Año nuevo, ¿Más de lo mismo?

EstrategiaSe acabó, se terminaron las fiestas y es el momento de empezar con un nuevo impulso. Esa es una gran noticia.

Durante estos días he tratado de estar todo lo desconectado que he podido. Salvo una docena de tuits, no he generado ningún contenido. Creo que mantenerse alejado de lo dospuntocero de vez en cuando es bastante recomendable y te permite darte cuenta de la cantidad de cosas que te estás perdiendo por no levantar la cara de una pantalla del tamaño que sea.

Lo que si he hecho ha sido tratar de mirar Twitter y Facebook con los ojos de un visitante, de alguien que se acerca por primera vez. Tengo que reconocer que la impresión ha sido bastante deprimente. Siempre las mismas frases, todo el mundo comentando las mismas noticias y gastando las mismas bromas, leyendo en Facebook las mismas noticias «que no te puedes perder/cambiarán tu vida», mucho retuit y mucho «compartir» pero poco contenido original.

Lo triste es que yo mismo participo en esta ceremonia de la repetición de ideas. Pero creo que esto no siempre ha sido así.

Cuando me inicié en en esto del Branding Personal en el 2004 creo que había ilusión por crear cosas nuevas, por arriesgar más y por proponer ideas propias… aunque pareciesen una locura. Hoy parece que todo el mundo se empeña en que hay que diferenciarse y ¿que hace? pues hacer lo mismo que el resto de la gente. Absurdo. Ojo, aquí no estoy diciendo que haya que hacer extravagancias o llamar la atención a cualquier precio, lo que quiero transmitir es que para distinguirse hay que ofrecer algo original pero valioso y relevante. Si no es así, te conviertes en un mensajero, no en un protagonista.

Lo que trato de decir es que si quieres dar un uso profesional a los canales que te ofrece Internet para progresar y avanzar, deberás encontrar el modo de demostrar lo que vales en lugar de convertirte en un repartidor de ideas ajenas. Porque creo que el error es llamar Compartir a lo que simplemente es Repartir.

Una de las frases que te vas a encontrar cada quince minutos en el mundo dospuntocero es la de Einstein, sobre lo de no esperar resultados diferentes si sigues haciendo lo mismo de siempre. Pero aquí la cosa es todavía peor porque más bien sería «no esperes resultados diferentes si sigues haciendo lo mismo que todos los demás».

La buena noticia es que no es obligatorio hacer lo mismo que todos, todo el tiempo. Una de las ideas que pretendo transmitir desde hace años es que tenemos opciones, alternativas y posibilidades.

Parece que todos tenemos la misma «materia prima» y parecidas cualidades y quizás haya algo de eso. Pero igual que todo lo que vemos en el Universo está hecho sólo con poco más de un centenar de elementos o el Cubo de Rubik tiene miles de millones de posibilidades con sólo seis colores, cualquiera de nosotros puede crear algo único sin tener que convertirnos en replicantes.

¿Qué has conseguido haciendo lo que haces? Esa es una pregunta que no solemos hacernos con frecuencia. Parece que por hacer dos docenas de retuits, por enviar doscientos Currículos o por hacer tres Masters ya hemos cumplido pero ¿Has conseguido que ese esfuerzo genere resultados?

Cuando digo que todos somos únicos, no estoy tratando de lanzar un mensaje motivacional típico de los autores de «autoayuda», es algo completamente objetivo. Cada experiencia, cada aprendizaje, cada cualidad, cada tema que nos interesa, cada error, cada persona que nos rodea o cada idea rídícula y/o maravillosa que tenemos van añadiendo variaciones, combinaciones y permutaciones a nuestra singularidad.

En mis cursos y talleres me encuentro con personas empeñadas en reducirse, simplificarse, minimizarse e infravalorarse porque apenas ven un sólo aspecto de si mismos. «Soy administrativo», «Estoy en el paro», «Ya soy muy mayor»,… Es como si redujesen el mundo a un par de elementos y se olvidasen de todo lo demás.

Pero ¿no me has dicho que te encantan los idiomas?, ¿Que eres genial conectando gente?, ¿Que te has tirado tres meses ayudando a construir una canalización en un país del Tercer Mundo?, ¿Que estás cuidando a un familiar discapacitado?, ¿Que te encanta programar en tus ratos libres?, ¿Que…? Pues empieza a pensar como puedes combinar todo eso para crear algo nuevo o mejorar algo existente. Y si en este momento no hay nadie que te ofrezca un empleo, trata de ponerles cachondos transmitiéndoles cómo podrían beneficiarse de tu valor.

Hace mucho que no juego a Tomb Raider o a otros videojuegos parecidos pero recuerdo que era habitual encontrarse con que para pasar de algún nivel había que mover unas palancas hasta conseguir la combinación adecuada. Pues bien, lo que yo trato de decirte es que en la vida profesional ocurre algo parecido, no basta con mover una sola palanca, hay que encontrar la combinación adecuada para que se abran puertas.

Este año quiero mover nuevas palancas y voy a contártelo para que aprendamos juntos. Afortunadamente tenemos opciones, siempre las hay. Sólo debemos encontrarlas y gestionarlas. Pero sobre todo, voy a tratar de evitar hacer lo mismo de siempre. No sé si lo conseguiré pero lo que si tengo claro es que el estancamiento y la repetición acaba estropeándolo todo.

¿Qué palancas vas a mover este año?





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