La larga cola de los profesionales
Que nadie se asuste al ver el título. En este post no voy a hablar de la Marca Personal de los actores de la industria del porno o algo parecido. Me explico.
Hablando de vicios tengo que reconocer que el mío es el de comprar libros. Soy incapaz de ver un libro con buena pinta y no llevármelo. Creo que, aunque muchos estén convencidos que en Internet pueden encontrar todo lo que necesitan, se equivocan. En un buen libro puedes encontrar más información estructurada, razonada y fiable que en cientos de decálogos, posts o infografías. Internet está consiguiendo que nos comportemos como ancianos o como bebés, si no nos dan los conocimientos en forma de puré parece que algunos son incapaces de digerir más de dos frases juntas.
El caso es que, ante la imposibilidad de leerlo todo, tengo algunos libros de gestión «clásicos» cogiendo polvo en las estanterías. Uno de ellos es La economía Long Tail de Chris Anderson. Quizás a tí te pase como a mi y un libro te lleva a otro. Tras Y Google ¿Cómo lo haría? era el momento de entender mejor las implicaciones de eso que llaman La larga cola.
Evidentemente, mi intención es trasladar a los profesionales aquellos conceptos empresariales que puedan ser aplicables. No pretendo establecer una relación directa porque a veces es imposible. Y quizás me equivoque porque no soy capaz de entender todas las variables, pero creo que es un buen ejercicio. Pero creo que podrían identificarse algunas ideas y aprovecharlas para salir de otra larga, larguísima cola, la del paro.
El mensaje que hay tras el concepto de Larga Cola es que puedes encontrar un nicho en el que valoren algo específico en lo que eres especialmente bueno. Frente a la búsqueda de grandes éxitos, existe una posibilidad de especializarte en algo muy concreto pero más minoritario en donde existe demanda y a la que puedes acceder gracias a la tecnología.
La tendencia de las editoriales, productoras de cine y discográficas, ha sido siempre la de apostar grandes cantidades de recursos esperando obtener un resultado espectacular.
En los profesionales ocurre lo mismo, invertimos o dejamos de ganar mucho dinero preparándonos para el gran éxito. Todavía recuerdo esa idea de los ochenta en la que te decían que si hacías un MBA podrías comerte el mundo. Pero también dedicamos algo más importante, muchos de los mejores años de nuestra vida, esperando conseguir un «Best Seller» o un «Megahit» laboral que nunca llega.
Pero ¿Y si en vez de tratar de situarte en el principio de la curva tratases de encontrar un hueco en la parte menos transitada?
En realidad, esta teoría está defendiendo algo que está muy relacionado con la Marca Personal, me refiero a la diferenciarse mediante la especialización. La cuestión es que, hasta ahora, un profesional debía situarse en la parte inicial porque las empresas buscaban generalistas a los que formar. Pero ahora eso no tiene sentido porque es raro que alguien aguante mucho tiempo en la misma organización.
Además, antes era complicado encontrar trabajo si te dedicabas a algo muy concreto y raro. Pero hoy en día es posible llegar o atraer a quienes están interesados en lo que haces, por extraño y minoritario que parezca.
Hoy, un título o cargo no te diferencia. Lo que te hace destacar es que te asocien a una especialidad o a un beneficio concreto. Por eso ya no puedes ir con el título de tu MBA o tu licenciatura en la boca porque eso ya no te hace ser percibido como valioso sino como uno más.
Lo que debes hacer es encontrar algo que te apasione, tratar de ser el mejor en eso y hacer todo lo posible para que te encuentren. Cuando eso sucede no es demasiado dificil ser «el mejor del mundo». Especialmente si sólo tu te dedicas a ello.
Elige una categoría y escoge una parte para crear otra en la que puedas ser único. Decide, hoy, entrar a formar parte del 10% superior de las personas que hay en tu campo.
Determina los conocimientos adicionales que necesitará para llegar a la cumbre en tu campo y elabora un plan para adquirirlos. Coge un papel, haz una lista de aquello en lo que destacas, de cualidades específicas con las que podrías ganarte la vida.
No tiene que ser algo directamente relacionado con tu puesto o tu profesión actual. Quizás se trata de una habilidad especial con las hojas de cálculo, una creatividad especial para la decoración o una capacidad única para resolver “marrones” con proveedores.
Y no pienses que esto no va contigo porque todo se puede diferenciar, incluso los commodities.
Estas son sólo unas ideas sobre la aplicación de la teoría de Chris Anderson, pero si eres de los que piensas que tu profesión es tu empresa y tu trabajo es tu producto debes acostumbrarte a trasladar los conceptos empresariales a tu vida laboral.