objetivo es no tener que pasar por el mal trago de que te califiquen (o descalifiquen). No se trata de prepararse para hacer una entrevista de trabajo, unos tests de personalidad o pasar un proceso de Assessment, lo que hay que hacer es saltárselos.

Si te has posicionado como un referente, como un profesional con Marca Personal, es mucho menos probable que tengas que recurrir a una evaluación. Así que deja de preocuparte por que otros te «den las notas» y empieza a pensar en «dar la nota». Que ya somos mayorcitos.





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