Besos, recomendaciones y Marca Personal

En el mundo de fantasía, pájaros y flores y buenrollito generalizado de dospuntocerolandia hay momentos y situaciones en los que alguien te pone a prueba y debes decidir entre lo racional y lo emocional. En este entorno en el que todo el mundo es «güeno» es dificil negarse a ciertas peticiones, especialmente cuando aparentemente no cuestan nada o casi nada.

El problema es que eso no es cierto. El peligro no está unicamente en subir una foto poco adecuada a Facebook. Hacer clic en un «me gusta», retuitear un enlace, hacer una recomendación en un blog o unirse a un grupo en Linkedin siempre tiene repercusiones en la huella que dejas. Lo cierto es que, desde el punto de vista del Branding Personal, todo lo que hacemos cuenta. Cada acción que realizamos va sumando o restando puntos a la imagen que se tiene de nosotros.

En La Red, lo que se sabe de una persona (o más bien se deduce) es lo que esta hace en cada paso que da en una Red Social o en un medio online. Si un individuo no tiene definida su Marca Personal, cualquier cosa puede distorsionar la imagen que se tiene de él o de ella. Pero si alguien ha conseguido posicionarse de un modo consistente tampoco se libra de tener que cuidar cada acción que realiza y que los demás perciben. Puede que este último tenga más margen de confianza o se le pueda conceder el beneficio de la duda, pero el crédito no es infinito.

Como he dicho muchas veces, el Branding Personal requiere tiempo y esfuerzo, pero también necesita dedicación, cuidados y mimos. Es una labor de orfebre en la que cada detalle tiene importancia. Cuando se hace bien, la Marca Personal va aumentando el valor de quién la transmite y eso implica dinero u otro tipo de remuneraciones materiales o emocionales.

Digo todo esto porque la semana pasada reflexionaba sobre las innumerables peticiones que todos recibimos cada día en los medios sociales. Que si dame un puntito en Klout, que si retuitea un enlace de unos críos de Mongolia que han creado una aplicación para Apple, que si puedes unirte a mi grupo en Linkedin de mi tienda de colchones, que si puedes escribir un post sobre esta nota de prensa en la que te cuento que hemos creado un nuevo detergente, que si…

Precisamente cuando andaba con estas reflexiones me encontré en mi último post con dos comentarios de amigos, Fernando y Rubén en el que no estaban de acuerdo con una de mis recomendaciones. Mi opinión sigue siendo la misma, pero creo que sus comentarios son una prueba de que para una Marca Personal todo lo que hacemos, incluido (o especialmente) aquello que recomendamos, sugerimos o descartamos suma o resta puntos a la percepción que se tiene de nosotros.

Creo que a estas alturas todo el mundo tiene claro que yo no me suelo andar con tonterías, así que si no me gusta algo lo digo y punto. Y también al contrario. La responsabilidad es mía y eso aumenta (o reduce) el valor de mis opiniones. Pero, como decía antes, al final la reputación es como tener dinero en un banco (no sé si es una buena metáfora hoy en día).


Tu Marca Personal tiene una equivalencia económica o emocional, pero tiene un valor al fin y al cabo. Así que cada cosa que haces o escribes consigue aumentar (o disminuir) tu capital reputacional.

Lo que mucha gente parece no entender es que cuando te piden que hables de ellos (aunque no les conozcas de nada) es equivalente a que te pidan tu dinero o en otro contexto, que les des un besito. Quizás ellos consideran que lo que te piden no supone ningún esfuerzo, pero es falso. Cuando alguien te pide que hagas algo que va a influir en la percepción que se tiene de tí, te están pidiendo algo valioso, quizás lo más valioso que puedes tener hoy en día: tu credibilidad.

Esto no es algo que ocurra unicamente en La Red. Supongo que todos tenemos amigos a los que pedimos su recomendación cuando queremos ver una película o leer un libro y otros a los que sabemos que es mejor ni comentárselo. En ambos casos su Marca Personal es clara.

Normalmente no vas pidiendo dinero a quienes apenas conoces, pero mucha gente no tiene complejos en pedírtelo de ese modo indirecto que es utilizando tu pequeña o gran influencia que tienes en La Red. Incluso en este mundo tan ¿moderno? dosificamos las muestras de cariño porque rapidamente pueden confundirnos como promiscuos dospuntocero. Sin embargo, no falta gente desconocida que te solicita tu amor o tu abrazo virtual. No es que debamos crear algo así como una liga por la castidad dospuntocerolense, pero creo que debería empezar a entenderse que nuestro mayor capital es nuestra reputación.

La Marca Personal es muy dificil de desarrollar y muy facil de destruir así que estamos obligados a cuidar todo lo que comunicamos. Eso no implica ser falsos o encorsetarnos, todo lo contrario. Se trata de ser auténticos y recomendar o apoyar todo y sólo aquello en lo que creamos. Si hay alguien que nos pide su colaboración en algo en lo que no creemos o que no tiene que ver con nuestro posicionamiento, lo más correcto es declinar la invitación, aunque nos haga sentir mal.

Sólo hay una cosa peor que el que te pidan un besito, que alguien pretenda pagarte por ello.

NOTA: El jueves 24 estaré en la Pink Slip Party en Zaragoza. Allí nos vemos


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